Las Edades deben estar al margen de la controversia
Las edades del hombre es, sin duda, el proyecto y la marca turística más importante de cuantas han proyectado la imagen de Castilla y León por el mundo durante las tres últimas décadas. Es, además, una iniciativa original envidiada por cualquier territorio, de como convertir uno de sus tesoros, en este caso el arte sacro, en un reclamo y aliciente turístico con decenas de miles de fieles en todo el mundo. Lo que no es de recibo es que hasta Las Edades se conviertan también en una fuente de polémica política o de intento de atribución de sus méritos. Detrás de las Edades está una Fundación que ha desarrollado su trabajo con independencia y profesionalidad durante tres décadas. El éxito en gran medida es el fruto precisamente de esa independencia política. Hasta ahora los gobernantes y gobiernos sucesivos lo ha entiendo así. Y así es como debe seguir.
Ayer, la propia Fundación, con la sutileza y la sensatez que le caracteriza, alzó la voz precisamente para decir eso después de que el vicepresidente del gobierno autonómico se arrogase la organización de la muestra del año 2021 en tres localidades del Camino de Santiago (Burgos, Carrión de los Condes y Sahagún). Seguramente un acierto, pero un acierto que pertenece a la Fundación, que es la que hasta la fecha y durante décadas de ediciones se había encargado de darlo a conocer, precisamente para reafirmar esa independencia del poder político.
Las Edades del Hombre no son ni el lugar para la controversia ni para el mérito partidista. Es patrimonio de todos los ciudadanos y orgullo de Castilla y León, despojado de color político. Meter también Las Edades en el debate y la polémica política es la mejor forma de empezar a destruir algo que forma parte del ADN turístico y patrimonial de Castilla y León Por eso, lo mejor es dejar a la Fundación que opere como lo ha hecho hasta ahora. El éxito le avala. Las Edades no precisan de la intervención ni la injerencia política para adquirir más relieve. Y eso es algo que el consejero de Cultura no debería desconocer. Porque es tanto como desconocer lo más esencial que requiere el cargo. Lo mejor es pasar página de forma ágil y que las cosas vuelvan a su lugar de partida.
Suena a acierto ligar la exposición al próximo año jubilar, sobre todo teniendo en cuenta que el Camino, es otro de los elementos de potencial todavía desconocido para el turismo de Castilla y León. Los datos lo refrendan año a año. Aunque también sería un desacierto que una muestra dedicada al Camino no contara con Villafranca del Bierzo, cuyo templo alberga la otra puerta del perdón fuera de Santiago y único lugar para ganar el jubileo sin llegar a la capital gallega. Una puerta que se abre en cada Xacobeo, como la de la catedral compostelana. Además del patrimonio eclesiástico con que cuenta Villafranca.
Y si la Junta quiere cambiar los criterios sobre la muestra, debe exponerlos, pero no imponerlos. De momento el acierto es de La Edades. Lo demás está por ver y comprobar. Imponer no es convencer. Convencer es persuadir, que diría Miguel de Unamuno.