Una vaca subcampeona de España, dos nuevos premios y Burgos «en el mapa»

Había asistido como público, pero nunca como participante. El año pasado, a punto estuvo de presentarse. Al final, decidió no hacerlo por «miedo» a los focos de fiebre hemorrágica latentes. Sin embargo, Aitor Sainz Maza decidió dar el paso de una vez por todas. Tampoco tenía demasiadas expectativas porque Salamaq es la feria agropecuaria «más importante del sur de Europa dentro del mundo ganadero». Aún así, el responsable de Granja el Arenón, en Quisicedo de Sotoscueva (Las Merindades, Burgos) sabe de sobra que sus vacas limusinas tienen aptitudes. Después de obtener unos cuantos galardones en el Salón del Vacuno, también en Salamanca, ¿por qué no intentarlo?

Aitor y Ana, su mujer, acudieron al recinto ferial charro con Saskia y Vilma (madre e hija), flamantes ganadoras en la sección de Vacas de tres años con cría. «Con Saskia siempre tengo una corazonada», confiesa el joven ganadero burgalés y razón no le falta. «Quinto concurso y quinto premio». Y ojo, porque después de consagrarse como Gran Campeona Adulta de Castilla y León el pasado mes de marzo en el Salón del Vacuno, se proclamó subcampeona de España en Salamaq.

También apostó por Úrsula, un «animal mixto muy completo». Con menos expectativas incluso porque el listó está muy alto, también se alzó con un primer premio en la sección de Novillas de 16 a17 meses. No daba crédito, aunque ha podido comprobar que el trabajo, unido a la pasión por el oficio y su apuesta en firme por la raza limusina, lleva tiempo dando sus frutos. «Mejor imposible», confiesa a sabiendas de que los jueces, tan profesionales como rigurosos, se fijan hasta en el más mínimo detalle.

De vuelta a casa, Aitor recibió la enhorabuena de sus vecinos y de muchos ganaderos de la zona. Su triunfo, aunque propio, le permite poner de manifiesto el «buen hacer» y la «calidad» agropecuaria que existe en el norte de la provincia de Burgos. Si de algo se enorgullece tras su paso por una feria tan potente como Salamaq, que este año atrajo a cerca de 90.000 visitantes, es de «llevar el nombre de Quisicedo y de Las Merindades, de ponerlo en el mapa».

Al margen de los concursos en los que el Arenón lleva unos cuantos años seguidos arrasando, Aitor continúa trabajando a destajo en su explotación. La raza limusina está cada vez más en auge, fundamentalmente por su elevada aptitud cárnica, cómodo manejo y capacidad productiva. Y se nota en su valor, que se mantiene en un nivel «muy bueno» pese al encarecimiento de los costes de producción a raíz de la pandemia y, posteriormente, la guerra entre Rusia y Ucrania. Por otro lado, conviene tener en cuenta que los precios se han disparado, en el bovino en general, debido al progresivo cierre de explotaciones que se traduce en «escasez» de género.

Mientras tanto, los ganaderos continúan ojo avizor para evitar que la enfermedad hemorrágica epizoótica entre en sus instalaciones. Aitor, de momento, no ha sufrido este perjuicio. Sin embargo, está al tanto de que se han detectado varios brotes en el norte peninsular, desde Galicia hasta Cantabria y también en Las Merindades.

Un foco de esta enfermedad puede ser la puntilla para muchas explotaciones que sobreviven a duras penas porque «causa bastantes muertes». Por no hablar del «estrés» para el ganadero, siempre con la «angustia» diaria cuando acude a ver a sus animales «y no sabes lo que te vas a encontrar».

«Es como el covid, hay que pasarlo», señala Aitor mientras explica que, para evitar males mayores, optó por administrar la primera vacuna destinada a prevenir el virus. En cualquier caso, lamenta que no exista un protocolo perfectamente definido por parte de la Administración para saber cómo actuar en este tipo de situaciones. Lo ideal, concluye, sería que se adopten medidas al respecto para garantizar el bienestar y mantenimiento de las cabañas ganaderas.