Diario de Castilla y León

FELIPE RAMOS

Escondido y protegido

EL RUBICÓN

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A buen recaudo. Así es como mantiene la Iglesia, así en mayúsculas porque es la curia eclesiástica de Valladolid, al cura de Las Angustias. Bien escondido y protegido.Es lo que tiene la Iglesia, que se protegen entre ellos. Debe ser por aquello de que como están más cerca que nadie de su dios, que dicen que es de todos pero es más suyo que de nadie, sus pecados sólo pasan por su mirada. El  problema es que casi siempre, y la historia así lo demuestran, lo que suelen hacer, al menos  su primera reacción, es la vista gorda. Así actuaron cuando se destaparon los casos de pederastia, como los vividos en el Seminario de La Bañeza. ¿Alguien se acuerda de esas vícitimas?Nadie. La razón es sencilla. La Iglesia se aferra a la presunción de inocencia y a su derecho canónigo y, como dice el refranero, el que venga detrás... Lo demás no importa. Ni quién lo sabía, quiénes lo encubrieron y a santo de qué se les permitió volver a ejercer como sacerdotes. Y es que, pese a la dureza del Papa  Francisco contra la pederastia, la curia eclesiástica continúa demostrando una tibieza que es, por momentos, insultante. 

¿Dónde ha quedado toda esa operativa, con psicólogo incluido, que se anunciaba en el Obispado de Astorga para atender  las víctimas de los casos de pederastia? Pues en ese limbo divino, al que sólo la Iglesia puede entrar y en el que hace y deshace a su antojo. Ya está bien de mirar para otro lado, de tratar de quitarse de en medio cada vez que salta un nuevo escándalo. Y, sobre todo, ya está bien de proteger a aquellos curas que están acusados de cometer actos tan deleznables. 

A ver si se enteran de una vez en la Iglesia que su obligación, como bien queda dicho en su Evangelio, es proteger a los débiles, a los desamparados y a aquellos que sufren. Cada vez que tratan de escurrir el bulto, de mirar para otro lado o de buscar la más mínima argumentación lo que están haciendo es que las víctimas sufran el acoso dos veces. 

Déjense de parafernalias, como la montada en el Obispado de Astorga para no hacer nada, escuchen al Papa y actúen, pero no para proteger a los acusados, no. Entérense ya de una vez señores de la Iglesia que ustedes no están por encima del bien y del mal y que están sometidos a la Justicia, pero no a la divina. Esa ya les llegará cuando toque.

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