Diario de Castilla y León

JAVIER PÉREZ ANDRÉS

Noche de paz, musgo o plástico

TIERRA ADENTRO

Creado:

Actualizado:

Noche de paz, musgo o plástico.

Hay melodías que penetran en lo más hondo. Me atrevería a asegurar que, en suelo europeo, es la partitura que más escarba en ese departamento estanco del corazón donde se almacenan los bellos sonidos de la vida. Es la canción que funde la Navidad con la infancia . Que llega a la memoria con registros aromáticos. Huele a pino con bolas de colores y a musgo haciendo linde con ríos de papel de plata. Este año, no habrá coro ni quorum junto al Nacimiento por razones obvias de la pandemia. Pero ya venía con menos voces que se dieron de baja. De su letra, brotarán pastores y estrellas y un niño en un pesebre y brillarán el amor y la paz, acunados en la vieja canción de Noche de Paz .

Cada vez que pienso en aquellas trincheras de las guerras mundiales , en las que los dos bandos cantaban la misma partitura en la Nochebuena de la vieja Europa encrespada, creo haber descubierto una estrella azul de la nueva Europa que puede hacernos falta algún día. El mundo podrá cambiar de valores y colores, pero la Noche de Paz sonará cada 24 de diciembre.

Aunque en casa de los míos siempre estarán presentes esas melodías navideñas que repican en diciembre con puntualidad… Desde tu cunita, niño / he visto arder / una farolita como la del tren... o esa otra de: Madre a la puerta hay un niño/más hermoso que el sol bello…. / que cuando se las escuché a mi madre ya las cantaba mi abuela. Y espero que algún día mi nieto se las cante al suyo, aunque ya no vayan a misa. Que ya no van. Pero cantan.

Un servidor, que cuestiona prácticamente todo, piensa preservar los villancicos porque son lucecitas de colores que contrarrestan este inicio de siglo tan gris. Vivimos en una sociedad que arranca las hojas de la Navidad de sus cuadernos y las suplanta por figuritas insulsas, raras geometrías y miles de gorditos de plástico rojo y en un espacio político que se atreve a borrar y a despreciar un sentimiento que sigue latente.

Y es que, en estos tiempos de culos y témporas, en plena confusión, estamos ya más cerca del plástico que del musgo y subimos el volumen del christmas de la publicidad. Y esto no tiene nada que ver con monarquía o república es solo cuestión de sentimiento cultural, de fe para mi madre y de libertad para los hombres y mujeres de buena voluntad. Feliz Navidad y Noche de Paz … si nos dejan.

tracking