Diario de Castilla y León

Escalada de precios en el sector de la puesta

Las cotizaciones suben hasta un 40% en los últimos meses aunque el incremento en los costes de producción ocasiona márgenes de rentabilidad muy ajustados que mantienen en vilo a los productores en un contexto de elevada volatilidad

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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El precio de los huevos ha sufrido un considerable incremento desde el comienzo del año en la Unión Europea. En España los precios han aumentado un 41% desde principios de 2022 y un 55% respecto a la misma fecha del año pasado, hasta los 158,64E/100 kg. En la Unión Europea el incremento registrado ha sido del 27,8% respecto a diciembre de 2021 y del 36% respecto al mismo periodo del año anterior, contabilizando 185E/100 kg. Así lo dice el último informe trimestral sobre el sector de la Avicultura de Puesta , recién publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa).

Castilla y León acapara el 17% del censo español de ponedoras con 7,8 millones de gallinas. Es la segunda Comunidad en producción de huevos con 175 millones de docenas, tras Castilla-La Mancha, que produce 270.

En España continúan creciendo de manera paulatina el número de explotaciones de producción de huevos, según los datos del informe analizado por Cooperativas Agroalimentarias. El método de cría más extendido sigue siendo en jaula, aunque el porcentaje de explotaciones con sistemas de cría de jaula ha pasado de suponer el 60,5% del total en 2013, al 31,61% en 2021. Respecto a 2020 el censo en sistemas alternativos ha aumentado un 19% y se han incrementado un 12% las explotaciones alternativas. Si tenemos en cuenta el censo, según tipo de cría, el 73% del censo corresponde a jaula, el 1,5% a ecológico, 9,1% a huevos camperos y el 16% a gallinas criadas en el suelo.

El cuanto al consumo de huevos, en 2021 descendió en comparación con 2020, pero asegura una tendencia de crecimiento positivo en relación a años pasados. Es destacable también es el comportamiento de las exportaciones españolas de huevos, que aumentaron un 1,6% en 2021, con importantes crecimientos en terceros países, como Guinea Ecuatorial y Mauritania. En el mismo periodo, las importaciones también aumentaron un 30%. 

No obstante, el notable aumento en los precios de los piensos (41,3% en un año) está poniendo al sector en una situación de riesgo alto, que podría llegar a ser crítica si la tendencia sigue al alza. Precisamente por ello los productores de huevo se quejan de que el sector se ha quedado fuera de las ayudas a sectores agrarios por la guerra de Ucrania. En un comunicado conjunto la Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu), y la Federación Española de Productores de Huevos y Ovoproductos (Federovo), han explicado que el Mapa no ha incluido al sector del huevo entre los beneficiarios de esta ayuda excepcional para los productores de los sectores agrarios, aprobada por la Comisión Europea, en base a lo dispuesto en el Reglamento Delegado 2022/467 del 23 de marzo de 2022. Se trata de una dotación presupuestaria de 500 millones de euros, destinada a aquellos sectores que ya atravesaban una dura situación a lo largo de los últimos meses, debido al  incremento sostenido de los costes de producción, derivados, entre otros, del aumento de los precios de las materias primas para alimentación animal, los precios de la energía y de los combustibles, así como por las alteraciones de los flujos comerciales, y cuya situación se ha visto especialmente agravada por los problemas derivados de la guerra en Ucrania.

Las ayudas están previstas en el plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania y serán financiadas con 64,49 millones de euros de fondos europeos y 128,98 millones de euros del ministerio; 193,4 millones en total. Sin embargo, los productores de huevos no están entre los beneficiarios de las ayudas que se relacionan en el texto del proyecto de Real Decreto del Ministerio, quedando únicamente contemplados los productores de vacuno de carne, ovino y caprino de carne, avicultura de carne (solo pollos de engorde), conejos y cítricos.

El Ministerio alega que el reparto de los fondos se ha realizado teniendo en cuenta el incremento de costes y el deterioro de márgenes, la dificultad de trasladar el incremento de costes en la cadena, el efecto de las perturbaciones de los flujos comerciales que ocasiona el conflicto bélico, y las dificultades de adaptación a las nuevas circunstancias derivadas de su ciclo productivo, y su valor medioambiental y generador de empleo en el medio rural.

