Diario de Castilla y León

Buenas perspectivas para la colza, un cultivo al alza en Castilla y León

Las lluvias de septiembre favorecen las siembras, casi todas con variedades híbridas / La superficie se ha multiplicado por diez desde el año 2007

Parcelas cultivadas de colza en Fuentes de Valdepero, en la provincia de Palencia

Parcelas cultivadas de colza en Fuentes de Valdepero, en la provincia de PalenciaICAL

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Arranca la campaña de colza con gran expectación en los campos de Castilla y León. Pinta bien, por ahora, aunque con esto de la meteorología nunca se sabe. De momento, las lluvias de finales de septiembre y principios de octubre ofrecen excelentes perspectivas, tal y como corrobora el responsable del Plan de Experimentación Agraria del Itacyl, Gabriel Villamayor. La clave, según detalla, reside en la fecha elegida para las siembras, que se han podido hacer «de manera correcta».

El «momento adecuado» para iniciar la campaña, según apunta Villamayor, es la última semana de septiembre. Quienes aún no lo hayan hecho están apurando demasiado, ya que la fecha límite recomendada se sitúa en torno al «15 y 16 de octubre». A partir de ahí, asegura, «los rendimientos empiezan a notarse».

Salta a la vista que la colza está en auge en Castilla y León. Basta con analizar los datos recabados por el Ministerio de Agricultura. En 2007, se destinaron 5.727 hectáreas para este cultivo en la Comunidad, casi el 29% de las 19.783 hectáreas de superficie en el conjunto del país. Pues bien, este año se reservaron nada más y nada menos que 50.222 hectáreas (111.360), prácticamente diez veces más que a mediados de la década pasada.

El aumento de superficie se ha producido de manera progresiva durante todos estos años. Sin embargo, el responsable del Plan de Experimentación Agraria del Itacyl recuerda que el verdadero bum tuvo lugar en 2022. De un ejercicio a otro, se pasó de 40.608 a 60.501 hectáreas, el mayor pico registrado en Castilla y León. Ya en la campaña siguiente, la de 2023, hubo un bajón y se reservaron 47.296 hectáreas. Aun con todo, el ligero incremento de este año invita a pensar que el cultivo podría seguir creciendo.

Entretanto, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León continúa realizando ensayos de colza. Lo hace desde el año 2003 con el objetivo de evaluar la adaptación de diferentes variedades a las condiciones agroclimáticas de la región y, en la actualidad, casi todas las que se siembran son híbridas -especialmente restauradas- tras la progresiva desaparición de las variedades línea por ser «menos productivas».

En la última campaña, el Itacyl puso a prueba más de una veintena de variedades en los campos de ensayo, promovidos junto a la Fundación Caja Rural, en la localidad burgalesa de Fresnillo de las Dueñas. De acuerdo a las conclusiones extraídas por el organismo público, se obtuvieron «buenos rendimientos» y, encima, «superiores a la campaña anterior». De media, se obtuvieron 4.931 kilos por hectárea. Y aunque se haya constatado que «no existen diferencias estadísticamente significativas» entre unas y otras variedades, lo cierto es que destacan las francesas LG Atlas y LG Aphrodite -registradas en la Red Genvce en 2021 y 2023, respectivamente- con rendimientos superiores a los 5.400 kilos.

Las lluvias, por encima de la media en relación a años anteriores, han contribuido a alcanzar estos resultados. Lo curioso del asunto, tal y como remarca Villamayor, es que «el mes en el que menos ha llovido fue abril». Y eso, obviamente, «ha perjudicado un poco la campaña» de todos los cultivos.

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