Diario de Castilla y León

Ricardo Gª Ureta

El declive de las cifras de la moda

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PARA ATRAS como en tantas otras cosas en Castilla y León. Así ha evolucionado el sector de la moda en la Comunidad, despoblándose, como todo, cada año que pasa. En apenas ocho años el peso del textil, los complementos, el diseño y demás áreas comprendidas en el concepto ‘moda’ se ha reducido a la mitad. No sólo en su facturación global sino en su peso en el empleo y, por tanto, su aportación a la generación de riqueza para la economía de Castilla y León.

Pero lo que no ha perdido es su condición de motor auxiliar del PIB regional, especialmente en el sector textil, pero las cifras ponen muy difícil que ese motor vuelva a revolucionarse lo suficiente para colocarse en velocidad de crucero. Veamos: coincidiendo con la inauguración el martes en Burgos de la 22ª edición de la Pasarela de la Moda de Castilla y León, el director general de Comercio y Consumo vino a decir que es necesario «mejorar» la competitividad de un sector textil en el que las empresas tienen un «tamaño limitado», inconveniente que, por supuesto, les condiciona para invertir y para crecer y para competir con los productores asiáticos y para casi todo.

Cualquiera puede hacer ese análisis porque está a la vista. Pese a las pasarelas como la de Burgos, los encuentros con posibles clientes y otras medidas estandarizadas que se han llevado a cabo, con o sin la aportación de la administración regional, el sector de la moda en Castilla y León está en una situación francamente complicada.

Hoy en día, como recordaba en Burgos el director de Comercio, existen en la Comunidad 200 empresas dedicadas a este sector que dan empleo a 2.000 personas.

Hace 8 años, en 2011, estaban censadas 700 empresas en las que tenían su puesto de trabajo 4.000 castellano leoneses.

En 2011 el Ejecutivo Autonómico se marcaba como objetivo un respaldo efectivo del talento emergente a través de una clara apuesta por la formación vía FP y se apuntaba a lo beneficioso de contar con una Escuela de Arte y Superior de Diseño en Burgos. Si la Junta triunfó en ese objetivo no sería para lograr que la moda regional creciese ya que se ha reducido a la mitad.

Al contrario, es mucho más posible que estemos formando jóvenes talentos para que marchen lo antes que puedan a otros puntos en los que triunfar en su profesión. Eso en la parte del diseño. Por el lado de la confección textil, los obreros de la moda, que debería beneficiarse de la creación y el diseño, tampoco van mejor las cosas y posiblemente este sector tenga más carga de trabajo confeccionando prendas de trabajo que moda de Castilla y León.

Con todo, la moda y el textil pueden volver a ser un motor auxiliar de la economía, como el turismo o la enseñanza del español y en el contexto económico que se avecina, cuantos más tiren del barco, mejor salvaremos la tormenta.

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