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CINCUENTA Y DOS. Esa es la cifra de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas, maridos o ex maridos, criminales al fin y al cabo, en lo que va de año. 52 asesinatos , más de 1.000 desde que se tienen registros. Esos son los fríos datos, pero detrás de cada uno de estos asesinatos hay historias humanas de huérfanos y familias destrozadas. La última habla de Sara, una joven leonesa de 26 años a la que presuntamente su novio acaba de acuchillar en Tenerife.

Si para algo había servido la política era para unir a unos y otros, blancos y negros, rojos y azules, en un mismo objetivo: el de acabar, o al menos poner todos los instrumentos necesarios para hacerlo, con esta lacra de la violencia machista. De ese consenso nacía la Ley de lucha contra la Violencia de Género .  Una norma que nadie discutía y que todos, salvo raras excepciones que no vienen al caso, sacaban del debate político.

Justo lo contrario a lo que está sucediendo ahora. No es que la extrema derecha de Vox niegue la existencia de la violencia machista, con esa ignominia de esta panda de ultras ya se cuenta, el problema radica cuando desde el PP y Ciudadanos se blanquean los discursos de Vox en aras de pactos de gobierno que, sólo por esta negación, nunca deberían haberse firmado. Y de esos polvos, de ese blanqueo constante que la derecha del PP y de Cs hacen de la extema derecha, llegan los lodos de El Espinar , con esa firma de los portavoces ‘popular’ y naranja en la moción de Vox para exigir que se derogue Ley contra la Violencia de Género, justo el día en que miles de personas se echan a las calles de Castilla y León para gritar contra esta lacra.

Ahora, los del PP hablan de error y los de Ciudadanos tratan de disimular con un expediente que llega tarde y mal. Y, mientras, siguen sustentando los gobiernos del Ayuntamiento de Palencia y la Diputación de Zamora con los votos de la extrema derecha, cuando no comparten mesa y micrófono para avisar al alcalde de Burgos que están ahí, amenazantes con una moción de censura.

La firma de esta moción en El Espinar es una desvergüenza, pero tanto o más lo es que nadie desde el PP y Cs haya alzado la voz de forma rotunda y contundente contra este hecho. En la lucha contra esta lacra no valen medias tintas. Es hora ya de enfrentarse a esta extrema derecha que busca imponer su verdad absoluta y que lo hace sin vergüenza.