Año cinegético atípico
La temporada de caza que aún sigue abierta muestra una campaña nunca antes vivida en ningún lugar de España
Concluye el año 2020 y la actividad cinegética y deportiva tampoco se ha salvado de sufrir las consecuencias de la pandemia que el Covid 19 trajo a todos los sectores en España. Todos sin excepción sufrieron las consecuencias de un año atípico, nefasto y marcado por una enfermedad que se ha llevado a miles de personas por delante, muchos de ellos cazadores y deportistas de la escopeta, de los galgos, de la rehala o de la cetrería, por citar de algunos de los gremios que sufrieron bajas entre sus practicantes en toda España.
En Castilla y León, y como un primer balance, la campaña tuvo, como una de las pocas alegrías del año, la proclamación en el mes de enero en el coto de Madrigal de las Altas Torres de la galga Liosa de Clemente como campeona de España de galgos en campo, Copa de su Majestad El Rey. La representante vallisoletana de Matapozuelos se alzaba con la manteleta, la corbata y la Copa del Rey que la acreditaban como la mejor galga del país de la pasada temporada.
Con la llegada de la pandemia, y la declaración del estado de alarma en nuestro país, todos los eventos deportivos y sociales de la caza y de la pesca, como ferias o galas del sector para este año 2020 se vinieron abajo. La Real Federación Española de Caza suspendía todas sus competiciones a nivel nacional y por consiguiente todas las federaciones territoriales hacían lo propio , cancelándose pruebas de recorridos de caza, de compack sporting, de caza San Huberto, e incluso de cetrería, aunque para aquella época la actividad cetrera ya estaba en paro biológico. La Federación de Tiro Olímpico hacía lo propio y todas las competiciones quedaron aplazadas, alguna de ellas de carácter nacional y que estaban previsto que se celebrarán en nuestra Comunidad, como también la Federación castellanoyleonesa de Galgos paralizaba su competición regional por lo que este año 2021 el nacional galguero no tendrá representación de nuestra región.
En el apartado de los animales pronto se pudo ver que la tranquilidad que proporcionaba el estar confinado en casa supuso el acercamiento de muchas especies salvajes a las ciudades, y así se pudieron ver en núcleos urbanos, e incluso en zonas bien céntricas de las capitales, animales como jabalíes, corzos, cabra montés e incluso lobos y algún oso atravesando algún pueblo en mitad de la noche tan tranquilos.
La caza en general crió bien en la primavera pasada y como consecuencia, también lo hicieron las diferentes especies, aumentando considerablemente los daños a la agricultura y ganadería. Las entidades afines a la caza, asociaciones, federaciones y cotos de caza no dudaron en solicitar poder controlar estas especies ante la gran expansión que se estaba comprobando, y fue a partir del mes de junio cuando se empezaron a conceder los primeros permisos para tratar de poner freno a estos crecimientos exponenciales en ciertas poblaciones, como conejos o jabalíes o palomas, que en algunos lugares causaron grandes daños.
Y llegó la media veda. Por fin en agosto se pudo salir a cazar con relativa normalidad en la campaña de la media veda de la mascarilla , que resultó en líneas generales aceptable en unos campos que estuvieron sensiblemente mejor para la caza que en temporadas precedentes. Se cazaron codornices, pero sobre todo fue un año excepcional para las palomas , que fue la gran protagonista en muchos cotos de caza deparando muy buenas tiradas. En octubre la temporada general dio comienzo en toda Castilla León, y aún permanecerá abierta hasta el último domingo de enero. La temporada está resultando entretenida , con una cría aceptable de perdiz, y con unas jornadas que están aprovechando únicamente los cazadores castellanos y leoneses, ya que nuestra Comunidad quedó cerrada perimetralmente con motivo de los repuntes del Covid, y miles de cazadores de otras comunidades; Galicia, Asturias, Cantabria o Extremadura, que habitualmente cazan en Castilla León, no han podido hacerlo al encontrarse confinadas en sus regiones.
La campaña continúa adelante y en lo referente a la caza mayor se puede decir que está resultando buena en las monterías que se están realizando, eso sí, todas ellas cumpliendo el estricto protocolo anti Covid y donde se han suspendido todos los actos sociales que conlleva una jornada de caza mayor. Se ha tratado en toda las comunidades que la caza fuera declarada actividad esencial para que el movimiento de los cazadores pudiera permitirse y poder seguir controlando las diferentes especies, pero no se ha conseguido esta propuesta por lo que habrá que esperar a ver cómo evoluciona la pandemia y desear que el próximo año 2021 se vuelva a la antigua normalidad que es lo que todos los aficionados estamos ansiando y haciendo votos para que así sea.