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MUNDO AGRARIO

El ‘oro de los Andes’ llega al páramo

La quinoa se consolida como uno de los cultivos más rentables para cumplir con la rotación obligatoria de la PAC y ya se extiende por cuatro provincias de Castilla y León / Una empresa difunde el cultivo especialmente en territorios como León, donde urgen sustitutos del maíz en regadío

Labores de aricado en un cultivo de quinoa - QUINOA DEL PÁRAMO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Un cultivo ancestral con 7.000 años de historia en los Andes , la quinoa, se consolida como cultivo alternativo en Castilla y León para afrontar la rotación obligatoria de la PAC , una rotación que trae de cabeza a los agricultores de la Comunidad. Una preocupación más especialmente para los productores leoneses, habituados a sembrar maíz sin ningún problema gracias a las abundantes infraestructuras de riego y disponibilidad de agua en la provincia. ¿Qué cultivo podrán encontrar al menos igual de rentable y que no les pida más inversión?

Desde 2016 una empresa leonesa investiga para aclimatar a estas tierras la quinoa , una planta que se introdujo en España por Andalucía pero que cada vez concita el interés de más agricultores en Castilla y León. Al principio hacía ensayos de la mano del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), y desde hace cuatro años lanza este cultivo como actividad empresarial, cuando las pruebas evidenciaron la garantía de que el cultivo se aclimata. De las cinco hectáreas iniciales en 2020, la superficie se ha disparado y este año esperan llegar a superar las 1.500.  

«A estas alturas, ya tenemos contratadas más de 900 » asegura en respuesta a este periódico Juan Pablo García Valadés, socio de la empresa, denominada ‘Quinoa del Páramo’. «Las 5 hectáreas del primer año subieron el año siguiente a 30 , después a 100 y el año pasado ya rozaron las 300». Acaba de empezar el periodo de contratación y la cosa avanza viento en popa, «y eso teniendo en cuenta que todo el regadío falta por cerrar en León», apunta. 

Así, Quinoa del Páramo ha contratado ya unas 400 hectáreas en Salamanca, donde este martes el propio Valadés acudirá a hacer una presentación con agricultores. La pasada semana estuvo en el municipio leonés de Laguna de Negrillos, con una intervención en la Casa de Cultura , ofreciendo semilla, asesoramiento y contratos a los productores interesados. «Llegaron agricultores incluso de Soria y del norte de Burgos para interesarse por la quinoa», añade.

Se trata de un ‘tour’ que inicia la empresa y que recorrerá varias provincias. Las prioritarias, para comenzar el impulso de esta interesante alternativa de cultivo son, además de Salamanca y León, Zamora y Valladolid. «Por ahora vamos a ceñir los esfuerzos en estas cuatro, luego continuaremos», explica el socio de la empresa. En Zamora ya tienen 300 hectáreas, 200 en Valladolid .

Y es que no solo se trata de un cultivo que pueda servir de alternativa al maíz, sino que puede ser «mucho más rentable», asegura Valadés, puesto que, aparte de la variable del precio, hay que tener en cuenta el mucho menor gasto en agua y fertilizantes que requiere el cultivo de la quinoa. Por otro lado, se trata de un cultivo «robusto, con bajo coste y sin necesidad de maquinaria específica».

Quinoa del Páramo se propone «marcar el rumbo hacia una agricultura más sostenible y rentable, con una visión innovadora». Tal y como subrayó en un comunicado días antes de la presentación en Laguna de Negrillos, «las últimas campañas agrícolas están siendo un auténtico quebradero de cabeza para el conjunto de los agricultores en España y más concretamente para León», debido a los fenómenos meteorológicos cada vez más severos, así como al «brutal incremento de costes y la bajada de los precios del cereal», lo que provoca que los agricultores «en el mejor de los casos, cambien el dinero de mano y su rentabilidad desaparezca».

