Diario de Castilla y León

El campo pide un avance normativo para aplicar fitosanitarios con drones

Asaja Soria reclama que se pueda dar cobertura legal a la utilización de esta «tecnología de futuro», una aliada estratética de la agricultura

Medio millar de agricultores asistieron a las pruebas de tratamiento de los campos de Asaja Soria mediante drones.

Medio millar de agricultores asistieron a las pruebas de tratamiento de los campos de Asaja Soria mediante drones.hds

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Irene Llorente Yoldi

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La utilización de los drones en el sector agrícola está cada vez más extendida, dado que se han convertido en aliados estratégicos para la agricultura de precisión, aquélla que recurre a las nuevas tecnologías y la gestión digital para aumentar la cantidad y la calidad de la producción con menores costes. Lo afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que considera estos dispositivos como una nueva herramienta agrícola capaz de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Pero el reto es la seguridad alimentaria, que pasa por el uso de estos vehículos aéreos no tripulados para aplicar productos fitosanitarios en los cultivos.

A este respecto, Asaja Soria pide un avance normativo para dar cobertura legal, total, al uso de los drones para que se puedan utilizar fácilmente porque son «tecnología del futuro». Así lo explica el gerente de la organización profesional agraria, Juan Francisco Barcones, durante la demostración de tratamiento con drones a cargo de la empresa Eurocopter que se realizó en los campos de ensayo de Asaja Soria en Almazán. En este sentido, insiste en que los avances tienen que ir por una legalización de este tipo de aparatos para que se puedan usar fácilmente.

Eurocopter ofrece servicios de tratamiento sobre el terreno mediante drones y puede procesar campos agrícolas con seguridad de más de 1.000 hectáreas por turno gracias a sus diez vehículos de este tipo. Entre las principales ventajas destaca que el tratamiento aéreo de cultivos permite trabajar en campos con mucha humedad, cuando los vehículos con ruedas no son capaces de entrar en el campo. Y en el caso de los trabajos en estación primaveral, el uso de vehículos aéreos no tripulados permite aplicar microelementos entre 7 y 15 días antes de lo habitual.

También garantiza una seguridad al trabajar con productos químicos, dado que el operador del dron estará a una distancia prudente de la máquina. Así, se eliminan los casos de intoxicación y los efectos indeseables del producto en el cuerpo humano, algo que es especialmente peligroso cuando se trabaja con productos químicos volátiles.

Sin olvidar que se produce un ahorro del 95% de agua en la preparación del líquido de pulverización, ya que trabajar con volúmenes ultrabajos elimina la necesidad de grandes cantidades de agua. Por ejemplo, sólo se necesitan 500 litros de agua para tratar un campo de 100 hectáreas.

Tampoco se compacta el suelo ni se pisotean las plantas durante el cultivo, con pérdidas que pueden llegar al 10% de las cosechas. En estos casos, el tratamiento con drones se convertirá en una ayuda indispensable que podrá aumentar significativamente los futuros rendimientos por hectárea.

Los agricultores coinciden en que estas herramientas, que incorporan ‘software’ específico para conocer exactamente qué necesita cada cultivo y en tiempo real lo que fomenta la reducción de los costes y así como el aumento de la productividad para afrontar un gran reto: garantizar la seguridad alimentaria, es decir, disponer de la cantidad suficiente de alimentos de calidad para una población planetaria que superará los 9.000 millones a mediados de siglo.

Además, Asaja Soria aprovechó también la jornada en los campos de ensayo, en la que participaron cerca de medio millar de agricultores de toda la provincia, para pedir a los fabricantes de productos fitosanitarios que registren formulaciones para poder hacer tratamientos con bajo volumen.

Desde el año pasado los campos de ensayo de la organización profesional se ubican junto a la carretera de El Burgo de Osma, en los terrenos anexos a la Escuela de Capacitación Agraria de Almazán, gracias a un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento, donde está intensificando su oferta de experimentación. Hasta entonces se encontraban junto a la carretera de Morón, si bien la edición de 2023 la jornada no se pudo celebrar por la sequía extrema que sufrieron los campos sorianos.

Lo cierto es que las jornadas de los campos de ensayo, que llevan ya 22 años, se trata de una iniciativa que ha despertado siempre elogios entre las empresas y los profesionales del campo y ya es todo un referente. Por eso, Asaja Soria, consciente de la importancia de aportar soluciones a los nuevos retos de la agricultura de la provincia, impulsará la continuación de los exitosos campos de ensayo y perfila ya nuevos trabajos y estrategias para sucesivas ediciones.

Durante la jornada se mostraron los resultados de la experimentación en unas 12 hectáreas, con multitud de variedades, sembradas en diversas fechas y en distintos ciclos. Los agricultores pudieron observar las evoluciones de parcelas en ensayos con 18 variedades de trigo de invierno, ensayo con 10 variedades de cebada de invierno, 11 variedades de cebada de primavera y siete variedades de centeno híbrido. También hubo oportunidad de comprobar a pie de campo ensayos con nueve variedades de triticale, así como variedades de yeros, veza y guisante proteaginoso más ensayo de abonado con biofertilizante (Nutribio N). En este caso se contó con las explicaciones de los servicios técnicos de Syngenta.

En la jornada no faltaron los ensayos con variedades de girasol convencional y alto oleico y ensayos con variedades de girasol tolerantes a herbicida (Tribenuron-metil).

La presidenta de la organización, Ana Pastor, constata que los resultados de las pruebas que cada año se realizan en los campos de experimentación «hacen más imprescindibles todavía incorporar a los campos de la manera más eficaz posible novedosas experiencias y líneas de pruebas llamativas, pero a la vez rigurosas, útiles y comprobables, que permitan mejoras en la ya de por sí muy compleja agronomía provincial».

Reconoce que «desde la junta directiva existe confianza plena en que la continuación de las actuaciones puestas en marcha en los campos de ensayo contará con un mayor respaldo desde las administraciones, ya con vistas a 2025». Porque insiste en que «la investigación agrícola es quizá poco conocida fuera del ámbito profesional, pero es muy importante y genera un gran beneficio general a la sociedad, al ser una constante para mejorar la calidad, la sanidad vegetal y los niveles de producción. De igual manera, permite comprobar la idoneidad del terreno y del clima para la introducción de nuevos cultivos que den alternativas a los profesionales del campo, y eso sea a la vez en beneficio de la seguridad alimentaria».

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