El río Tormes cambia su cara
Su cauce se colmata de ovas para restar luz y oxígeno a sus aguas y fauna
La zona baja del salmantino río Tormes, sobre todo desde el muro de la presa de Santa Teresa, aguas abajo, presenta en la actualidad un preocupante estado al haberse saturado el cauce del río charro con multitud de vegetación acuática que, en algunos casos, hace desaparecer el agua por completo, convirtiendo el río, en un símil, como si fuera un campo de fútbol tamizado de flores blancas, pero también de ovas en estado de putrefacción.
Los pescadores salmantinos se quejan de esta posible eutrofización motivada según entienden por el exceso de abonado con los que se tratan las parcelas cercanas a las orillas, restos que, irremisiblemente van a parar al río para dejarlo en muchos tramos en unas situación imposible para la pesca, y lo que es peor, que afecta sobremanera a muchas especies de la fauna acuícola local que necesitan un mayor aporte de oxígeno y de sol para vivir, como las truchas y muchos de los insectos que pueblan las aguas.
«Si había un río en el lugar donde crecimos, lo oiremos siempre»
El exceso de nitrógenos y nitritos que van a las aguas del Tormes provocan que la vegetación acuática prolifere en las zonas con pocas corrientes. Los fenómenos respiración celular de esta vegetación, sobre todo por las noches, disminuye la disponibilidad del oxígeno disuelto en las aguas, fenómeno que aunque natural, está siendo agravado por la eutrofización de las aguas y porque actualmente muchas matas de ova se están pudriendo.
Este diario pulsó la opinión de la Administración medio ambiental regional. «Este problema que se viene repitiendo cada vez más, ya se intentó solucionar a finales de 2023, pues pensábamos realizar trabajos de mejora en el río, como era segar y recolectar esas ovas. Lamentablemente no pudimos realizar esa labor puesto que durante el invierno el caudal circulante lo imposibilitó, pero en este 2024 esperamos poder segar buena parte del río mediante segadoras flotantes, una técnica ya empleada en las labores de mantenimiento del Canal de Castilla a su paso por Palencia y Valladolid. Entendemos que haya preocupación por parte de los pescadores y hay muchos tramos de río donde el agua no se ve por la aparición de tantas ovas, lo que desconocemos si ha podido afectar a las truchas del lugar, a los huchos o a cualquier especie de las que pueblan las aguas del Tormes».
La situación es bastante preocupante entre los pescadores y no pescadores salmantinos que ven cómo su río más emblemático puede estar herido de muerte, tal y como señaló el periodista charro Javier del Cabo en la Gaceta de Salamanca. «La masificación de tantas ovas provoca que el sol y el oxígeno, tan necesarios para la vida, sean consumidos mayoritariamente por esas plantas».