Diario de Castilla y León

Azucarera aplicará en Miranda el modelo de ‘cultivo compartido’

La directora de la factoría mirandesa explica que ya se puso en marcha en las de La Bañeza y Toro

Miranda concluyó la campaña a finales de diciembre con 199.000 toneladas de remolacha recibida «cumpliendo así las cifras que habíamos previsto». / ECB

Miranda concluyó la campaña a finales de diciembre con 199.000 toneladas de remolacha recibida «cumpliendo así las cifras que habíamos previsto». / ECB

Publicado por
M. MARTÍNEZ
Valladolid

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Implantar en la fábrica de Miranda de Ebro el modelo ‘de cultivo compartido’ -«basado en contar con un modelo adecuado a cada agricultor en función de sus características como parte de una estrategia que puede dar lugar a tener tantos modelos casi como agricultores»-, e s uno de los objetivos que Azucarera se ha trazado para 2021. 

Así lo afirmaba la directora de las instalaciones mirandesas Isabel Boronat, quien explica que desde el pasado octubre trabajan en recuperar hectáreas de cultivo y en captar nuevos agricultores. «Para lo que estamos ofertando este modelo que diseñamos hace un par de años -que tenemos ya en marcha en las fábricas de La Bañeza y Toro y que llamamos ‘de cultivo compartido’-, adecuado a cada agricultor en función de sus características, siendo en torno a unos 220 con los que trabajamos en la planta».

Modelo «con el que buscamos adaptarnos a las posibilidades que tenga el agricultor, en el cual realizamos un balance de coste asumiendo nosotros la parte que el agricultor no vaya a cubrir , y en función de ello se traza un reparto proporcional de los posteriores ingresos», explica. Incide en que se trata de un procedimiento «entre la financiación y la cobertura de un posible riesgo agronómico para que el agricultor pueda tener mínimo rendimiento, y si tiene algún problema asegurarse una rentabilidad».

Cambio de gestión que sin embargo, fue criticado por las agrupaciones agrarias y algunos remolacheros, quienes reprocharon a Azucarera que rompiera de forma unilateral en 2018 el AMI (Acuerdo Marco Interprofesional) del sector, reduciendo el pago acordado de 42 euros por tonelada a apenas 36 euros. Postura que le ha llevado a no renovar tampoco el nuevo AMI que acaba de aprobarse con vigencia para los próximos 7 años.

«Sabíamos que iba a pasar», confiesa la responsable sobre dicho malestar. «Pero eran unos deberes que entendimos que teníamos que llevar a cabo, y ahora nos toca seguir trabajando, como lo hemos hecho estos años en que hemos actuado en las fábricas con ajustes para seguir siendo rentables», reconoce. 

Lograr 3.000 hectáreas

«Ahora nos toca trasladarlo al campo diseñando nuevos mecanismos que ayuden al agricultor a ver que este cultivo le sigue siendo rentable, a la vez que vamos incorporando a nuevos agricultores».

Boronat cifra en unas 4.500 hectáreas la media de suelo que se sembraba, y que este año se han visto reducidas a 2.370 para la presente campaña. «Pero nuestro objetivo es llegar hasta las 3.000 este año, que fueron más o menos las que tuvimos el pasado», comenta. Reducción que las agrupaciones agrarias achacan a dicho abandono unilateral del acuerdo, el cual denunciaron ante el comité nacional y del que se espera resolución. 

Aclara que aunque son tres o cuatro años los que llevan trabajando con este modelo, «hemos visto que el volumen ha ido creciendo año tras año, ya que le vamos dando progresivamente mayor impulso, sobre todo al ir viendo que cada agricultor tiene sus circunstancias particulares, y de ahí que demande diferentes cosas», comenta. 

De ahí nace el intento de dar cabida a a las características acordes a cada agricultor, mediante el mantenimiento del modelo clásico -en el que antes se trabajaba de forma generalizada-, pero dando también cabida a este nuevo modelo más específico que atiende a las características propias de cada uno. Este último -asegura-, con una tercera pata que completaría las otras dos de financiación y cobertura de riesgo, ofreciendo al agricultor los servicios que necesite.

