Diario de Castilla y León

La trufa negra de Soria levanta el vuelo con la campaña de Navidades

TEMPORADA: Los productores hablan de un año muy complicado al depender de la restauración y algunos estiman un descenso en los precios de hasta un 40% con respecto a temporadas anteriores

Finca trufera en la provincia. / HDS.

Finca trufera en la provincia. / HDS.

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Irene Llorente Yoldi

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El estado de alarma provocado por la pandemia del coronavirus truncó el final de la pasada campaña de la trufa porque no había mercado al cerrarse la restauración, y la nueva temporada, desde el 15 de noviembre para las plantaciones y del 1 de diciembre para la silvestre, no ha empezado mucho mejor. La producción en cantidad es buena en las plantaciones, si bien en campo cada año es menor. Lo malo ha sido el nuevo cierre de la hostelería y las limitaciones que había en países como Francia o Italia, principales importadores de este diamante negro soriano. 

El dato positivo es que en la última semana han repuntado las ventas con las Navidades a la vuelta de la esquina, de modo que los truficultores aprovechan estos días para cumplir con los pedidos. Aún así ya vaticinan un descenso en los precios de entre un 30 y un 40% por debajo de las medias de otros años debido a esta situación que esperan sea excepcional.

«Está siendo un año difícil porque nuestro principal mercado es la hostelería y la restauración, de modo que las perspectivas de esta campaña no eran muy optimistas. Los precios han estado bastante bajos hasta ahora, cuando ha registrado una subida importante, pero vinculada a las Navidades, algo habitual en estas fechas, consideradas como la temporada alta para nosotros», explica Antonio García, presidente de la Asociación Provincial de Truficultores de Soria, que cuenta en la actualidad con medio centenar de productores.

Y es que los mercados estos últimos días han cerrado con subidas de hasta 150 euros el kilo para las ventas en origen, si bien al inicio de la campaña no han pasado de los 300 euros el kilo la de mejor calidad . «Afortunadamente esta semana se han levantado esas cifras, en buena parte porque se está exportando mucho a Francia, pero no ayuda el anuncio del Gobierno francés de la hostelería hasta el 20 de enero», reconoce García. Lo cierto es que es el principal país consumidor de trufas, aunque su Gobierno insiste en que hay que trata de comprar su producto nacional. También se vende a Italia, e incluso a Suiza o Reino Unido, y cada vez más se queda en España.

Lo que han notado los productores es el incremento en las ventas ‘on line’. «Muchas veces la gente no sabe dónde ir a comprar la trufa y encuentra en internet su aliado porque es un servicio muy rápido y cómodo», añade Antonio. Hasta el momento no hay una web de venta común, sino que cada productor, y no todos, cuenta con su propia página y con su marca comercial . Aún así, el principal canal es la restauración al que suministran el 80% de la trufa que sale de sus plantaciones. 

Además, son muchos los negocios que elaboran productos a partir de la trufa negra de Soria y que también dependen de la hostelería. A este respecto, les ha salvado que comunidades como Madrid no han llegado a cerrar por completo los bares y restaurantes, de modo que han seguido trabajando con los negocios que seguían en marcha.

No obstante, los truficultores constatan que los precios de la venta al detalle, al consumidor final , están similares que en años anteriores, entre 0,70 y un euro el gramo, explican Feli Sánchez-Espuelas y Javier López, de Encitruf, quienes aseguran que las oscilaciones dependen de la calidad de la trufa. «Estamos viendo que está creciendo a través de internet», indican a partir de su propia experiencia, si bien añaden que el 75% se sigue exportando fuera del país. Sí ven que la venta en campo está evolucionando como otras temporadas, dado que siempre empieza con precios más bajos y poco a poco va subiendo hasta Navidades. Y después, es una incógnita.

«Cuando pase el ‘boom’ de las Navidades los precios volverán a caer, como en años anteriores, pero esta vez preocupa más si para entonces no hemos sacado toda la trufa que teníamos que sacar en estas fechas, dado que se pondría en cuestión la rentabilidad de las explotaciones», advierte José Manuel Pérez, portavoz de la Asociación Provincial de Truficultores,  

Aunque el abanico de precios es muy elevado a estas alturas, que es la temporada alta de la trufa , la media suele estar en los 500 euros el kilo, una cifra que «este año se ha quedado muy lejos»

Porque, insiste en que, «lejos de lo que la gente cree, es un hongo que cuesta mucho producir, dado que hay que realizar una inversión inicial muy elevada y esperar como mínimo siete años para obtener los primeros resultados, que no beneficios, de modo que estima que las ventas que se queden por debajo de los 200 ó 250 euros está por debajo del gasto y, por tanto, serán pérdidas».

Asegura José Manuel que los bajos precios del inicio de la temporada han sido históricos, y han podido repuntar gracias a las Navidades, al ser el periodo del año en el que más se consume trufa. Adelanta que incluso podría darse el caso de que para algunas plantaciones sea un año perdido. «La idea de que es un negocio fácil es totalmente falsa. Se tarda al menos diez años en empezar a recuperar lo invertido y hay explotaciones que nunca llegan a tener suficiente producción », añade. Porque una finca trufera con riego al menos requiere un desembolso al comenzar la actividad de entre 20.000 y 25.000 euros por hectárea, pero hay que seguir trabajando las encinas durante siete u ocho años sin haber visto una sola trufa.

Tampoco ayuda, a su juicio, el crecimiento de las plantaciones en la última década, no sólo en Soria y en España, sino en todo el mundo, algo que desde hace unos años está empezando a saturar el mercado porque están empezando a producir, con un exceso de oferta para la potencial demanda . Y salvando las Navidades puede ir a peor. Calcula que los precios pueden caer entre un 30 y un 40% con respeto a campañas anteriores.

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