Diario de Castilla y León

Los últimos sistemas de la cuenca salen del nivel de sequía prolongada

Solo el Pisuerga Bajo Duero y Torío Bernesga se encuentran en prealerta, si bien se espera que la primavera traiga más precipitaciones de lo habitual y continúe la aportación a los pantanos

Embalse de Santa Teresa, en Salamanca, gestionado por la Confederación Hidrográfica del Duero.  ICAL

Embalse de Santa Teresa, en Salamanca, gestionado por la Confederación Hidrográfica del Duero. ICAL

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Ya han salido todos los sistemas de la cuenca del Duero de la situación de sequía prolongada. La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) lo anunció hace pocos días, a través de una resolución de la Presidencia, que declaró la salida de la situación excepcional por sequía extraordinaria en las unidades territoriales de escasez Támega-Manzanas, Tera, Órbigo y Carrión, de acuerdo a lo establecido en el Plan Especial de Sequías. 

Según el último informe mensual de sequía publicado este mes de marzo, las abundantes precipitaciones de la segunda quincena del mes de diciembre de 2022 y primera quincena del mes de enero sitúan a todos los sistemas de la demarcación hidrográfica en normalidad, «con excepción de los sistemas Pisuerga, Bajo Duero y Torío Bernesga, que se encuentran en prealerta», apunta la CHD. 

Las copiosas precipitaciones que han revertido la situación de sequía a comienzo del año hidrológico 2022/2023 en la mayor parte de la demarcación, no han sido lo suficientemente intensas, sin embargo, en las cuencas vertientes de las cabeceras del Pisuerga, Torío y Bernesga. Como consecuencia de ello, las reservas existentes en los embalses del Pisuerga más las reservas en forma de nieve suponen menos del 48% de la demanda de la unidad territorial Pisuerga y la parte de Bajo Duero que se atiende desde esta zona. 

Una situación que, a esta fecha, no ofrece certeza de que las demandas de estas zonas puedan ser atendidas adecuadamente en el presente año hidrológico. Ante este escenario, la evolución meteorológica de los próximos meses determinará, como es habitual, el desarrollo de la próxima campaña de riego, que está garantizada en prácticamente toda la demarcación, siendo deseable que las nevadas persistan en la parte alta de la cuenca del Pisuerga para poder permitir una recuperación suficiente.

En estos momentos, los embalses de la cuenca gestionados por la CHD se sitúan al 75,7% de su capacidad total, con una reserva de agua embalsada de 2.159,4 hectómetros cúbicos. Unos datos que suponen nueve puntos porcentuales más que hace un año y cuatro décimas por debajo de la media de la década

En cuanto a la previsión para la primavera que ahora comienza, «en lo que se refiere a temperatura media, lo más probable es que la primavera en Castilla y León sea normal o cálida. Y, en lo que respecta a precipitación, normal o húmeda», han señalado fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).  La estabilidad continúa al inicio de esta semana, subiendo las temperaturas en la jornada de mañana martes, a la vez que comienza a inestabilizarse gradualmente por el noroeste, de forma que aunque con cierta incertidumbre, es probable que afecten frentes atlánticos a partir del miércoles, con precipitaciones más probables en el norte y tercio oeste, situación que es posible que continúe durante toda la semana. Las temperaturas continuarán suaves , con valores en general ligeramente superiores a los normales para la época.

PRIMAVERA

En cuanto a los datos de la predicción meteorológica para la primavera que comienza, y el balance climático e hídrico del invierno de 2022-2023, coincidiendo con el cambio de estación, que se produce hoy lunes, 20 de marzo, el trimestre invernal se ha caracterizado por ser húmedo prácticamente en toda la Comunidad, si bien ha habido diferencias según el mes, siendo muy  húmedo en diciembre y muy seco en febrero. 

En cuanto a la temperatura, este invierno se ha caracterizado por ser cálido. De hecho, la temperatura ha alcanzado un valor medio (teniendo en cuenta todas las estaciones) que supera en 0,7 grados el promedio del treintenio (1991-2020). No obstante, al igual que ocurre con las precipitaciones, también el comportamiento difiere según los meses, siendo diciembre extremadamente cálido, enero normal y febrero frío.

En resumen, diciembre se podría calificar de muy cálido y húmedo/muy húmedo, enero de normal en cuanto a temperaturas y húmedo en precipitaciones, y febrero frío y muy seco.

En lo que se refiere a las temperaturas, la estación que ahora termina deja «el segundo mes de diciembre más cálido desde 1961 y el más cálido desde 1989» . Respecto a las temperaturas mínimas, es el segundo mes de diciembre con el valor más alto después de 1989, y el cuarto mes en cuanto a temperaturas máximas. Se han registrado, de media, 46 días de heladas (en el año anterior el valor fueron 51 días y el promedio para el treintenio 1991- 2020 es de 51 días) y 11 días de mínimas menores o iguales a -5ºC. En el año anterior el valor fue de 13 días y el promedio para el treintenio 1991-2020 es también de 13 días.

En la evolución diaria de temperatura, este invierno ha destacado por el episodio cálido de la primera mitad del trimestre, en el que, salvo días puntuales, tanto las temperaturas mínimas como las máximas se situaron por encima de lo normal. Sin embargo, durante la segunda mitad del trimestre, aunque la mayoría de los días las temperaturas mínimas fueron inferiores a su valor normal, las máximas presentaron un comportamiento oscilante, siendo significativos los valores elevados alcanzados en el periodo comprendido entre el 16 y el 20 de febrero. 

En lo que se refiere a precipitaciones invernales, han estado en su mayoría comprendidas entre 149 y 274 litros por metro cuadrado (l/m²), valores superiores a los registrados en el periodo de referencia (1991- 2020), lo que supone un balance global de periodo ‘húmedo’ , con un promedio de 32 días de precipitación apreciable y 6 días de nieve. 

Aunque el balance global es de periodo húmedo, en zonas localizadas del extremo noreste de la comunidad ha sido normal. De hecho, en gran parte de Castilla y León los valores de precipitación acumulada se han quedado por debajo de los 300 l/m², mientras que solo en zonas de la Cordillera Cantábrica, de Sanabria y del sur de Salamanca y Ávila los valores superan los 410 l/m². Como dato diario, descacaron los 165 l/m² registrados en la estación de Vinuesa (Soria) el día 16 de enero. 

Sin embargo, en base a los datos de la Aemet, pese a este buen inicio en general del año agrícola en cuanto a precipitaciones, «no debemos olvidar que persisten las condiciones de sequía meteorológica a escalas temporales superiores a un año, especialmente en el noreste de la Comunidad, y también en zonas del resto del norte y este», descacan desde la Aemet. 

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