Para esta campaña de 2024 se dan otras circunstancias que vienen a agravar la situación de los agricultores como es, por un lado, «la aplicación de la nueva PAC, que, en una zona como León, con muchas explotaciones con prácticamente monocultivos de maíz, va a obligar en la práctica a rotar y buscar alternativas para casi 20.000 hectáreas que durante los últimos años han estado sembradas en exclusiva de maíz». 

Por otro lado, la época de lluvias durante el otoño y comienzo del invierno «han impedido a muchos agricultores poder hacer la siembra del cereal de invierno y a estas alturas de año, se ven obligados a buscar cultivos alternativos para las miles de hectáreas de secano que quedan aún por sembrar en las provincias de León y Zamora». Desde Quinoa del Páramo explican que la quinoa es un cultivo ancestral con más de 7.000 años de historia en los Andes, que ha ganado reconocimiento global por sus impresionantes cualidades nutricionales y su adaptabilidad a diversas condiciones agronómicas. «Quinoa del Páramo se presenta como una propuesta integral para los agricultores, ofreciendo semillas de alta calidad con una poderosa capacidad de germinación, adaptadas tanto a explotaciones convencionales como ecológicas en terrenos de regadío y secano», añade la firma.

La quinoa, considerada un «súper alimento» por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), no solo es libre de gluten, haciéndola apta para celiacos, sino que también es uno de los pocos alimentos que ofrece todos los aminoácidos esenciales para la vida. Es una fuente destacada de proteínas, convirtiéndola en un componente muy valioso para dietas deportivas, tradicionales y nutricionales para niños. Estos aspectos contribuyen a que la demanda mundial vaya en aumento cada año y se reclame quinoa cultivada bajo los parámetros fitosanitarios de la Unión Europea.

Desde la perspectiva agronómica, la quinoa presenta una serie de beneficios que la convierten en una elección atractiva para los agricultores. Con necesidades hídricas muy bajas y bajos requerimientos de fertilización, es un cultivo adaptable a sistemas de regadío y secano. Con rendimientos promedio de entre 4 y 5 toneladas por hectárea en regadío y 2 toneladas por hectárea en secano, la quinoa se erige como una opción rentable y sostenible.

En cuanto a la empresa comercializadora, Quinoa del Páramo, «no solo ofrece semilla de calidad y asesoramiento especializado en todas las etapas del cultivo, desde la siembra hasta la cosecha, sino que también soluciona una de las principales preocupaciones de los agricultores: el acceso a canales de comercialización», relatan desde la marca. «La empresa ofrece contratos de compra-venta a precios fijos asegurados, proporcionando seguridad y estabilidad a los agricultores».

De raíz leonesa

Quinoa del Páramo, empresa de origen leonés, fue creada hace 4 años, tras otros 3 años de campos de ensayo. Desde entonces, ha pasado a formar parte de uno de los grupos agrícolas más importantes de España, ampliando cada año la cantidad de hectáreas sembradas de este cultivo andino.

«Tenemos que adaptarnos a la normativa europea, porque cuando viene algo de allí, es sí o sí, de poco sirven las tractoradas», relata García Valadés. «Por eso nos decidimos a empezar a introducir este cultivo, para probar la rotación en nuestros campos». La empresa, en una pequeña explotación de unas 50 hectáreas, no solo siembra quinoa, sino también maíz, remolacha, trigo y girasol. «Nosotros hemos ido dando a conocer a otros agricultores. Lo que hacemos, con una especie de espíritu cooperativista, en el que nosotros entregamos las semillas. Se hace un contrato ya con el precio cerrado, asegurado, y damos todo el asesoramiento. Y después, garantizamos que compramos la producción», explica el socio de Quinoa del Páramo. 

«Nosotros no venimos a sustituir a nadie», aclara Valadés. «Yo sé que a gente del entorno del maíz esto les genera cierto recelo, pero nosotros lo que somos es defensores de la rotación del cultivo. Siempre es bueno para las explotaciones y para el campo. Nosotros venimos a complementar. Seguimos sembrando maíz, seguimos sembrando remolacha, girasol, y lo único, que en nuestra escala ya hemos implementado desde hace años la rotación con la quinoa, que rota muy bien con el resto de cultivos, y es lo que estamos ofreciendo al resto de los agricultores.

