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Para que conste: la exhumación del sanguinario dictador Franco es un acto de justicia democrática, sobre todo para los familiares de todos aquellos que este criminal se llevó por delante y que, todavía hoy, siguen desperdigados por cunetas sin poder tener ese entierro que su asesino sí ha tenido.

Y, en esto, no valen medias tintas hablando de que el «pasado es pasado» y que es mejor no removerlo. Y, mucho menos, tratar de justificar la ignominia que suponía, y que todavía hoy supone, el Valle de los Caídos. Por no hablar de la infamia de tener que oír a los nietos y bisnietos de este criminal decir que esto es una dictadura, mientras siguen aprovechándose de la herencia con los bienes que el dictador se apropió usurpándoselos al resto de los españoles.

Todavía no alcanzo a entender qué es lo que les molesta a todos estos políticos, principalmente a la derecha y a la ultraderecha, de la Memoria Histórica. ¿Acaso no tienen derecho los familiares a buscar a sus muertos, asesinados vilmente durante 40 años de dictadura y represión para ofrecerles un entierro digno? Y lo hacen, ‘populares’, naranjas y la extrema derecha, olvidando que es una ley aprobada por el Parlamento, como también sucede con la exhumación del dictador, que además viene avalada por diferentes resoluciones del Tribunal Supremo. A ver si va a resultar que las únicas leyes y sentencias de los tribunales que deben cumplirse son las que digan y quieran este triunvirato, que ya ha demostrado sobradamente, también aquí en Castilla y León, que están dispuestos a todo para llegar al poder.

Y en esas se está, cuando ya se atisba en el horizonte una campaña electoral en la que ya estaríamos de no ser porque esta viene acotada a una sola semana. De nuevo, los mismos mensajes de unos y otros. Despoblación, empleo para las zonas rurales, impulso a la industria, al turismo, al sector primario, a la agroalimentación, a la automoción... ¿A qué les suena todo a cosa contada?Como que ya lo está, elección tras elección, campaña tras campaña. Ese es el problema de esta Comunidad, que los políticos, y a los de nuevo cuño ya se les ha pegado, llevan años y años con los mismos discursos, con las mismas promesas que, de haberse ejecutado y no al cien por cien, habría hecho de esta tierra un vergel y no el desierto en que la están convirtiendo. Hágannos un favor y dejen la palabrería barata de campaña.