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Abierto el plazo de los seguros de herbáceos, olivar y frutos secos

La sequía de 2023 y otros eventos climáticos de este año elevan las indemnizaciones de las dos últimas campañas a casi 590 millones de euros

La cosecha 2024 es la más asegurada de la historia

Efectos de la sequía en una plantación de maíz.PQS / CCO

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Valladolid

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Con septiembre se abrió el plazo para suscribir el seguro de importantes producciones agrícolas, como los cultivos herbáceos extensivos, el olivar o los frutos secos, a través de los módulos que incluyen las opciones de aseguramiento más amplias, informa la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro). «Se trata de un momento clave para garantizar la protección de la cosecha 2025 frente a los riesgos meteorológicos más severos, como la sequía, el pedrisco o las heladas, que han estado muy presentes en las últimas campañas», remarca la organización.

En cuanto a los cultivos herbáceos, está en marcha el periodo para asegurar la cosecha 2025 de producciones tan relevantes como el trigo, la cebada, la avena, el centeno, el arroz, el girasol, el maíz, el garbanzo, la lenteja o la judía, entre otras, a través de los módulos 1 y 2 en secano, que incluyen los riesgos de sequía, asurado, pedrisco, no nascencia, no implantación, incendio o fauna entre sus coberturas.

Además, y al igual que en las pasadas campañas, Agroseguro renueva la bonificación del 5% para aquellos productores que hayan contratado los módulos 1 o 2 en secano en el plan anterior y vuelvan a suscribir estos módulos para la cosecha 2025 antes del 30 de septiembre, 31 de octubre o 15 de noviembre, en función del ámbito y del cultivo de que se trate.

«En la última década, la sequía ha sido uno de los riesgos de mayor incidencia sobre estos cultivos, registrándose de forma cada vez más recurrente y dañina», explican desde Agroseguro. En 2023, la sequía generalizada elevó las indemnizaciones en herbáceos hasta su máximo histórico de 475 millones de euros. Y para 2024, pese a que las precipitaciones han sido más frecuentes, la estimación sobrepasa los 110 millones, cifra superior a la media del periodo 2017-2022.

Esta tendencia ha provocado un crecimiento claro del aseguramiento en la campaña 2023 (cosecha 2024). Las pólizas contratadas en otoño –las de cobertura más completa, incluyendo sequía– rebasaron los 3,5 millones de hectáreas (+12%), el capital asegurado se incrementó en alrededor de un 10%, y sobrepasó los 2.800 millones de euros. Sumando lo contratado en la primavera, concretamente los seguros para el pedrisco, la superficie superó las 4,7 millones de hectáreas, lo que supone un 12% más; la producción creció en un 31% hasta las 18 millones de toneladas aseguradas; y el capital asegurado se incrementó en un 26%, alcanzando 4.244 millones de euros.

OLIVAR Y FRUTOS SECOS

En el caso del olivar «los módulos de otoño (módulos 1 y 2) ofrecen protección frente a daños por sequía, pedrisco, lluvia, helada, viento o incendio, entre otros riesgos, y permiten contratar dos cosechas consecutivas, con el cálculo de las indemnizaciones de manera independiente para cada campaña», detalla la misma fuente. Entre las principales novedades para la próxima campaña, se han revisado al alza (de media, un 10%) los precios de la aceituna, lo que se traduce en una mayor indemnización en caso de siniestro.

En septiembre también comienza el plazo para suscribir el seguro de frutos secos (almendro y avellano) frente a los riesgos de pedrisco, helada, sequía y riesgos excepcionales (lluvia, inundaciones, incendios o viento), así como el seguro para las producciones de níspero, castaño, higuera, kiwi y endrino. El sistema español de Seguros Agrarios Combinados ofrece cobertura al sector agrario frente a los daños causados en las producciones agrícolas y ganaderas por siniestros de diversa naturaleza. Las condiciones climáticas extremas y cambiantes y los perjudiciales efectos que tienen en las cosechas ponen de manifiesto la conveniencia de proteger las explotaciones con un seguro agrario que permita hacer frente a estas situaciones.

Por otro lado, Agroseguro confirmó que está realizando las evaluaciones definitivas de los daños sufridos por el viñedo en las zonas de producción más temprana, como Extremadura, Aragón o Cataluña, así como los varietales blancos tempranos de otras zonas, entre las que se encuentra Castilla y León. «Aunque por el momento se han recibido partes de siniestros correspondientes a casi 175.000 hectáreas, se estima que se van a superar las 200.000, lo que representa la mitad de la superficie asegurada de uva de vino para la cosecha 2024», remarcó la entidad.

Desde hace semanas, más de 250 técnicos valoran el impacto de los diferentes siniestros registrados durante 2024, de los que cabe destacar, según Agroseguro, los de los meses de abril y mayo, con heladas que provocaron daños en casi 68.000 hectáreas, principalmente en Castilla-La Mancha y Castilla y León, aunque también en otras zonas productoras como La Rioja, Cataluña, País Vasco, Aragón y Navarra.

También las tormentas de pedrisco, que comenzaron en abril «y desde entonces no han cesado». Hasta finales de agosto se reclamaron daños en más de 49.000 hectáreas aseguradas, repartidas de forma generalizada por prácticamente todas las zonas productoras, pero especialmente en La Rioja, Cataluña, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha y Navarra. Los episodios más intensos fueron los ocurridos en junio, aunque las tormentas de los meses de julio y mayo también fueron severas.

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«Aunque aún es pronto para cuantificar las indemnizaciones para los viticultores asegurados, una primera estimación se sitúa por encima de los 92 millones de euros, una de las más elevadas de los últimos años», concluye Agroseguro.