Diario de Castilla y León

Sube un 30% la superficie de pistacho

El cultivo, tan resistente como la vid, gana puntos en Castilla y León y ya hay estudios que lo sitúan en las 2.549 hectáreas. Hace diez años solo aparecían 28  en la encuesta de superficies

Pistachos en sus vainas en una explotación agrícola. PQS / CCO

Pistachos en sus vainas en una explotación agrícola. PQS / CCO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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El pistacho gana enteros y es ya toda una oportunidad para los productores de Castilla y León. Se le compara, en resistencia, con la vid. Cuando el cultivo casi ni aparecía en la Encuesta de Superficies y Rendimientos (Escyre) de 2013, con unas testimoniales 28 hectáreas, la de 2022 ya refleja 1.646 hectáreas en producción (764 de secano y 882 de regadío). Supone haber multiplicado la superficie por 58 y un incremento del 28% más que el año anterior, ya que en 2021 se registraron 1.284 (568 de secano y 716 de regadío), y en 2019 solo había 1.151.

Pero esas cifras reflejan el número de hectáreas en producción. Un reciente estudio de Cajamar estima que, además, ya están plantadas, para producir en próximas campañas, casi otras mil hectáreas, cuyos árboles están creciendo para dar pistachos en los próximos años. En concreto, el informe habla de un total de 2.549 hectáreas distribuidas por las nueve provincias de la Comunidad, con Valladolid y Zamora a la cabeza. En concreto, en Valladolid hay 1.041 hectáreas; 796 en Zamora; 204 en Segovia; 172 en Salamanca; 112 en Ávila; 85 en Burgos; 70 en Palencia; 37 en Soria y 32 en León.

En el ámbito mundial, el cultivo del pistacho ha experimentado también un importante crecimiento, aumentando la producción en más de 251.000 toneladas durante los últimos 5 años, hasta alcanzar las 825.599 toneladas en la campaña 2021/22. EEUU es el principal productor, con el 63 % del total, seguido por Irán, Turquía y Siria.

Existen 4 grandes consumidores : EEUU, China, UE y Turquía, englobando entre ellos el 70 % de la demanda mundial. Además, «hay que significar el auge que muestra Egipto, donde hace 5 campañas el consumo era casi inexistente, y en la actualidad es superior a 22.000 toneladas», señala el informe de Cajamar.     

La superficie en España ha mostrado una tendencia creciente durante los últimos años, hasta llegar a las 61.231 hectáreas en 2021. No obstante, para 2022 la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (Esyrce) hace una estimación provisional de 66.466, de las que el 50% aproximadamente son plantaciones en régimen de agricultura ecológica, poniendo de manifiesto la importancia de este manejo sostenible. 

El 68% del cultivo se desarrolla en régimen de secano, y la Comunidad Autónoma española donde más está presente es Castilla-La Mancha , que aglutinaba en 2021 el 75% del total de la superficie. El incremento de la demanda interna durante los últimos años ha propiciado el importante incremento de las importaciones, para poder dar respuesta a las necesidades del mercado.

La producción interna también se ha visto incrementada en los últimos años, si bien hay que tener en cuenta que una gran parte de las plantaciones aún no están en plena producción, siempre según los datos del informe.

Por otro lado, las exportaciones se dirigen principalmente a países europeos. En 2022 tan solo hay datos disponibles hasta el mes de noviembre, y tanto el volumen de las importaciones como el de las exportaciones mostraban valores similares a los de los últimos años.

El pistacho es un cultivo con lenta entrada en producción, pero rentable. En los últimos años, la mayor parte de las plantaciones que se están llevando a cabo en España son intensivas (300 a 500 árboles por hectárea) en régimen de secano, riego deficitario (con dotaciones de riego de menos de 1.500 m³ por hectárea y año) y regadío (mayor a 1.500 m³). 

A continuación, se muestran algunos factores determinantes en la productividad de estos cultivos, habiendo tenido en cuenta el precio medio del pistacho en cáscara durante los últimos cinco años, según Lonja de Reus, que es de 4,74 euros por kilo. Así, según calcula en su informe el coordinador de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Ramón Gil, el pistacho en intensivo de secano necesitará una inversión de 8.300 euros por hectárea , y a pleno rendimiento producirá 1.000 kilos por hectárea. El Ebitda a 15 años será de 12.080 euros, con un retorno de la inversión en 14 años.