Desde Aseprhu y Federovo afirman que la exclusión estas ayudas es un revés adicional, que muestra una clara falta de sensibilidad hacia los productores de huevos por parte de las administraciones, a pesar del enorme esfuerzo que les ha supuesto mantener la producción y el abastecimiento en los últimos meses, en unas condiciones tan adversas.   REVISIÓN

«No entendemos que los productores de huevos queden fuera en esta lista, y menos aún a la vista de los datos que dispone el Ministerio sobre la realidad económica de nuestro sector y las exigencias regulatorias inminentes y específicas a las que debe hacer frente. Reclamamos que el Ministerio revise el texto presentado y lo modifique, incorporando las ayudas a los productores avícolas de puesta en la lista de sectores beneficiados», señala María del Mar Fernández, directora de Aseprhru.

En su comunicado ambas asociaciones explican que «tal y como señalan los indicadores económicos trimestrales publicados por el Ministerio recientemente, la incidencia del aumento de los costes de producción, así como la dificultad para repercutirlos a lo largo de la cadena, es prácticamente la misma en el sector de la avicultura de puesta que en otros sectores contemplados en las ayudas. De hecho, la evolución de los precios del pienso y de los márgenes brutos de la avicultura de puesta en 2022 respecto de la medida de los últimos 5 años es de -72,18%, un descenso muy superior al de otros sectores como la avicultura de carne, donde el descenso ha sido del -30,44%», subrayan.

En su documento explican también que el sector del huevo «está inmerso en un proceso de reconversión hacia sistemas de producción sin jaulas, que le obliga a hacer unas inversiones extraordinariamente elevadas, estimadas en unos 1.000 millones de euros, sin que se hayan contemplado las ayudas previstas y recomendadas por la Comisión Europea en el Plan Estratégico de la PAC 2023-27 presentado a Bruselas».

Las dos entidades estiman que las ayudas previstas «son muy inferiores a las cpérdidas sufridas por el sector, y por tanto no salvarán la cuenta de resultados de las empresas». Aun así, demandan que las ayudas «incluyan a los productores de huevos, reconociendo así las dificultades específicas que afronta el sector, además de las que comparte con los restantes productores ganaderos afectados también por las distorsiones derivadas de la situación de los mercados de materias primas y energía, agravadas por la invasión de Ucrania».

El presidente de Asaja Castilla y Leon, Donaciano Dujo, confirma que el sector de puesta «tiene un problema muy grande con el encarecimiento tanto de los piensos y, sobre todo, de la electricidad. Son sectores que necesitan mucha electricidad por el alojamiento, por el calor y manejo de las propias granjas, y como la electricidad ha subido el 300% las está poniendo en dificultades económicas, porque no han subido el 300% los huevos, ni la carne ni el resto de productos». Se trata de una situación que provoca que las explotaciones estén «bajando el número de animales, e incluso cerrando algunas». 

El coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, apunta por su parte que la amenaza «más seria» que tienen ganaderías como la de puesta «es que desde Bruselas se han empeñado en atacar a las jaulas y hay ciertas expotaciones que o están en jaulas, o se va a disparar el precio del producto». Frente a eso, «los costes de producción son su gran problema, como en todas las ganaderías. Aunque en este sector la mayoría están integrados, sujetos a acuerdos con las empresas integradoras en un 80%».

Por su parte el secretario general de Upa Castilla y León, Aurelio González, apunta que todas las granjas que tengan costes de calefacción, que son sobre todo a gas como son las avícolas, lo han tenido muy complicado: «Y a partir de ahora pasa lo mismo que con los riegos. Vamos a ver cómo se regulan las tarifas, pero hasta ahora desde luego ha habido que poner unas ayudas, insuficientes desde nuestro punto de vista, porque la gente estaba aguantando y perdiendo dinero». 

IPC

«¿Qué va a ocurrir? ¿Va a bajar la energía un 50 o un 60%?», se pregunta González. «Yo creo que si baja en esos términos se podrá mantener la granja. Si no, no. Porque los costes están muy por encima de los costes de los productos. Los productos al consumidor han subido. Está subiendo el IPC a todos, también a nosotros como consumidores. Pero a nosotros como agricultores y ganaderos, como productores, no nos están subiendo los productos de esa manera».

