BALONCESTO ADAPTADO
El diamante de la cantera que brilla en el campeón de Liga
PABLO LAVANDEIRA. El jugador vallisoletano, forjado en la escuela del Grupo Norte aspira a ganar todo con el Ilunion / Los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 están en su horizonte
La joven Escuela del Fundación Grupo Norte dio pronto con su primer diamante. En su interior, grabado su nombre, Pablo Lavandeira; un jugador de presente y futuro que después de ser pulido en su Valladolid natal brilla en el Ilunion. Allí desembarcó el pasado verano tras cinco temporadas en el Pilar Fernández Valderrama, un hogar al que volvió por primera vez como visitante la pasada semana.
«Ese pabellón era mi casa. Fue raro al principio, después del descanso casi me voy al banquillo de Valladolid, por la costumbre», bromea ‘Pau’ -su nombre de guerra-. «Fue raro, pero emocionante, enseñar a mis maestros en lo que me han convertido. Para mí es un orgullo ver dónde he llegado y creo que para ellos también lo es», entiende Lavandeira, al que le hubiera gustado vivir en su vuelta a casa «un partido más ajustado».
A sus 19 años, el pucelano ya se ha instalado en una constelación de estrellas con las que comparte horas de parqué. En la capital está viviendo un proceso de metamorfosis acelerado: «El cambio es muy grande y no es fácil», admite el escolta. «Entrenar todos los días con 10-11 jugadores del TOP 20 mundial está mejorando mi nivel», asegura.
El joven vallisoletano no es un escudero en la pizarra de Miguel Vaquero, es una pieza más en su tablero; un rol que estaba en interrogantes cuando decidió recoger el guante lanzado por Ilunion -campeón de 16 Ligas, 18 Copas del Rey y tres Copas de Europa-. «Es verdad que aquí es obligado ganar siempre, pero, a día de hoy, no he notado esa presión. He disfrutado todos los partidos y además he jugado más de lo que esperaba», celebra.
Jugar entre 20 y 30 minutos por partido y contar para su entrenador en los momentos importantes otorga al jugador «un plus de confianza a nivel personal. Te explica que eres importante»; una responsabilidad que ya conocía en el Fundación Grupo Norte.
El termómetro de moral de Pablo Lavandeira está en límites históricos. Jugador de un equipo que aspira a ganar todas las competiciones, las miras del vallisoletano -aunque centradas en Liga, Copa y Champions- también apuntan en dirección a Tokio, capital que en verano acogerá los Juegos Paralímpicos.
A pesar de no disputar con España el último Europeo, la cita con los aros olímpicos no se borra de la cabeza del escolta. «Ahora no estoy dentro de los 12 del plan ADO y me tengo que ganar la posibilidad de ir a Tokio», explica Lavandeira, que reconoce que jugar en Ilunion es «un plus». «El ritmo hace que mejores como jugador y estar en Europa te da visibilidad y nombre. Al final entrenas con los mejores del mundo y eso el seleccionador lo tendrá en cuenta», entiende.
«Los minutos de calidad» de los que disfruta en el campeón de Liga y Copa son una universidad para la perla salida de la Escuela del Fundación Grupo Norte, donde se trabaja cada día para que el deporte se convierta en un amigo inseparable de sus alumnos. De su raíz brotó Lavandeira y quién sabe si con el tiempo nacerá una nueva estrella. «Yo espero que sigan saliendo jóvenes. Siempre invito a que la gente en silla no se quede en casa y más en chicos jóvenes. Deseo que no se quede en una ilusión y que salga más gente con las medidas necesarias», concluye.