El ajo resta superficie con la amenaza del congelado de China
Los productores denuncian una entrada irregular del producto asiático en la UE / Buenas previsiones en Castilla y León que no sufre la sequía de Andalucía ni las restricciones de agua de Castilla-La Mancha
El cultivo de ajo sufrirá una merma de superficie de en torno al 20% en todo el territorio nacional. Es la previsión de los productores, que celebraron el pasado martes la Mesa Nacional del Ajo. Eso sí, los mayores descensos de superficie se registrarán en Andalucía, donde atraviesan una situación de sequía, y en Castilla-La Mancha, donde cuentan con restricciones de acceso al agua. Son, precisamente, las dos comunidades autónomas líderes en este cultivo, con 5.120 hectáreas y 20.860 hectáreas, respectivamente.
Distinta es la situación en Castilla y León, tercera productora de España con 2.036 hectáreas cultivadas de ajo en 2022. El descenso de superficie, si se produce, se espera que no sea significativa y la previsión de cara a la próxima campaña es optimista.
Por otro lado, la Mesa Nacional del Ajo denunció la entrada fraudulenta de ajo congelado procedente de China en la Unión Europea. Una situación que provoca que los ajos chinos entren en la UE a un precio inferior, limitando así la venta de ajo español a precios rentables para los productores.
Así lo dieron a conocer los integrantes de la Mesa Nacional del Ajo durante la celebración de su asamblea general en Las Pedroñeras (Cuenca), donde hicieron públicos los resultados del informe elaborado por la organización sobre las presuntas irregularidades en las importaciones de ajo congelado proveniente de China en Europa.
«El motivo de la irregularidad se basa en que este supuesto ajo congelado es realmente ajo refrigerado, que se transporta a temperaturas de -4 grados centígrados, cuando el congelado debe de ir a -20 grados», explicó el presidente de la Mesa, Julio Bacete, en declaraciones recogidas por Cooperativas Agroalimentarias. Bacete añadió que estos productos pertenecen a clasificaciones arancelarias distintas, por lo que este supuesto ajo fraudulento se introduce «fuera de cuota y con aranceles muy bajos», perjudicando así a los productores de ajo español.
Por otro lado, la asamblea general de la Mesa del Ajo repasó la situación de la superficie de siembra, que se verá reducida ese 20% mencionado en todo el territorio nacional. «Un problema que nos preocupa mucho, dado qu e el ajo es un motor económico para muchos municipios de España» , lamentó Bacete. A esta situación se le suman las malas cifras que ya se produjeron durante la anterior campaña, cuya producción se vio mermada en torno a un 30% respecto a la de 2021.
A esta bajada de cosecha se suma el incremento de los costes de producción, que Bacete cifra en un 30% más. «Todo ello sin poder incrementar los precios, ya que la distribución importa ajos de donde tenga que importarlos para presumir que tiene precios bajos», sentenció el presidente de la Mesa Nacional del Ajo.
PRODUCCIÓN
El cultivo del ajo se encuentra extendido por amplias zonas del país y suma más de 29.000 hectáreas, con una producción de 286.694 toneladas, según datos de 2022. La producción de este cultivo mayoritariamente se exporta a otros países, tanto de la Unión Europea como fuera de ésta. Cada año, solo el corte y recolección del ajo en el campo genera casi un millón de jornales en España.
La primera provincia de Castilla y León en cultivo del ajo es Valladolid, con mucha diferencia, ya que acapara más de la mitad del cultivo en la región, con 1.210 de las 2.036 hectáreas cultivadas en 2022, y una producción de 10.285 toneladas, de las 18.743 toneladas producidas en la última campaña.
El resto de las provincias se reparten el resto. Ávila, con 28 hectáreas, produjo 406 toneladas; Burgos, con 56, produjo 412 toneladas; León, con solo 9 hectáreas 95 toneladas; Palencia sembró 21 hectáreas para 249 toneladas; Salamanca, con 22 hectáreas, produjo 220; Segovia, con 385, 4.235 toneladas y Zamora, con 305 hectáreas, recogió 2.841 toneladas.
En la Comunidad se produce la marca de calidad ‘Ajo de Vallelado’, que protege a los bulbos secos o curados pertenecientes a la especie Allium sativum L., de las variedades ‘Autóctono de Vallelado’ y ‘Garcua’, ambas pertenecientes al ecotipo comúnmente conocido como ‘Ajo Blanco de Vallelado’.
Para poder acogerse al marchamo, los ajos deben presentar durante el periodo de comercialización una humedad comprendida entre el 55 y el 75%, además de las características morfológicas y organolépticas propias de la variedad. Se admiten únicamente dos tipos comerciales en función del calibre. En primer lugar, ‘extra’, para bulbos mayores de 55 milímetros, y en segundo lugar ‘super’, para bulbos de 45 a 55 milímetros. En esta marca de calidad se prohíbe la comercialización de ajos con calibres menores de 45 milímetros.
El Ajo de Vallelado se produce, acondiciona y envasa en 32 municipios de las provincias de Segovia y Valladolid . Los de Segovia son Villaverde de Íscar, Fuente el Olmo de Íscar, Samboal, Fresneda de Cuéllar, Chañe, Remondo, Mata de Cuéllar, Vallelado, San Cristóbal de Cuéllar, Cuéllar, Frumales, Olombrada, Membibre de la Hoz, Aldeasoña y Fuentesaúco de Fuentidueña.
Los de Valladolid son Portillo, Megeces, Cogeces de Íscar, Pedrajas de San Esteban, Íscar, Camporredondo, San Miguel del Arroyo, Montemayor de Pililla, Cogeces del Monte, Torrescárcela, Viloria, Langayo, Campaspero, Bahabón, Torre de Peñafiel, Fompedraza y Canalejas de Peñafiel. El cultivo del ajo en la zona geográfica establecida tiene una gran tradición y a lo largo de los años ha adquirido una gran reputación.