Por eso desde Upa «seguimos denunciando, llevamos desde el verano pasado denunciando lo de la leche de vaca, por ejemplo, hemos conseguido con movilizaciones que se subieran los precios, se ha llegado a pagar a 38 céntimos, en el mejor de los casos, con incentivos, a 40, y resulta que todavía es insuficiente, porque han subido los costes y estamos otra vez igual. La subida de los costes se lo está comiendo todo», lamenta.

En cuanto a la Unión Europea y la avicultura, «es un tema que hay que conocerlo, que mucha gente se pone a opinar y a legislar y lo que hacen es complicarle la vida a los ganaderos con unas normativas que son muy restrictivas, que cambian las reglas de juego», explica González. «Pero los ganaderos se tienen que ir adaptando. La sociedad va por ese camino, lo que pasa es que luego lo que hace falta es que esa sociedad esté dispuesta a pagar esos huevos que estén producidos con gallinas en semilibertad y no en jaulas. Lo que pasa es que luego van a los supermercados y la gente mayoritariamente va en busca de las ofertas».

Y es que «a todos nos parece buy bien que se pongan exigencias medioambientales y de bienestar animal pero si eso tiene un precio y se paga, pues bien. Lo que no se puede pedir es que se apliquen todas las normativas cada vez más restrictivas y los huevos estén baratos. Así lo que hacen es cargarse explotaciones».

Parecido es el punto de vista del secretario general de Coag Castilla y León, Lorenzo Rivera: «El otro día me hizo gracia en un programa de cocina que hablaban de una receta con huevos de ‘gallinas felices’. ¿Cómo lo saben eso? He oído lo de gallinas de campo, ecológicas, pero lo de felices… Me sorprende esa forma de detectar la felicidad en los animales, y eso que yo estoy en la granja todo el día. Cuando un animal tiene fiebre está triste como podemos estar cualquier persona, pero que digas que una gallina es más feliz, no sé por qué…», comenta

«Pues las ‘gallinas felices’ están subiendo la cotización de los huevos», señala Rivera. «Cómo no van a subir, con los piensos que se están poniendo por las nubes, un 35% más de caro, y la energía en un gallinero, que se necesita mucha temperatura. Y también aquí habrá hecho mella la gripe aviar, algún contagio que ha habido. Castilla y León somos los primeros en venta de huevos, y en carne de pollo junto con Galicia. Con todos esos factores, probablemente, se encarezca».

Si embargo, «con estos sistemas que están planteando desde el Parlamento Europeo con la desaparición total de las jaulas para que sean las gallinas ‘felices’ como dicen ellos, pues probablemente los huevos no bajarán de tres o cuatro euros la docena. Y es que lo de la eliminación de las jaulas está propuesto ya, por los políticos de los países, como siempre, del centro y norte de Europa, que pensaban que con todo lo ecológico se produciría mejor. Como se hizo una encuesta, y la gente decía que desaparecieran las jaulas, también en conejos, en cerdos, en terneros recién nacidos…», lamenta Rivera. JAULAS

«Todo eso «quieren que desaparezca. No les gusta. No cuaja y no pinta bien en la opinión pública». Sin embargo, no se cuenta con el punto de vista de los ganaderos: «Todos los ganaderos se oponen, pues les dicen que en el año 27, como mucho en el 30, tengan ya todo ya despejado de jaulas».

El responsable autonómico de Coag recuerda, en este punto, lo que pasó cuando las anteriores jaulas «se desarmaron, porque decían que había poco espacio y tenían que tener más espacio las gallinas ponedoras». En ese momento «todas esas jaulas se fueron para Marruecos, y luego, cuando hubo déficit de huevos hace unos años, cuando entraron a regular porque se redujo la cantidad de gallinas, esos huevos vinieron de Marruecos. Todo esto es un sinsentido, lo de las gallinas felices es el colmo», manifiesta.