En cuanto a la rentabilidad de la quinoa, Valadés remarca que «solo en León hay que rotar 20.000 hectáreas de maíz», algo que «la gente está viendo a última hora, y después vendrán las prisas y nos llamarán para entrar con otro cultivo como la quinoa», advierte. Dicho esto, lo que quiere transmitir a los agricultores es que la rentabilidad «tiene que venir de la mano de la reducción de costes». Y es que «de nada me sirve que yo pueda facturar mucho, como puedo facturar, a lo mejor, con el maíz, si el 60% de la producción se me va en costes y encima el precio del cereal se desploma, como de hecho está pasando ahora». 

Así, «con la quinoa estamos hablando de que para regadíos da rendimientos de cuatro o cinco toneladas por hectárea. Ahora mismo se está pagando en torno a unos 790 euros la tonelada, que es lo que cerramos en cultivo convencional y 1.290 euros la tonelada en cultivo ecológico, que esos precios no te los paga nadie», remarca. Aparte de eso, «en el tema de riegos solo hay que echar 120 litros por hectárea en todo el ciclo, estamos hablando de tres riegos de 40 litros, y alguno de ellos como el primero, el de nascencia, lo solemos sustituir por precipitaciones, por agua de lluvia. O sea, que estamos hablando prácticamente de dos riegos». 

Bajos requerimientos

Esos bajos requerimientos hídricos «conllevan ventajas, primero, a nivel medioambiental, y también a nivel de costes, porque el agua también tiene su precio», remarca el socio de Quinoa del Páramo. «La electricidad también hay que pagarla, y luego es un cultivo andino, propio de Perú y Bolivia, donde llevan 7.000 años cultivándolo. Ellos lo llaman ‘el grano de oro’ y es muy rústico. En tema de abonado, también exige muy poco. Si hablamos de unidades de NPK, de nitrógeno, fósforo y potasio, son unas 150 unidades de nitrógeno y 60 y 60 de potasio y de fósforo en todo el ciclo». En resumen, «estamos hablando que para un regadío, tirando por lo alto, de abonado estamos en 400 euros». 

Comparando la rentabilidad con la del maíz, subrayaValadés, la de la quinoa «está bastante por encima, porque en condiciones óptimas, pon 4 toneladas a 790, son 3.160 euros, y después de costes, porque no hay que hacer ningún tratamiento raro, son quizás€500 euros tirando por alto de abonados, más las labores de gasoil. Después cada agricultor tiene que ver si tiene amortizaciones, si tiene personal, pero siempre te va a salir, en condiciones normales, mucho más rentable que el maíz. Pero vuelvo a decir lo mismo: aquí no venimos a competir con ningún otro cultivo, sino a ofrecer una alternativa».

También llama la atención sobre los rendimientos que daba el maíz hace 15 años: «No tiene nada que ver con lo que dan ahora».Por eso la quinoa «es un cultivo en el que cada año también estamos mejorando la genética, cada año da más rendimiento, y la vocación es que la gente esté contenta, que por otro lado ahorremos en agua, y que se empleen menos fertilizantes nitrogenados». 

Esa última característica del cultivo es especialmente interesante en provincias como León, donde «prácticamente todo es zona roja por contaminación de acuíferos por nitratos, y ahí, gracias a echar menos, también estamos mejorando el impacto ambiental, que es lo que están pidiendo desde Europa, que se roten los cultivos para no agotar los campos, y procurar echar menos agua y menos fertilizante».

En cuanto a las experiencias de cultivo en provincias como Burgos o Salamanca, «es importante la selección de la semilla», apunta el socio de Quinoa del Páramo. «Cuando hacíamos campos de ensayo, la semilla no era tan comercial como la que tenemos ahora y nosotros, por ese espíritu cooperativista y de formación al agricultor, lo que buscamos es que esté dentro de nuestro radio de acción para esa labor de asesoramiento. Nosotros no somos un almacenista que simplemente entregamos semillas y recogemos producto. Se requiere que haya cierta cercanía». 