Por su parte, el cultivo de pistacho en intensivo con riego deficitario necesitará una inversión de 10.530 euros por hectárea, con un rendimiento a pleno desarrollo de 1.500 kilos por hectárea, un Ebitda a 15 años de 18.408 euros por hectárea y un retorno de la inversión a los 13 años.

Por último, el cultivo en intensivo de regadío necesitará una inversión de 11.700 euros por hectárea, y producirá, a pleno rendimiento, 2.000 kilos por hectárea. El Ebitda a 15 años alcanza los 26.232 euros, con un retorno de la inversión en 12 años. Esos datos son valores promedio obtenidos de consultas realizadas a empresas del sector, así como de estudios y proyectos de inversión analizados durante los últimos años. Por este motivo, dependiendo de las condiciones particulares de cada parcela, estos podrán variar significativamente.

EBITDA

Para la obtención del Ebitda se han tenido en cuenta los ingresos generados durante los primeros quince años, así como los gastos anuales (fertilizantes, fitosanitarios, mano de obra, energía, gastos varios, etcétera) durante ese periodo. No se han considerado posibles subvenciones o ayudas PAC que se puedan percibir. El motivo de obtener periodos de retorno de la inversión superiores a doce años se debe fundamentalmente al largo periodo improductivo inicial, obteniéndose el pleno rendimiento sobre el año 10 aproximadamente, dependiendo de las condiciones climáticas de la zona, manejo del cultivo, elección de patrón y variedad que mejor se adapte, etcétera. 

Por tanto, según el estudio de Cajamar y su plataforma ‘Tierra’, queda patente que en los tres tipos se obtienen retornos de la inversión en plazos acordes. Y teniendo en cuenta que se trata de un cultivo que puede presentar una vida útil prolongada gracias a un manejo adecuado, se traduce en que las tres tipologías de plantaciones presentan unas rentabilidades interesantes. El modelo intensivo en regadío, a pesar de requerir una mayor inversión, sería el que mejor margen obtendría , obteniendo un menor periodo de retorno de la inversión. 

Para ver cómo repercutiría un descenso del precio del pistacho en su cuenta de resultados, realizando un análisis de sensibilidad en el que solo se modifica esta variable, se aprecia que incluso bajando el precio a 3,9  euros el kilo, seguiría teniendo un periodo de retorno de la inversión inferior a 15 años.

En cuanto a los pistachos aún inmaduros, las nuevas plantaciones auguran un futuro prometedor. La variedad Kerman es la más implantada en España, siendo la que mayores horas frío precisa. Además, también se están plantando otras variedades como Larnaka o Sirora, variedades más tempranas y con menores necesidades de frío, dependiendo de las características y condiciones climáticas de la zona en cuestión donde se vaya a realizar la plantación. 

Cada vez es más usual utilizar en las nuevas plantaciones plantones ya injertados con cierto desarrollo, ya que, aunque sean bastante más caros, permiten adelantar las primeras cosechas.

El significativo aumento de superficie que ha experimentado este cultivo durante los últimos años se refleja en que el 67% se consideran plantaciones jóvenes, y el 15% aún están en su primer año. Por tanto, durante los próximos años el volumen cosechado se multiplicará de forma considerable, una vez todas estas plantaciones alcancen su plenitud.

Al igual que en el resto de los frutos secos, en los últimos años predominan las plantaciones en fincas de grandes dimensiones, con objeto de poder optimizar los insumos gracias a economías de escala y maximizar sus beneficios. 

De esta manera se ha conseguido ampliar el tamaño medio, desde las 2,45 hectáreas por explotación en el año 1999 hasta alcanzar las 11,38 en 2020, según datos del INE examinados por Cajamar. Antes de llevar a cabo una nueva plantación es primordial realizar un enfoque empresarial de la inversión prevista, «contactar con posibles empresas comercializadoras y contar con el asesoramiento técnico adecuado que permita maximizar el rendimiento productivo». La considerable superficie dedicada al cultivo de pistacho ecológico es una apuesta por buscar un valor añadido, empleando técnicas orientadas a obtener un alimento saludable cada vez más demandado por los consumidores.   

INVESTIGACIÓN

En España el Centro de Investigación Agroambiental ‘El Chaparrillo’, adscrito al Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf), lleva bastantes años elaborando proyectos, ensayos e investigaciones sobre este cultivo, aportando grandes soluciones técnicas al mismo.