«Yo creo que se debe frenar eso. Estamos todos pendientes de qué pasará con la guerra, que nos condiciona a todos. Alemania ahora tiene un déficit de gas y de petróleo y de energía. ¿Qué va a pasar? A lo mejor todos estos vedes y ecologistas que presionaban en Alemania, Dinamarca y Holanda sobre todo, y en Noruega, Finlandia, todos los del norte –que incluso querían que desaparecieran las ayudas de la PAC, que se mantuvieron por Alemania–, ahora con la energía tienen un problema muy serio. Todos los países que no necesitaban estos fondos de recuperación Next Generation, que querían prescindir de ellos, de la energía no pueden prescindir. Probablemente eso sea lo que les frene», añade.

«Esos verdes quizá se den cuenta de que es un lujo. Quizá prefieran comer huevos de gallinas menos felices pero que no les falte la calefacción por la noche o el aire acondicionado en verano. Todo esto cambia de la noche a la mañana, de un año para otro puede cambiar todo». Por eso, desde Coag siempre han planteado «que se paralice esta reforma, también antes de la guerra, por los efectos de la pandemia, porque teníamos que producir alimentos». 

Y es que «si la FAO ya de por sí decía que teníamos que producir un 70% más en 2050 sin haber guerra y sin haber pandemia, no sé cómo lo vamos a hacer ahora. Puede ser un problema de hambruna total ya en los países del tercer mundo. Este lujo por parte de esnobistas y ecologistas quizá se pueda parar. Pero ahí siguen, 

Los agricultores pagarán 225ME más por abonos

Coag Castilla y León pide al Gobierno que busque otros mercados de materias primas

Los disparados precios de los costes de producción en el sector primario se amenazan ya con convertirse en un problema de seguridad nacional. Más en concreto, de seguridad en el suministro alimentario. Es algo de lo que están alertando ahora más que nunca las Organizaciones Profesionales Agarias (Opas). Esta semana Coag Castilla yLeon ha sacado a la palestra el desmesurado repunte del precio de los abonos nitrogenados, por los que los agricultores de la Comunidad «pagarán 225 millones de euros más que el año pasado solo en la campaña de primavera».

La Opa ha calculado el sobreprecio que tendrían que pagar los agricultores de Castilla y León por fertilizar con abonos nitrogenados los cultivos de la campaña de primavera, en la que estamos inmersos, y «la cifra marea: 325 millones de euros más que el año pasado», señalan. Y eso sin incluir en el cómputo el coste del abonado de fondo.  Lo normal es pensar que la factura no alcanzará finalmente ese desorbitado importe «porque muchos agricultores reducirán sustancialmente las dosis de abonado o, directamente, no abonarán, o bien cambiarán hacia cultivos con menores exigencias de fertilización». Una reducción que podría alcanzar, según algunas estimaciones, hasta el 30%, por lo que el sobrecoste podría llegar finalmente a los 225 millones.

Como las causas que han disparado los precios de los fertilizantes afectan también a los demás inputs del campo, los campesinos «tendrán que afrontar, además en estas fechas, subidas superiores a un 75% por el precio del gasóleo, y del 40% de los piensos».

Coag ha analizado los mercados de los cuatro pilares básicos de la producción agroalimentaria, esto es gasóleo, piensos, fertilizantes y electricidad, y ha constatado, sobre el propio terreno, que el incremento de los precios ya ha entrado en fase crítica –«El campo está en la UVI», afirma la organización agraria–, y que tales precios «aún no se han detenido».

El campo de Castilla y León, explica la organización, está centrado estos días en el abono de los cultivos de temporada. «Pues bien, la factura que tendrán que pagar los agricultores por dispensar los fertilizantes nitrogenados, que son los que tocan ahora, va a distar mucho, por arriba, de la que arrostraron en 2021. El nitrato ha subido de 235E la tonelada a 700, el nitrosulfato se ha disparado hasta los 725E por tonelada desde los 260 que costaba el año pasado, y la urea, que es la estrella de las materias primas en la elaboración de los fertilizantes, salta desde los 320E que costaba el día 4 de marzo de 2021 hasta los 950. Los datos han sido recopilados por Coag en los mercados.

Castilla y León, primera potencia nacional en consumo de abonos, compra al año una media de 1,3 millones de toneladas, por la que pagan los agricultores 411 millones de media. La inversión en nitrogenados, un 40% del total es, en un año normal, de 165 millones. En 2022 la factura se dispararía con este consumo un 300% hasta los 490 millones de euros, 325 millones más. 

 

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