Diario de Castilla y León

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El calor de marzo acelera el desarrollo de la colza tras una siembra «rara»

Las zonas más tempranas temen que luego quede tocada si llegan hielos, y en las más tardías hay menos superficie por las lluvias de otoño

Los campos de colza en la zona de San Esteban de Gormaz llaman la atención por su intenso amarillo.

Los campos de colza en la zona de San Esteban de Gormaz llaman la atención por su intenso amarillo.Mario Tejedor

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Entre una semana y quince días llevan de adelanto los campos de colza en las zonas más adelantadas de la Comunidad, donde ya lucen con sus llamativos amarillos, debido al exceso de calor de finales del mes de marzo, una evolución que los agricultores confían en que se frene gracias al descenso de las temperaturas de la última semana, para evitar que este cultivo se quede tocado si luego llegan las heladas.

Lo cierto es que esta temporada la colza está resultando de lo más dispar, dado que su siembra se vio perjudicada en las provincias más retrasadas, como Segovia o Soria, por la sequía que arrastraban las tierras después del verano, y que no hacían óptimos los trabajos, complicándose después con las incesantes lluvias de otoño, por las que no podían entrar las máquinas.

Y es que la colza tiene el ‘pero’ de la siembra, porque esta muy condicionada por las fechas. Tiene una problemática fundamental agronómica, ya que precisa estar implantada, nacida y en estado de roseta (con varias hojas verdaderas) antes de que empiecen los hielos. Ello obliga a sembrar este cultivo industrial en septiembre, lo que complica la situación, porque precisa de una preparación del terreno por detrás del cereal y además que haya lluvias para que la nascencia sea rápida, porque precisa de una preparación del terreno por detrás del cereal y además que haya lluvias para que la nascencia sea rápida. De este modo, la colza afronta mejor las heladas porque si está justo naciendo resiste muy mal el hielo.

Aunque todavía las estimaciones de siembra de colza son muy provisionales, a la espera de disponer los datos correspondientes a la solicitud única de ayudas PAC 2024, cuando la Consejería de Agricultura y Ganadería conocerá con certeza la superficie cultivada, todo apunta a que se mantendrá en cifras del año pasado, salvo en las provincias más tardías donde no pudieron entrar a trabajar. Así, podría rondar en las 50.000 hectáreas, con Zamora y Valladolid liderando la superficie, con 9.800 y 8.300 hectáreas respectivamente, y en último lugar estarían Soria y Segovia, con poco más de 2.000 hectáreas.

«Primero por falta de agua y luego por exceso la colza ha vivido esta temporada una sementera muy complicada, porque no se han dado las condiciones óptimas que requiere», señala el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, quien teme que finalmente descienda la superficie en estas provincias. «Arrastrábamos una sequía desde el año anterior, y a mediados de octubre se puso a llover y no paró en semanas, con lo que se hizo imposible sembrar».

No obstante, insiste en que es una buena alternativa a los cereales, «al igual que el girasol o las vezas, sobre todo para tener una buena producción en los herbáceos, si bien en el caso de la colza se tienen que dar las características de siembra, porque de lo contrario hay que adaptarse a nuestro terreno y a la climatología que nos toca».

Lo cierto es que se teme que va a descender la superficie sembrada en general: «Los gastos siguen muy elevados, sobre todo los fertilizantes, los herbicidas y el gasoil, y el precio ha ido a la baja, por lo que los agricultores hemos sido a siembras con menos costes». En este sentido, cree que «todo apunta a que sí que va a haber mucha siembra de girasol».

Aurelio González, secretario general de UPA Castilla y León, constata que las parcelas de colza se están adelantando mucho debido al calor de finales de marzo, como ocurre en concreto, en Zamora, la provincia más productora de esta oleaginosa y donde él tiene la finca. Reconoce que «la sementera ha sido rara» porque el sector se arriesgó a sembrar pronto y otros no pudieron por las lluvias, como ocurrió en Segovia y en Soria, donde señala que «todavía hay girasol sin cosechar», e incluso «en Segovia todavía están con un 30% del cereal que suelen sembrar otros años».

Jesús Manuel González Palacín coincide en que la colza va «bastante adelantada», y en algunas zonas «entre una semana y quince días», por lo que espera que se frene con las temperaturas más bajas de estos últimos días porque «de lo contrario si después llegan heladas en mayo la pueden dejar tocada».

Más superficie

La colza va ganando fuerza en la Comunidad porque los resultados de rentabilidad están más que probados. En poco más de 20 años este cultivo industrial ha conseguido asentarse, teniendo en cuenta que en 2005 apenas se sembraron 344 hectáreas y en la última campaña se superaron las 47.200 hectáreas, pero fue en 2022 cuando marcó la cifra récord de 60.400 hectáreas. No sólo por su precio, más del doble de hace veinte años, sino porque permite rotar muy bien con los cereales.

Auge en Europa

En la Unión Europea la colza es la oleaginosa más cultivada. Su interés radica en el mercado creciente de los biocombustibles y en la industria agroalimentaria para la elaboración de aceite, aunque en España su consumo sigue ‘estigmatizado’ por el recuerdo de la tragedia de 1981, cuando por la manipulación de una partida de garrafas procedentes de Francia y vendidas de forma ambulante a un precio barato provocó la muerte de 1.100 personas y el envenenamiento de otras 60.000, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), de las que 25.000 resultaron con secuelas irreversibles.

Gastos elevados

No obstante, los gastos son similares a los que hay que invertir en el trigo y la cebada, con los fertilizantes, los herbáceos y los combustibles. Pero, sin embargo, al estar los precios muy por encima de los de los herbáceos los agricultores no se lo piensan. El único ‘pero’ es la siembra porque está muy condicionada por las fechas.
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