Crecimiento sostenido

Si este año el cultivo se va a 1.500 o 2.000 hectáreas, «queremos un crecimiento sostenido», subraya. Por eso, aunque el cultivo también se adapta a secano, donde viene dando un rendimiento de dos toneladas por hectárea, «queremos de alguna manera promover más el cultivo en regadío», remarca Valadés. «Nuestra idea es encontrar buenos agricultores, que confíen en el cultivo, que hagan caso a nuestros consejos y nuestra experiencia y lo trabajen».

Y es que, aunque no es un cultivo especialmente exigente, hay algunos pormenores que hay que atender. Por ejemplo, la quinoa no tiene un herbicida para hoja ancha, por lo que se hace necesario combatirlo con densidad de planta en la siembra y uno o dos aricados. «Si hay un agricultor que no quiere aricar, es probable que tenga problemas de hierbas», destaca el socio de Quinoa del Páramo. Por eso «que el agricultor confíe en nuestra experiencia es algo fundamental». 

En cuanto a la comparación con otras regiones, aunque la principal productora de España, por ahora, es Andalucía, con alrededor de 10.000 hectáreas, los problemas de sequía de los últimos años están convirtiendo a Castilla y León en una zona más apta para este cultivo.«Estamos en condiciones de superar a Andalucía en pocos años», remarca Valadés.  

«Es importantísima la selección de grano», apunta. «El canal de distribución es muy estrecho, eso también lo ofrecemos nosotros. Y hay que tener en cuenta que hay más de 3.000 variedades de quinoa, y no todas se utilizan para lo mismo ni para todos los mercados. Algunas que son más amargas, que tienen saponinas, otras más oscuras, otras de calibre más pequeño, y nosotros lo que hemos hecho es irnos a la semilla comercial».

En Andalucía «fueron pioneros», porque la quinoa empezó a tener fama a partir del año 2013, cuando es declarada superalimento por la FAO. Ese año empezó a introducirse en España a través de Andalucía. Desde ahí han ido subiendo en hectáreas, hasta las 10.000 hectáreas, hasta que ha llegado una sequía tan insistente que hace que pocos cultivos se den bien. «En Castilla y León la climatología es mejor. En esta zona, mal o bien, agua tenemos, aunque hay que racionalizarla». 

En cuanto a temperaturas,  la quinoa aguanta hasta -7 grados en nascencia, y en flor, a 60 días de la germinación, hasta 35 grados. «Por eso hemos ido adelantando la época de siembra, de tal forma que el pasado año sembramos en abril y este pretendemos hacerlo en marzo, para recogerla entre julio y agosto», concluye.

Resultados

Ingresos:  En la campaña 2024, el precio de la tonelada de quinoa fijado por contrato está en 790€ en convencional y 1.290€ en ecológico. Los rendimientos estimados, en el caso de llegar a la producción mínima deseada, sería de 3.950 euros por hectárea (€/ha) para cultivo en regadío convencional; 6.450 €/ha para cultivo en regadío ecológico; 1.600 €/ha para cultivo en secano convencional y 2.580 €/ha para cultivo en secano ecológico. (Estimaciones en base a una producción media de 5 toneladas en regadío y 2 en secano. Se ha llegado a tener producciones de 7 toneladas por hectárea en regadío).

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Gastos: Partidas principales por hectárea. Abonado: Dependerá de muchos factores, pero se estima un coste de unos 250€ por hectárea en secano y unos 500€ en regadío. Agua: Los gastos fijos en las comunidades de regantes y el incremento del precio del agua y de la energía. Al necesitar unos aportes hídricos tan bajos, la quinoa redunda en un mayor beneficio para el agricultor. Para simplificar el análisis no se han tenido en cuenta los costes fijos tales como rentas, amortizaciones, personal… ya que estos dependen de las circunstancias de cada explotación y en cualquier caso no están relacionados con el cultivo en sí mismo.