Pero volviendo la vista a Castilla y León, un ejemplo de desarrollo del cultivo en esta Comunidad lo constituye el Grupo Pistacyl, que ha incrementado un 50% el volumen de pistacho recogido en la campaña 2022 en la región.

En total, la empresa cerró la última temporada con más de 27.000 kilos de pistacho seco que, además, presenta una buena calidad tanto en tamaño como en sus características organolépticas, «debido a las favorables condiciones meteorológicas registradas a lo largo de este invierno y primavera y, especialmente, a las innovaciones que ha introducido Pistacyl en los métodos de cultivo de sus pistacheros desde sus orígenes», explican desde la empresa.

De este modo, Pistacyl se sigue consolidando como la principal productora de pistacho de Castilla y León y pionera en el cultivo de este fruto seco en la Comunidad, actividad que inició en el año 2008 con una primera plantación de 80 árboles en media hectárea de terreno en Moraleja de las Panaderas (Valladolid).

La empresa, que pertenece a Grupo Pistacyl, dispone en la actualidad de 53 hectáreas con más de 12.000 árboles pistacheros distribuidos en varias fincas situadas en las localidades vallisoletanas de Pozal de Gallinas, Moraleja de las Panaderas y Fresno el Viejo, y su objetivo es seguir ampliando la superficie de cultivo en próximos ejercicios.

Pistacyl es también la primera empresa en comercialización del pistacho al natural, sin ningún tipo de tueste, sal o cualquier otro añadido, conservando así todas sus propiedades nutricionales. Desde el año 2021, comercializa su pistacho envasado y a granel en diferentes puntos de venta del territorio nacional, como los supermercados El Corte Inglés, Agropal, Gadis y Casa Elías, y también a través de la tienda online de Tierra de Sabor.

EXPORTACIÓN

El pasado año 2022 inició la exportación de este fruto seco a Irlanda, Francia, Portugal e Italia y estableció también los primeros contactos comerciales para poder vender su pistacho en Japón y en otros mercados exteriores. Su previsión es llegar a exportar el 50% de su producción, principalmente a Europa.

Con el objetivo de mejorar el método de cultivo y la calidad de su pistacho, Pistacyl ha venido apostando desde sus orígenes por la I+D, desarrollando hasta la fecha 7 proyectos de investigación con organismos como el CDTI, Itacyl, la Universidad de Valladolid y la Diputación de Valladolid, encaminados a optimizar los recursos hídricos necesarios para su producción a través del uso de nuevas tecnologías y a desarrollar nuevos productos derivados de este fruto seco, como son el aceite, la harina y la pasta de pistacho.

Toda esta gran experiencia y conocimientos han permitido a Pistacyl poner en marcha un Servicio de Asesoramiento altamente especializado sobre la producción del pistacho y que abarca la fase de plantación del árbol, selección de la variedad y proceso de cultivo de este fruto seco, el mantenimiento de la explotación y la recogida de la cosecha.

Por otro lado, El Itacyl trabaja en la elaboración un mapa que refleje las áreas más idóneas para el cultivo del pistacho. Zamora y Valladolid concentran prácticamente el 70% , mientras que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Itacyl, trabaja en la elaboración un mapa que refleje las áreas más idóneas para su desarrollo.

En el marco de un proyecto europeo, se trabaja en la caracterización agronómica y productiva en diversas zonas de cultivo, discriminando aquellas con mejores y peores posibilidades mediante la elaboración de un mapa que refleje las áreas más idóneas para su desarrollo.

Además, se están llevando a cabo labores de evaluación y conocimiento de las cualidades de diversas variedades de pistacho y porta injertos en diferentes zonas ambientales de Castilla y León así como la evaluación de dos variedades en cultivo ecológico frente al cultivo tradicional, informó Itacyl. El objetivo último de este proyecto se centra en la descripción de las características de este fruto seco y la evaluación de sus cualidades nutritivas para determinar si el clima de Castilla y León le confiere, o no, cualidades relevantes.

Por otro lado, el Itacyl trabaja en un sistema de homogeneización de la producción de pistacho basado en el uso de herramientas y técnicas de agricultura de precisión (agricultura 4.0) para la gestión integral de las explotaciones.

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