Diario de Castilla y León

EDITORIAL

Víctimas de pederastia que no pueden caer en el olvido

Creado:

Actualizado:

NI SON HOLOGRAMAS ni han dejado de existir. Las víctimas de las agresiones y abusos sexuales cuando por parte de algunos curas siguen ahí, aunque algunos sobre todo en la Iglesia piensen que no es así. Que, como no salen todos los días en los medios, ya está todo olvidado. Ni lo está ni lo estará.

Esos niños, hoy hombres, a los que unos desalmados curas pederastas les robaron su infancia y prácticamente su vida, continúan exigiendo justicia y es obligado que la encuentren. Justicia para esos curas pederastas y para quienes les encubrieron. Pero no sólo, también quieren reconocimiento.

Y eso es justo lo que reclaman en el primer congreso sobre pederastia, celebrado en Pamplona. Un cónclave que sirvió para moldear la creación de una Federación Nacional de asociaciones de víctimas de abusos en la Iglesia Católica. La Asociación de Víctimas de Abusos en Centros Religiosos de Navarra, ANIR (Infancia Robada) –creada por Francisco Javier, primer denunciante de Ramos Gordón, y Juan Cuatrecasas, padre coraje del caso de San Juan de Gaztelueta– y Avasic –asociación en proceso de registro fundada por Javier Paz, víctima de abusos en la parroquia de San Martín– se sentaron para programar el primer paso de este itinerario que quiere llegar hasta las esferas más altas del estado.

Silenciados en su momento por la vergüenza de un infante o por la incredulidad de que detrás de nombres como Ramos Gordón, Isidro López o Ángel Sánchez Cao pudiera esconderse un monstruo, las denuncias de abusos llegaron años después de que un clérigo rompiera su infancia en pedazos. Cuando dieron el paso, víctimas como Francisco Javier, Javier Pazo o Emiliano Álvarez se dieron de bruces con un muro de silencio eclesial y desamparo que quieren sortear llamando a las puertas del Congreso. ¿Con qué fin? El primero, que esos delitos cometidos no prescriban, entre otras cosas porque lo que no ha prescrito es el daño que causaron. Esa será una de las primeras líneas de trabajo de esta futura Federación Nacional. Curas denunciados y condenados por la justicia canónica como Ramos Gordón sólo han respondido ante los ojos de la Iglesia y para tener como pena un buen retiro.

Las denuncias llegaron tarde para los tribunales, a pesar de quedar demostrados los abusos a menores, una escena que quieren evitar las víctimas, que se aferran a que un delito no puede prescribir mientras haya secuelas.

Lo que no puede ser es que se trata de hacer como que no ha pasado nada y hacer caer en el olvido a estas víctimas de abusos de la iglesia.Al contario, es hora ya de que sean reconocidas como víctimas y que quienes les causaron ese dolor paguen por ello.

tracking