Diario de Castilla y León

Redacción

Una presión excesiva para las urgencias de atención primaria

EDITORIAL

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La estadística ha demostrado que lo que se palpaba en la calle era una visión acertada, la saturación de las urgencias de atención primaria. Durante estos días en la mayor parte de los denominados puntos de atención continuada, debido a la incidencia de la gripe y otras enfermedades que se incrementan en el periodo invernal, se ha visto una afluencia masiva de pacientes, con médicos de guardia que deben afrontar un excesivo número de consultas con las salas de espera abarrotadas.

Los ciudadanos han recibido la atención necesaria aunque en ocasiones han tenido que soportar esperas amplias. Los datos publicados ayer por la Consejería de Sanidad confirman la elevada presión que tiene el personal de urgencias de atención primaria, con dos millones de pacientes el año pasado en la Comunidad, el doble de las registradas en los hospitales.

El objetivo de filtrar a los pacientes para que no se acumulen visitas innecesarias en los hospitales se ha cumplido, pero a costa de trasladar esa presión a los centros de atención primaria que realizan las guardias. En ocasiones, la presión es además doble, pues estos centros de atención continuada se encuentran con los pacientes que no han podido atender los centros de salud durante su horario habitual, y que tienen que recurrir a las urgencias a partir de las tres de la tarde, el recurso que les queda para poder ser atendidos en el día.

Es una situación que ha sido palpable en centros de salud que se han visto afectados por carencias de personal, aunque sean temporales, como ha ocurrido en algunos puntos de Castilla y León debido al concurso de traslados que se realizó en enero.

También se aprecia en la estadística de la Consejería de Sanidad, pues en los días laborables el grueso de las urgencias son por la tarde , cuando ya no hay consultas en los centros de salud, mientras que los fines de semana la mayor afluencia es por las mañanas. Mientras, el filtro para evitar que lleguen pacientes a los hospitales que no deberían haber ido, funciona.

Del millón de urgencias atendidas en los hospitales, el 22% han pasado primero por los puntos de atención continuada , es decir, aquellas que son urgencias reales para acudir al hospital. Hay que suponer, por tanto, que una buena parte de las que hubieran sido innecesarias se frenan gracias a la atención primaria.

El mecanismo es, por tanto, adecuado, pero es necesario contemplar que cada uno de los eslabones de la cadena cuenta con los recursos necesarios y adaptados a la demanda que se produce en cada época del año. Los puntos de atención continuada deben tener la dotación adecuada, pero también los centros de salud, porque si no se producirá también una presión evitable a las urgencias de atención primaria.

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