El mejor gol de Alejandro
Alejandro Alonso, alumno con síndrome de Down del colegio Jesuitinas, entrena con el equipo de fútbol sala de categoría ‘chupetines’ del CD Niara / «Es un poco teatrero y cuando está cansado se tira más de una vez», bromea su padre
«Hoy toca Niara». «Sí, pero primero hay que ir a clase». «Pero luego vamos a Niara, ¿no?». Así son los despertares de martes y viernes para Alejandro Alonso. Con toda la ilusión del mundo porque sabe que cuando termine las clases en el colegio Jesuitinas, por la tarde, será el momento de entrenar al fútbol sala con sus compañeros del CD Niara de la categoría ‘chupetines’.
El futbolista, de ocho años, disfruta como cualquier otro chaval de su edad desde hace tres campañas, con una simple peculiaridad, es un niño con síndrome de Down. Por lo demás, Alejandro corre, presiona, da asistencias, defiende, y por supuesto, mete goles.
Su aventura en el fútbol sala comenzó hace tres años cuando, junto a su hermano, acudió a un campamento de verano del club deportivo. «Vino encantado y pensamos que lo mejor sería que acudiera a los entrenamientos», recuerda su padre Ismael Alonso. Fue una experiencia muy enriquecedora, donde fue conociendo a más niños y sintiéndose parte del grupo.
Su padre reconoce que es otro desde que va a entrenar. «Si el deporte es bueno para todos, en su caso aún más», apunta. Y es que le sirve tanto físicamente como mentalmente. Por supuesto, los valores de un deporte de equipo como el compañerismo y la solidaridad están siempre presentes, como lo reconoce su entrenador César Ramos. «Para nosotros es uno más, aunque es cierto que hay que explicarle las cosas con más atención, pero las acaba entiendo y realizando todas. Él se siente acogido y a nosotros nos encanta que esté jugando con nosotros», apunta.
Una sesión de entrenamiento en el polideportivo del CD Niara es como cualquier otra. Primero calientan, luego llegan las nociones técnicas y como punto final, el partido. Lo más deseado por Alejandro. Es donde más se divierte. Y es que, el joven futbolista hace todo que se propone, simplemente «tarda más, pero lo logra todo», señala su padre.
Aunque según la normativa de los Juegos Escolares no habría ningún problema para que jugara la liga de fútbol sala, de momento sus padres prefieren que no lo haga. «Lo de competir lo dejamos en el aire porque creemos que le falta un poco. Que juegue cuando esté más maduro», asegura Ismael.
Alejandro es un apasionado del fútbol. No se pierde un solo partido junto a su padre que emiten por la televisión. Es del Atlético de Madrid, aunque no tiene problemas en celebrar los goles como el portugués Cristiano Ronaldo. Incluso también tiene su toque de picardía cuando está sobre la cancha. Del brasileño Neymar ha aprendido a hacer la croqueta. «Es un poco teatrero y cuando está cansado se tira más de una vez, ya le hemos pillado el truco», bromea su padre. Y es que Alejandro rebosa picardía por los cuatro costados. «Un día me vino y me dijo que había metido 40 goles, ya le dije que bajara un poco».
Lo que está claro es que esta experiencia deportiva le ha venido muy bien para su día a día. Ahora juega en los recreos del colegio al fútbol con sus compañeros de clase. Además, ha comenzado con exámenes y estas cosas le hacen «sentirse realizado», también le «viene muy bien para su ego», afirma Alonso.
Mientras que para el club es todo un orgullo, ya que uno de sus objetivos es que, «a través de las actividades, se ofrezca a las familias una educación centrada en la persona, haciendo que cada socio potencie sus aptitudes y se prepare para participar solidaria y eficazmente en la sociedad».
Por supuesto nunca falta un balón en el coche, y es que Alejandro aprovecha cualquier momento del día para jugar y sentirse como sus ídolos. Lo que no sabe es que el ídolo para mucha gente, es él.