Diario de Castilla y León

«La cesta de la compra está desorbitada pero la PAC nos obliga a producir menos»

Deja el cargo con el gran honor de unos resultados electorales a la representatividad agraria de Asaja Soria en lo más alto pero lamenta la situación del sector, al que se le han multiplicado los gastos mientras que las imposiciones medioambientales no le compensan 

Carmelo Gómez. - GONZALO MONTESEGURO

Carmelo Gómez. - GONZALO MONTESEGURO

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Irene Llorente Yoldi

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Después de 16 años como presidente de Asaja Soria, Carmelo Gómez se despedirá en la próxima asamblea general de socios, prevista para el 4 de mayo, donde se celebrará la votación para renovar la junta directiva. Y lo hace por la puerta grande, con «el gran honor» de dejar la que ya considera su casa con unos resultados en las elecciones a la representatividad agraria «en lo más alto».

Pregunta.– ¿Qué balance realiza de sus años al frente de esta organización agraria?

Respuesta.– Llegué con mucha ilusión y me voy con la misma ilusión por la satisfacción de la victoria de las elecciones a la representatividad agraria con los mejores resultados y rozando el 70% de los votos, lo que demuestra que Asaja Soria está haciendo las cosas bien y que los agricultores y ganaderos de esta provincia confían en nosotros, no sólo los socios. 

P.– ¿Cómo ve la evolución de Asaja Soria?

 R.– Soy socio desde el 17 de octubre de 1986. Llevo integrado toda mi vida en la organización y 25 años en la junta directiva, defendiendo los derechos y necesidades de los 1.400 socios. Porque es la OPA más fuerte gracias a ellos y ha ido creciendo de forma significativa. Ahora contamos con una plantilla formada por 17 trabajadores y en breve incorporaremos a dos más, dado que la administración cada vez nos carga con más trabajo. En esta casa se resuelven problemas todos los días y al mismo tiempo tenemos que seguir ayudando a nuestros socios. Pero sin embargo no recibimos ayuda de ningún tipo. Asaja Soria vive única y exclusivamente de las cuotas de los socios y de los servicios que les ofrecemos. Sólo la Diputación Provincial de Soria se implica para financiar los campos de ensayo que tenemos en Almazán. De hecho, hasta ahora pagábamos una renta a la Junta al precio de otros agricultores, y a partir de este año hemos firmado un convenio con el Ayuntamiento adnamantino para realizar las pruebas en fincas municipales.

P.– El próximo 4 de mayo toca elegir nueva junta directiva…

R.– Los propios estatutos indican que sólo se puede estar en la presidencia por un periodo máximo de ocho años a raíz de la reforma que realizamos. Entonces se consideró que no era retroactivo, de modo que empezó a contabilizarse de cero. Pero aunque no hubiera límite, considero que llevo demasiado tiempo y tengo que dar el relevo. 

P.– ¿Y ya hay propuestas?

R.– Es un proceso electoral abierto y como tal puede presentarse cualquier socio. Las candidaturas se darán a conocer un mes antes y si la persona que gane quiere que esté en la junta directiva, yo estoy abierto a ayudar, pero siempre en un segundo plano. 

P.– ¿En qué situación queda la Cámara Agraria?

R.– En Castilla y León se han disuelto varias cámaras. Pero en Soria nos pusimos de acuerdo todas las organizaciones agrarias para mantenerla activa porque cuenta con un patrimonio que es de los agricultores y ganaderos y que hay que conservar, ya que si desapareciera pasaría a formar parte de la Junta de Castilla y León, que podría hacer con este patrimonio lo que quisiera. Nosotros seguimos pidiendo a la Administración regional la dotación de fondos para poder sostenerlo. De hecho, así se lo insistimos al consejero de Agricultura y Ganadería, Gerardo Dueñas, en la última visita que realizó a Soria con motivo del proyecto de las obras de modernización del regadío de Ines y Deza.

P.– ¿Cómo está en estos momentos la situación del sector y cúal es su futuro?

R.– En estos años el campo ha ido a peor porque estamos mucho más desprotegidos. Cada vez nos ponen más trabas administrativas porque hay mucha burocracia y la actual Política Agraria Común (PAC) que nos impone Europa está muy lejos de la inicial, que no era otra cosa que ayudas como compensación a la pérdida de renta agraria para que la cesta de la compra no subiera. Ahora la cesta de la compra está desorbitada y la PAC impone medidas medioambientales que están provocando que todavía se produzca menos, lo que llevará al desabastecimiento. Además, no exigen esas mismas condiciones para los alimentos que se importan, de modo que dejan al sector todavía más indefenso y sin poder competir.

Al final el agricultor y el ganadero es un empresario y como tal si no tiene libertad para gestionar su empresa acabará abandonando. Porque a pérdidas no se puede subsistir. 

P.– Asaja Soria lleva años reclamando a la Junta soluciones a la cabaña cinegética. ¿Son suficientes las medidas que ahora plantea para que los cotos obliguen a matar las hembras?

R.– Es como no hacer nada. A un coto le interesa que haya machos y para eso tiene que mantener las hembras. Lo que tiene que hacer la Junta es en vez de echar el muerto al coto reconocer que hay superpoblación y poner medios directamente por los daños a los agricultores y por seguridad ciudadana para evitar más accidentes en las carreteras sorianas. Pero en cambio se está dejando llevar por los lobbys ecologistas porque es un número de votos muy grande, mientras que los agricultores y los ganaderos somos pocos. Pero el tiempo a cada uno le pone en su sitio y cuando deje de haber alimentos hablaremos.

P.– Tampoco al sector porcino se lo están poniendo fácil para crear más plazas de ganadería de integración en la provincia…

R.– El que quiera instalar una granja de cerdos está en su derecho, sólo tiene que cumplir la normativa vigente, que es muy exhaustiva. Lo que no es de recibo es que vengan quienes viven en las ciudades y no pagan impuestos en los pueblos a impedir que se genere actividad ganadera porque quieran que Soria siga como hace 80 años para hacer de esto su finca de recreo, pero poniendo la excusa de que contamina cuando lo que más contaminan son las grandes urbes. No podemos dejar que se rían de los que vivimos y generamos economía en esta provincia, de modo que tenemos que cuidarla y hacerla respetar. Ni tampoco que la administración, que es la que resuelve, dilate los procesos al máximo, porque al final es otra traba más. 

P.– ¿Luces y sombras de tus años al frente de la organización?

R.– Lo peor fue el accidente de mi hijo en el año 2013, que me pilló en un encuentro en la feria de Santarem con agricultores portugueses, y la muerte de Jesús Hernández en 2015, secretario general de Asaja Soria desde 2005, un varapalo muy grande para esta casa y para mí a nivel personal porque éramos un tándem. A estas dos tragedias se le ha unido ahora la de Rafael Castillo, vocal en la junta directiva, y presidente de la Cámara Agraria Provincial hasta el año pasado.

Lo mejor es que toda la gente que en esos malos momentos han estado a mi lado de todos los ámbitos, sin olvidar a todos los trabajadores de esta casa y a los socios, que me han aguantado todos estos años. Ha sido todo un honor presidir esta organización y es más todavía marcharme con los resultados electorales en lo más alto.  

P.– ¿Consejo para su ‘relevo’? 

R.– Que lleve el cargo con tanta dignidad como merece el sector y que nunca se avergüence de representarlo.

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