Diario de Castilla y León

ANA PASTOR Vicepresidenta de Asaja Soria y vocal en la ejecutiva nacional

«Soy la garantía de que la voz del campo soriano sigue estando presente en Madrid»

Futuro  Esta joven agricultora releva al presidente de Asaja Soria, Carmelo Gómez, en el comité ejecutivo de Asaja

ASAJA SORIA

ASAJA SORIA

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Irene Llorente Yoldi

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Toma el relevo del presidente de Asaja Soria, Carmelo Gómez como vocal en la ejecutiva nacional, un cargo que la vicepresidenta de la organización provincial Ana Pastor asume con responsabilidad pero también con orgullo de poder seguir representando al campo soriano en Madrid.   

Pregunta.– ¿Qué le aconseja Carmelo de sus ocho años en la ejecutiva nacional?

Respuesta.– Carmelo siempre trata de ayudar a todos los jóvenes que estamos en la junta directiva provincial; se nota mucho su experiencia en asuntos que tienen que ver con las relaciones con las diferentes administraciones, con los socios y con los técnicos que trabajan en la casa. En mi caso siempre me dice que sea yo misma, que no pierda la ilusión, que sepa sobrellevar las críticas y aprender de ellas. Y lo más importante que me comenta es que hay que trasladar la realidad de las cosas en su justa medidas en todos los foros.

P.– Primera soriana agricultora en el comité ejecutivo nacional. ¿Pesa la responsabilidad?

R.– La responsabilidad no la voy a negar. Pero a la vez es algo que veo como una oportunidad para crecer en lo personal. Es un orgullo y un honor llevar la voz del campo de Soria hasta Madrid. No es un mérito personal, es algo que se ha ganado la organización profesional provincial que, hoy por hoy mientras no se demuestre lo contrario, es la que mejores resultados ha obtenido en precedentes elecciones a cámaras agrarias. Ahí está la clave de que una provincia tan chiquitita alcance posiciones importantes y esté en lugares tan relevantes, gracias al trabajo de las directivas que han pasado y del gran apoyo y respaldo de agricultores y ganaderos.

P.– Cada vez en la ejecutiva nacional hay más representación de la mujer. ¿Es el reflejo de la actividad en el campo?

R.– De momento en la última ejecutiva casi la mitad somos mujeres, algunas de ellas con enorme experiencia, como es el caso de las presidentas de Toledo, Asturias, Canarias, o recién llegadas como Almería y Soria, mujeres de enorme valía con explotaciones que dirigen y opas fuertes y con carácter.

P.– -Lleva años implicada con el sector agrario soriano de forma oficial desde el comité provincial de Asaja Soria. ¿Qué supone estar en primera línea?

R.– Pues lógicamente hay un peso innegable de responsabilidad, pero no mío, sino de todos los que conforman la directiva. Por eso el apoyo entre todos es algo fundamental.

P.– ¿El campo soriano tiene más peso en las decisiones nacionales desde las dos últimas legislaturas?

R.– No. Hay que decir que nuestra participación es trabajar en conjunto con el resto de representantes en las reivindicaciones y la buena marcha de la agricultura y ganadería españolas. Cuando nos toca explicar lo explicamos desde el punto de vista de Soria y desde la perspectiva del día a día de agricultores y ganaderos, lo que sí es garantía de que su voz allí donde vamos de esta manera está presente.

P.– Llega además en un momento muy crítico para el sector, con unos gastos imposibles de asumir y en el que muchos se cuestionan la viabilidad de sus explotaciones. ¿El Gobierno está de espaldas al sector?

R.– Desde luego, hay ejemplos muy evidentes de decisiones y declaraciones que resultan injustas y desproporcionadas que se vierten contra la agricultura y ya no digamos sobre la ganadería y los productores ganaderos, especialmente del ministro de Consumo. Es una lástima que los políticos a menudo pierdan la oportunidad de atender y de escuchar lo que desde el sector agrario de la provincia nos preocupa. El diálogo y la voluntad de trabajo es parte de la esencia de Asaja. Por ello la verdad es que, quizá desde mi inexperiencia o desde una vana ilusión, espero que la actitud de los que nos gobiernan cambie, y lleguen propuestas y hechos, no palabras y fotos.

