Nufri concluye la cosecha de manzanas con el reto de la IGP

Hace unos días que Nufri ha dado por finalizada la cosecha de manzanas en su finca de La Rasa, con unos resultados que rondan los 35 millones de kilos, una cifra estable, dado que el proyecto ha alcanzado su madurez en la producción.

Lo cierto es que las lluvias de los dos últimos meses han provocado una recogida intermitente, que se alargó aproximadamente diez días más de lo previsto, según explican fuentes de la empresa hortofrutícola. Sin embargo, destacan que estas precipitaciones no han afectado ni a la producción ni a la calidad de las manzanas. Y es que Nufri ha implementado en la finca medidas efectivas para manejar las condiciones climáticas, asegurando que la cosecha se realice de manera eficiente y que las manzanas mantengan su alta calidad.

Recuerdan desde la compañía leridana que las abundantes lluvias de la pasada primavera no retrasaron la producción en la finca de La Rasa, que lleva estable desde hace ya tres campañas. «A pesar de las condiciones climáticas adversas en otras regiones, la finca logró mantener su calendario de producción sin contratiempos».

Las campañas en Nufri siempre siguen el mismo orden de recolección, comenzando con la Sweetango y Gala a finales de agosto y principios de septiembre, para continuar con la Golden, Evelina y la Red Chief, y finalizar en noviembre con la Fuji y la Envy. Una producción que en su mayoría se queda en territorio nacional, comercializadas a través de sus marcas comerciales: Livinda y Envy. No obstante, hay calibres y calidades que no tienen salida en el mercado nacional y se exportan tanto a Europa como por ultramar al resto del mundo.

Finalizada la cosecha se queda el personal fijo para las instalaciones de almacenamiento, con las zonas de ampliación de frío ya finalizadas y a pleno rendimiento, de modo que pueden albergar el 100% de la producción de La Rasa con los últimos avances tecnológicos para mantener en condiciones óptimas su producción de manzanas. Cabe recordar que se trata de una nave de más de cinco mil metros cuadrados y una marquesina de otros 780 donde se han instalado 32 cámaras frigoríficas. En total, la empresa ha invertido cuatro millones de euros, una nueva inversión con la que aumentará la capacidad de almacenaje en 5.000 toneladas.

Por el momento no plantea la incorporación de nuevas variedades en su finca de más de 800 hectáreas, aunque sí que puede haber reconversión varietal, es decir, la sustitución de alguna variedad con peor adaptación al clima soriano por las que mejor se han adaptado y funcionan en el mercado.

Ahora, Nufri tiene la mirada puesta en conseguir la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la manzana de Soria, proyecto que lidera desde la Asociación de Productores como principal empresa del sector en la provincia, y espera presentar «lo antes posible la memoria justificativa».

Lo cierto es que las firmas hortofrutícolas instaladas en Soria llevan desde hace una década buscando que la manzana ocupe un lugar preferente que beneficie al sector de la provincia gracias a «ese punto dulce que adquiere la fruta por la altitud».

Su solicitud de la IGP con el objetivo de conseguir un valor añadido para la fruta con origen en el territorio se basa en que «la manzana de Soria es muy distinta no sólo de otras que se producen en el país, sino también en el resto de Europa». La causa no es otra que «el clima tan extremo de la provincia, que permite hacer una manzana increíble».

Porque la temperatura disminuye un grado centígrado por cada 180 metros de ascensión, con lo que se logra más horas de frío, más cantidad de hidratos de carbono (glúcidos o sacáridos) y más aroma por la insolación y sequedad. Así a mayor insolación, existe un mayor número de cloroplastos, con lo que se produce mayor elaboración de almidón y la fruta es más dulce.

Además, desde Nufri ya explicaron en su momento que «la manzana de Soria presenta las características organolépticas más equilibradas para las tendencias de consumo actuales».