Esquema que además remarca en el caso de Azucarera Miranda, donde llegan producciones de diferentes puntos incluso de distintas comunidades como son Castilla y León, La Rioja o el País Vasco. Cada uno de ellos con distintas tipologías de parcelas y con ellas de necesidades para sus agricultores. 

Diferentes procedencias que hacen aún más necesario implantarlo como ya se hizo en La Bañeza y Toro , pues en ambas ha permitido recuperar una pequeña parte de esa superficie perdida anteriormente con el cambio de modelo, y esa recuperación será también la finalidad en Miranda, así como contar con nuevas variedades de semillas resistentes a la cercospora.

Se muestra optimista tras el balance de la campaña concluida en diciembre, en la que con una superficie sembrada de 2.300 hectáreas, la fábrica burgalesa molturaba 199.000 toneladas de remolacha en tan solo 45 días , llegando a superar durante algunos días las 5.300 toneladas de recepción en Miranda. 

A la hora de analizar en el sector de la remolacha de la irrupción en marzo de 2020 del Covid-19 (coronavirus) en el país y la posterior paralización de la actividad empresarial y social como medida para controlar su contagio-, Boronat afirma que provocó la detención de la tendencia ascendente que traía consigo el precio del azúcar coincidiente con la cosecha desastrosa que ha habido de forma generalizada en Europa», considera Boronat.

«Pero el hecho de que se vaya viendo en cierta manera el fin de esta pandemia con la llegada de vacunas son elementos que nos ayudan a ser optimistas, al ver que el precio va cogiendo un pequeño impulso ascendente», augura. «Pero con precaución, pues no sabemos cómo continuará esa tendencia alcista, algo que veremos más claramente en primavera, ya que en verdad es cuestión de tiempo».

«AQUÍ NO HABRÁ DESPIDOS»

Vaivén en el cultivo de la remolacha y los precios que hizo pensar a algunos en la posibilidad de que Azucarera se planteara reducir plantilla en las distintas plantas , entre ellas la burgalesa. Sin embargo la responsable es tajante a la hora de afirmar que «no va tocarse el empleo y la fábrica va a seguir abierta y funcionando». 

Comenta que desde la empresa «ya hemos hablado con quienes hayan podido trasladarnos sus dudas al respecto, a los que se ha asegurado que la actividad continuará con total normalidad», reitera. De hecho añade, «una de las cosas que hemos hecho estos años ha sido ajustar y dimensionar de forma lo más exacta posible los costes fijos de funcionamiento de la fábrica para que, sean cuáles sean los volúmenes de siembra, podamos asegurar la permanencia de la fábrica», defiende su directora.

En cuanto a la subida de los impuestos a las bebidas azucaradas que el Gobierno Central incluye en los Presupuestos Generales para el presente 2021, la directora de la factoría mirandesa recuerda la participación de la entidad en distintas movilizaciones y encuentros junto a los diferentes agentes implicados en el sector.

«Con el objetivo de mostrar nuestra posición ante esta medida, ya que ese impuesto tiene más un carácter recaudatorio que preventivo», considera. « Pues entendemos que el camino sería incidir en campañas y políticas de prevención y de fomento de hábitos de vida y alimentación sanos si en verdad el fin de la medida fuera atajar el sedentarismo y malos hábitos alimenticios», argumenta.

«Es más -añade-, considero que la imposición de este tipo de impuestos va a dañar al ciudadano pero especialmente al sector de la hostelería, y creo que no estamos en situación de poner más dificultades a este sector empresarial, que ya está resultando bastante dañado con la pandemia», defiende. 

Y es que como argumenta, «si bien ese impuesto podrá tener repercusión en el azúcar como producto, no vemos que vaya contra el origen del problema ni lo ataje, aunque el Estado defienda que ése es el fin del impuesto», concluye.

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