Mañueco, a por la Liga
LA SOLANA
CUANDO se habla de fútbol parece que todo se magnífica y hay quienes, ajenos a las pasiones que levanta el balompié, ven agravios en relación a cuestiones más importantes que un juego. Tienen su parte de razón y es cierto que aprovechando su popularidad y capacidad de mover masas, quienes están inmersos en la gestión de este deporte han gozado de prerrogativas que para sí quisieran organizaciones de sectores económicos y de otros ámbitos. Un ejemplo es lo ocurrido con el brote de coronavirus en el Fuenlabrada, que se desplazó a La Coruña para jugar un partido que finalmente se suspendió a pesar de saber que el virus rodaba por sus vestuarios. Solo en el fútbol se podía tolerar eso. Pero, uno, intentando alejarse de la irracionalidad que le arrastra a vibrar o sufrir en un estadio por una pelota que entra o no en la portería, no puede dejar de reconocer la importancia del deporte rey más allá de lo meramente deportivo, pues traspasa muchos territorios, el económico incluido. Que una ciudad o provincia cuente con un equipo de fútbol en la élite, primera o segunda división, es realmente trascendente, porque supone posibilidades de promoción nacional e internacional, imagen y mejora de las posibilidades económicas, que el fútbol deja ingresos, directos e indirectos, más cuanto mayor es la categoría. Soria ha tenido la ventaja de contar con el Numancia, que lleva 23 temporadas consecutivas en el fútbol profesional, con cuatro de ellas en Primera División. Quizá no se ha valorado lo suficiente mientras se disfrutaba de ello, pero ahora que está a la vista el precipicio de la Segunda B, ha cundido el pánico. La adulteración de la competición por el caso Fuenlabrada se ha convertido en la única esperanza de evitar el trauma. El Numancia, al igual que el Deportivo, piden una segunda división con 24 equipos, anulando así los efectos de la extraña última jornada con el coronavirus en juego. No es una pataleta, sino una posibilidad real que no tiene por qué ser considerada injusta. El Numancia no está solo en su reclamación, sino que ha encontrado respaldo político, lógicamente en su provincia pero también en la Comunidad, con una declaración de apoyo del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que ha despertado esperanzas. El fútbol ha sido capaz de unir a los políticos y Mañueco va de la mano del alcalde socialista soriano, Carlos Martínez Mínguez, para reclamar una liga de 24 equipos. Lo mismo ha pasado en Galicia con Nuñez Feijóo y la alcaldesa de La Coruña. El lenguaje futbolístico es aquí oportuno. Van a por la Liga y si la ganan, Soria ganará. Ojalá.