MIGUEL YUSTE
Goles con nota ‘Cum laude’
El vallisoletano se ha convertido en el capitán del equipo de ‘soccer’ de la prestigiosa Universidad de Yale / La histórica institución está a tres partidos de ganar la Ivy League, con él como mejor jugador de la semana
Yale, una cuna de 318 años de antigüedad en la que se mecieron académicamente presidentes de Estados Unidos o premios Nóbel. Un punto de referencia de la excelencia académica que apenas necesita presentación. Por su campus pasean algunos alumnos llamados a cambiar el futuro. Por esos espacios verdes, rodeados de edificios históricos, un vallisoletano -Miguel Yuste- camina a golpe de goles, entre la futura élite mundial.
Miguel Yuste se ha convertido en el primer capitán español del equipo de fútbol de Yale, donde llegó hace cuatro años con una beca para estudiar Ingeniería Biomédica. El pucelano no era nuevo en el conocido como país de las oportunidades, donde aterrizó para cursar bachillerato en el Northfield Mount Hermon.
En el salón de su casa cuelga la camiseta del Real Valladolid, casaca que vestía en España antes de una oportunidad que le cambió la vida. «El equipo del instituto vino a jugar una pretemporada a Valladolid. Me ofrecieron venir un año. Mi intención era venir un año y volver, pero hicimos una buena temporada y el entrenador de Yale me ofreció una beca para jugar cuatro años», recuerda.
Sus destellos en el juvenil del Real Valladolid, club en el que se enroló a los 12 años, le hicieron poner en la balanza alimentar su sueño de ser profesional o moldear un currículum académico con cuatro letras -las que forman la palabra Yale- escritas con tinta dorada. En cualquier caso el balón entraba en juego. «Siempre valoré los estudios. Desde joven me di cuenta de que es complicado ser futbolista. Fue difícil tomar la decisión porque el sueño de todo niño es ser futbolista. Hubo interés por el Real Valladolid de que me quedara, pero Yale solo pasa una vez en la vida», asegura Yuste.
Con las maletas hechas, el pucelano decidió descubrir otro tipo de fútbol y de manera de entender el deporte; una en la que los libros y el balón pueden ir de la mano. «Aquí se puede jugar al fútbol a la vez que estudiar. Eso hace que la gente de el salto a profesional un par de año más tarde, pero es una ventaja increíble», asegura.
Después de un primer año marcado por una lesión de ligamento, Miguel Yuste comenzó a desplegar su talento sobre el verde, donde se ha convertido en el primer español en capitanear a los Bulldogs de Yale. «Hablo mucho en el campo y antes de los partidos. Me está gustando mucho la experiencia. La energía que transmite un capitán o un entrenador puede tener influencia en los jugadores», asegura.
El vallisoletano no sólo se ha ganado el respeto en el vestuario, también en el campo, donde se ha convertido en una pieza fundamental para el equipo de Yale, que está firmando su mejor temporada de los últimos años. Los Bulldogs están a tres partidos de conseguir alzarse con la Ivy League -una división de la NCAA en la que participan ocho de las universidades más prestigiosas del país-.
La temporada de ensueño que vive el equipo dirigido por Kylie Stannard tiene su llave en Miguel Yuste. Por el momento, el vallisoletano ha anotado siete goles en 14 partidos. Números de estrella para un jugador que en 2017 ya fue incluido en el Honorable mention All-Ivy selection. Su buena temporada ha tenido hace pocos días un nuevo reconocimiento, el del ‘Ivy League Player of the week’, un premio conseguido en una semana mágica en la que anotó dos goles claves para su equipo: uno, de oro en la prórroga, ante la Universidad de Massachussets y otro en la victoria por 3-1 ante Cornell.
El mediapunta reconoce que la legendaria rivalidad con Harvard no es sólo una leyenda. «Es curioso. A nuestros partidos vienen 600 personas, pero cuando jugamos contra Harvard viene toda la universidad. La rivalidad es muy grande», explica Yuste, que recuerda cómo en la última victoria los jugadores de los otros deportes de Yale se metieron en el campo para celebrar el 3-1.
El jugador quiere poner la guinda a su trayectoria en Yale con el título de la Ivy League. La incógnita de qué pasará cuando apruebe su último examen aún está por despejarse. «Me gustaría seguir jugando -explica el joven de 22 años-. Hacerlo en Valladolid sería un sueño, aunque sé que es difícil», entiende. La incipiente MSL es una puerta que también está abierta: «Es una opción viable».
Un compañero suyo del pasado año está en la Segunda División y el propio Miguel Yuste ya ha entrenado con el Hartford Athletic de la USL Champioship y con el segundo equipo de los New York Red Bulls.