Escopetas al armero
La temporada general de caza menor concluye este domingo en la Comunidad con un pobre balance para los aficionados
Los aficionados a la caza menor de la Comunidad colgarán o guardarán sus escopetas en el armero a partir de este domingo con un balance decepcionante, en la mayoría de los cotos de la Comunidad, sobre todo en cuanto a la reina de la caza menor en España, la perdiz roja que, salvo honrosas excepciones, ha resultado más escasa de lo previsto en un buen número de acotados regionales.
Tres meses han tenido los cazadores de la Comunidad por delante para comprobar este último dato, y a pesar de que en muchos cotos por decisión propia de sus socios y de las directivas que los gestionan arrancó la campaña para la caza de la perdiz más tarde de la apertura oficial -en algunos cotos incluso demasiado tarde, abriendo la caza de la patirrojas a mediados de diciembre-, los aficionados no van a recordar esta temporada como buena, pues no han sido pocos los que cerrarán balance perdicero con media docena de patirrojas en su haber, como mucho.
Las perdices que criaron el pasado verano, que no fueron tantas por otro lado y que se ha achacado este descenso en la cría a la sequía que hubo durante el periodo estival, no han dado la cara o no han sido encontradas por los cazadores en estos meses de campaña. Incluso en las zonas más perdicera de Castilla y León, en cotos de Burgos, de León, palentinos o vallisoletanos las pocas perdices que este año se vieron estuvieron durísimas para el aficionado y únicamente en las primeras jornadas, donde comenzaron a cazarlas desde primer día se lograron algunas perchas reseñables. En el resto, como señalaba a este diario uno de los cazadores burgaleses de mayor renombre de la región, que no ha fallado a la cita con la caza ni un solo día de la, “ hemos tenido menos perdices que el año anterior de todas, todas. Reducimos el cupo y lo dejamos en dos perdices en nuestro coto y muchos días nos hemos vuelto a casa con una perdiz, escasamente algún día con el cupo de la pareja de ellas, y varias jornadas ‘bolos’ o sin ninguna captura por no poder ponerlas a nuestro alcance o simplemente por no verlas».