Las Opas demandan más control sanitario para la fauna silvestre
Upa exige medidas por parte del Gobierno regional para acabar con la expansión «descontrolada» de tejones y jabalíes en zonas como Vitigudino antes de marcarlas por incidencia de tuberculosis
Las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) continúan su reivindicación histórica de que la Administración controle la proliferación de fauna silvestre, en primer lugar, por los problemas de sanidad que pueden acarrear para el ganado por la transmisión de enfermedades, y en segundo término por los ataques que puedan sufrir los rebaños.
En esa línea, Upa exige a la Administración autonómica que ponga en marcha medidas extraordinarias para controlar tejones y jabalíes en zonas de la Comunidad autónoma afectadas por su multiplicación. Así lo hizo con la presentación el pasado miércoles, de alegaciones ante la Junta de Castilla y León por la declaración de ‘zona especial de incidencia de tuberculosis’ de la comarca salmantina de Vitigudino por parte de la unidad veterinaria de la zona.
La organización se mostró «en total desacuerdo por esta decisión adoptada por el Gobierno regional», puesto que «vuelve a poner en el disparadero a los ganaderos con medidas restrictivas que paralizan explotaciones enteras, mientras existe un descontrol absoluto de la fauna salvaje –tejones y jabalíes principalmente–, portadores de esta enfermedad».
Upa anunció que no apoyará ninguna resolución en la que no haya una partida económica para ayudar a los ganaderos afectados por la medida. «Tenemos información de que existe un problema de tuberculosis en un grupo de municipios de la zona de Vitigudino (que no en toda la comarca), pero las medidas y restricciones que la declaración de zona de especial incidencia a la tuberculosis, y el esfuerzo que se exigirá a esos ganaderos para el control de la tuberculosis, por fuerza tiene que ser acompañada de ayudas económicas a las 382 explotaciones ubicadas en la zona 1, así como al resto de ganaderos de la comarca», exigió la organización.
Para Upa esas ayudas tienen que ir encaminadas «a la exención de todo tipo de tasas ganaderas». Además, «debe ayudarse a que los ganaderos que no puedan vender terneros a cebaderos calificados, o que no estén dispuestos a venderlos por el precio a terneros de explotaciones positivas y que puedan optar por cebarlos, tengan una línea de ayuda destinada a construir instalaciones de cebo, de manejo, tolvas, pajeras o bebederos».
La organización también ha solicitado ayudas directas al ternero que se vea afectado por la bajada de precios al no poder ir a cebaderos calificados. También considera necesario apoyo al desvieje de animales de estas explotaciones con el fin de eliminar las cabezas de más edad y ser sustituidas por novillas jóvenes.
También está en total desacuerdo con que las explotaciones que no han tenido positivo pierdan tal calificación y por lo tanto la posibilidad de vender los terneros a cebaderos calificados, que son los que pueden vender a la exportación y por lo tanto los que marcan los precios, dado que «los terneros que van a cebaderos T1 se venden mucho más baratos», apunta.
Autoguía
Tampoco ve «lógico» que «desde los despachos oficiales de la Junta se pretenda quitar la autoguía a los ganaderos, se ponga en tela de juicio su profesionalidad, y no se adopten más medios humanos y materiales para que los profesionales del sector tengan que esperar hasta dos horas de espera para tramitar dichas guías».
Y es que «no es normal que un ganadero de la zona 1 tenga que hacer guía de movimiento para llevar animales de una parcela a otra dentro de su mismo término municipal con burocracia que le genera graves trastornos en su actividad», añade la entidad.
La Opa ha pedido a la Junta que incremente el personal de la unidad veterinaria de vitigudino para la atención al ganadero, que dada la situación actual de la pandemia, «deberá estar acompañada de nuevas oficinas, o ampliación del horario a las tardes con el fin de evitar colas y aglomeraciones de ganaderos para cumplir con los trámites que les obliguen a hacer».
Pero Upa no es la única que ha salido en los últimos días a la palestra por problemas con la fauna silvestre. Asaja ya pidió en su balance de 2020 que la fauna salvaje «no eche del campo a los agricultores y ganaderos».
Un objetivo para el que pidió «control riguroso, facilitando las capturas cinegéticas y otras medidas que de verdad sean eficaces, de las poblaciones de especies silvestres que se alimentan del ganado y de los cultivos: lobos, ciervos, corzos, jabalíes, topillos, conejos, buitres, abejarucos… entre otras.
Además, la Administración debe asumir plenamente la responsabilidad patrimonial de todos los daños y perjuicios y en su caso, la indemnización directa del 100% de los daños ocasionados, incluyendo el lucro cesante».
UCCL, por su parte, reclama al Mapa «diagnósticos fiables» para la tuberculosis bovina, para lo cual «los próximos planes de erradicación podrían incluir la prueba de gamma interferón como prueba de rutina». La organización propone «flexibilidad» para la venta de terneros e impulso de una vacuna para prevenir la enfermedad, entre otras medidas.
Coag Castilla y León ha hecho en los últimos días especial incidencia en la compensación de ataques por especies salvajes, a propósito de los ataques de buitres al ganado. Unas compensaciones que «ya se realizan en cuatro autonomías». La Opa subrayó que es un asunto sobre el que también se pronunció el Procurador del Común.
Un ganadero de la organización perdió una vaca y un ternero la pasada semana por un ataque de buitres y prepara una reclamación basándose en el artículo 106 de la Constitución Española, por el que los particulares, en los términos establecidos por la ley, ‘tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos’.