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El campo burgalés, azotado por la sequía y las heladas: «Podría ser una catástrofe»

Las organizaciones agrarias estiman pérdidas de cosecha por encima del 30%, con especial incidencia en la colza, los forrajes y el cereal  | Asaja, UPA y UCCL reclaman «ayudas directas» para los agricultores a título principal | El granizo arrasa Arlanza y Pisuerga

La sequía está poniendo en jaque a las explotaciones agrícolas y ganaderas de toda Castilla y León.- ICAL

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D.S.M. | Valladolid
Valladolid

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Todos miran al cielo. Nada nuevo bajo el sol, aunque este año la necesidad de lluvia es mucho más acuciante que de costumbre . Primero las heladas, ahora la sequía. Una escasez de agua inusual en una provincia como la de Burgos amenaza seriamente las cosechas. De hecho, la merma se notará en unos cuantos cultivos y el resultado general, una vez finalizada la campaña, «podría ser una catástrofe». 

Así de claro lo tiene, muy a su pesar, la presidenta provincial de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Susana Pardo. El panorama, «bastante grave» de por sí, se extiende por toda la Comunidad y gran parte del país. Corren pésimos tiempos para los cultivos de secano, sobre todo para la colza y los forrajes, que «hubo que segar y cortar porque debido al hielo les atacaba la pulguilla» . Del mismo modo, el cereal también atraviesa una época complicada. Por ahora, la cebada tardía parece llevarse la peor parte. 

Si ya el futuro a corto plazo pinta negro, el granizo registrado este fin de semana en comarcas como Odra-Pisuerga o Arlanza ha supuesto la puntilla. Según explica el presidente de Asaja Burgos, Esteban Martínez, la inesperada tormenta en forma de hielo ha dejado unos cuantos «municipios arrasados». Encima, «donde no cayó granizo llovió poco» . Por este motivo, su sindicato se reunirá este martes con Agroseguro para analizar el tema de las indemnizaciones y plantear la posibilidad de «segar en verde» antes de que los terrenos se sequen para obtener forraje. 

Las previsiones iniciales de las organizaciones profesionales agrarias (Opas) apuntan a unas pérdidas de cosecha del 30% en las zonas más afectadas . «Nos podríamos estar acercando a un 40%», advierte el secretario general de UPA en Burgos, Gabriel Delgado,  consciente de que esta crisis hídrica resulta más asfixiante en comarcas como la Ribera del Duero, Demanda, Páramos y Odra-Pisuerga. Por su parte, Martínez, augura una cosecha de cereal de 900.000 toneladas. Nada que ver con los 1,5 millones que se recogen de media o los 1,8 de 2021. 

Pendiente de que el Gobierno adopte medidas de choque tras la última reunión de la Mesa de la Sequía, Delgado cree que ha llegado el momento de «apretar las tuercas a la Administración» . Teniendo en cuenta que se avecina «un año muy complicado, mucho peor que el anterior», se muestra partidario de «salir a la calle» si es necesario para exigir, entre otras cosas, «ayudas directas» en vez de «préstamos bonificados» o reducciones vía IRPF. 

En la misma línea, Pardo respalda las ayudas directas siempre y cuando se concedan a los «agricultores a título principal» . Asimismo, coincide plenamente con la postura de su organización en relación a la Política Agraria Comunitaria (PAC), que dadas las circunstancias debería favorecer una mayor «flexibilidad» en los ecorregímenes. De igual manera, Martínez también defiende los mismos postulados porque «necesitamos liquidez», amén de recomendar a la Junta de Castilla y León que «se deje aconsejar por las organizaciones agrarias». 

Precisamente, Asaja recibió ayer mismo la visita del presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, en su stand de la Feria de Lerma. Durante el encuentro, el sindicato le solicitó que «lidere la Mesa de la Sequía en Castilla y León» y que «haga todo lo que pueda» a la hora de defender los intereses del sector agrario en un contexto tan peliagudo como el actual. 

«La gente está desesperada y con miedo» , asevera la presidenta de UCCL en Burgos preocupada por el previsible cierre de explotaciones debido a toda esta suma de factores adversos. Hablando en plata, «pueden irse muchos puestos de trabajo al carajo», sentencia antes de dejar claro, por si las moscas, que «la PAC se hizo para compensar la pérdida de precios». Dicho de otra forma, «fue una intervención, no una subvención». Sea como fuere, ve más necesario que nunca que las administraciones «cambien el chip» de una vez por todas antes de que sea demasiado tarde. 

Por su parte, el secretario de UPA en Burgos lanza directamente un «SOS». Pero no solo a los poderes públicos, sino al sector primario en general para abordar a la mayor urgencia posible una «situación insostenible» en la que «muchas explotaciones están abocadas a abandonar» . Y si algo le preocupa especialmente es el negro futuro que se cierne sobre los jóvenes recién incorporados, muchos de los cuales deben hacer frente a sus préstamos con los intereses por las nubes. Entretanto, la tonelada de cereal ha bajado unos 100 euros por tonelada pese a que la cesta de la compra «se ha triplicado». 

Tampoco pasa por alto la problemática juvenil el presidente de Asaja Burgos. «Están ahogados», advierte convencido de que, si las administraciones no arriman el hombro, «una campaña como esta no la van a poder soportar». Además, recuerda que la última campaña de sementera fue «la más cara de la historia», con un coste aproximado de 970 euros por hectárea cuando antaño la inversión se situaba por debajo de la mitad. 

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«El Gobierno tiene que ponerse las pilas y ser muy responsable. Nuestros políticos tienen que estar a la altura de las circunstancias» , enfatiza Delgado plenamente convencido de que la agricultura y la ganadería seguirán en la cuerda floja mientras «las grandes multinacionales nos la están liando», por no hablar de las importaciones exentas de los controles a los que se someten los profesionales que «producimos productos de calidad». Si a esto sumamos el cambio climático, la cosa no pinta nada bien. Por todo ello, no deja de insistir en que «o se toman medidas o esto se va a la ruina».