P.– ¿Se plantean nuevas movilizaciones para demostrar que el campo es más que necesario?

R.– Por supuesto; es que además va en nuestro propio ADN como organización. Y nunca nos echamos para atrás en protestar por la pasividad y la falta de sensibilidad del Gobierno del signo que sea ante los graves problemas que afectan al sector agrario. Los retos, los motivos y la idoneidad de hacer una protesta es algo que nos lo vamos encontrando día a día en función de las dificultades que van apareciendo. Tampoco somos una organización que salgamos a la mínima, cuando salimos es por algo.

P.– Además, el sector ya anuncia que la sementera de la temporada próxima se verá condicionada totalmente ¿No es suficiente que no haya abastecimiento para que las administraciones reaccionen?

R.– Pues debería serlo. Los agricultores y ganaderos hemos demostrado siempre, y sobre todo en plena pandemia, que seguimos trabajando para abastecer a los mercados, a la lonja y a los supermercados, aportando en ocasiones incluso más del cien por cien de nuestro tiempo, salud y patrimonio. Me preocupa también que las administraciones muchas veces no den valor a la preferencia comunitaria y no juguemos todos con las mismas reglas frente a terceros países que producen con muchas menos obligaciones ambientales. Lo cierto es que afrontar sementera que viene a los precios del abono y gasóleo actuales va a ser imposible. Por eso, necesitamos me

P.– Empezó en el sector en el año 2013 como agricultora profesional ¿qué balance hace del campo provincial en estos nueve años?

R.– Arrancas con ilusión y te enfrentas a problemas como la mala praxis de empresas que vienen al regadío soriano, vaivenes de las políticas agrarias de las que siempre hay que estar pendiente. Muchos retos por delante para dar estabilidad al sector; más beneficios y menos humos.

P.– Como joven también tiene mucho que decir... ¿Cómo ve a los de su generación que quieren quedarse a trabajar como agricultores y ganaderos en Soria? En este sentido ¿hay muchas diferencias con respecto a otras provincias y comunidades?

R.– Falta más decisión para atraer y apoyar a los jóvenes agricultores y facilitar su desarrollo empresarial de las zonas rurales. Todas las medidas que se han ido adoptando durante años no han servido -o no han sido lo eficaces que alguno creía- para dar un verdadero impulso a la renovación intergeneracional que demanda nuestro campo. No sirve con ayudar a los jóvenes para que puedan comprar la entrada del cine, lo que verdaderamente hace falta es que no les cambien la cartelera cuando ya han entrado y que toda la película sea buena.

La falta de suficiente relevo generacional es el obstáculo más importante que tiene el sector agrario europeo y por descontado el de Soria. Más del 55% de los agricultores tienen más de 60 años, lo que nos va a enfrentar a retos que transformarán el ecosistema agrario provincial No hay más que darse un paseo por los pueblos.

P.– ¿Cómo se presenta la campaña en su zona?

R.– Las altas temperaturas de finales de la primavera y la falta de precipitaciones han sido determinantes. Lo veremos cuando todo esté en la báscula. A mediados de junio, los datos de producción de la última comisión provincial de estadística agraria reflejaban un rendimiento de unos 1.500 kilos por hectárea, frente a los cerca de 3.000 de media que suele avanzar la Junta en campañas anteriores. Con ese panorama y los precios desaforados y sin freno hacia arriba de los insumos la campaña puede ser en muchos casos catastrófica.

P.– ¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar en el campo?

R.– Se suele ser decir que lo mejor es no tener un horario de fábrica, ni estar pendiente de fichar y ser tu propio jefe, pero creo que lo mejor a la larga es formar parte de un grupo privilegiado, porque somos un sector estratégico, alimentamos a la sociedad, mantenemos el medio rural y cuidamos del medio ambiente. Es para estar muy orgullosos y no vamos a renunciar nunca a decirlo bien alto. Lo peor, pues es estar pendiente del cielo a todas horas, la demonización por parte de algunos grupos ecologistas, las trabas absurdas de la administraciones y las dificultades para sacar adelante nuestras explotaciones con los precios de los insumos verdaderamente disparados a costa de nuestros bolsillos mientras otros se forran en nuestra cara.

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