Diario de Castilla y León

Los productores de cardo rojo temen la falta de mercado para Navidad

Incertidumbre. Un 80% de las ventas de este cultivo exclusivo de Ágreda se realiza desde mediados de diciembre hasta después de Reyes pero este este año hay dudas por las restricciones de movilidad

Hay unas 10 hectáreas cultivadas de cardo rojo entre Ágreda y Dévanos. / LUIS ÁNGEL TEJEDOR.

Hay unas 10 hectáreas cultivadas de cardo rojo entre Ágreda y Dévanos. / LUIS ÁNGEL TEJEDOR.

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Irene Llorente Yoldi

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Los productores de cardo rojo de Ágreda ya han terminado de envolver las plantas como ya es habitual justo para la festividad de Todos los Santos, aunque hay algunos que retrasarán unas semanas para que los cultivos no se pierdan si las temperaturas vienen más suaves. No obstante, este año el mercado es toda una incertidumbre por la pandemia y la limitación de los ciudadanos. Y es que aunque hay clientes que demandan el cardo rojo desde noviembre, el grueso de las ventas se realiza a partir de mediados de diciembre hasta después de Reyes. «Más aún, el 80% se comercializa en Navidades», explica Juan Pablo Omeñaca, horticultor y frutero en Ágreda. Con las nuevas restricciones de movilidad no se atreven a realizar previsiones para Navidades, y se temen que tengan que dejar los cardos en el campo si no hay ventas. 

En estos momentos y a falta de que adquieran ese tono tan característico y único que solo se consigue en estas tierras de Ágreda los productores constatan un año muy raro para el cardo, con algunos muy malos. Lo vinculan con la falta de precipitaciones durante el verano, de modo que si no se complementó con agua de riego las plantas no han crecido como en temporadas anteriores. «Hay algunos huertos en los que están muy bien y en otros de al lado más regular», explica este hortelano. Cree que también hay menos plantas porque los productores se han reservado por la situación provocada por el coronavirus. «Lo que es cierto es que a estas alturas los cardos malogrados ya no remontan. Podrán crecer un poco más mientras estén tapados pero van más bajos que otros años y no se van a igualar», adelanta Juan Pablo Omeñaca.

Los precios seguirán oscilando entre los 10 y los 15 euros por ejemplar, aunque el miedo está en que si no hay ventas los cardos se queden en la tierra. «El trabajo es el mismo pero si no se consume este año los tendremos que dejar en el campo». Lo cierto es que los precios sí han bajado alrededor de un 30% con respecto a hace unos años, cuando estaban a entre 15 y 20 euros, pero ahora hay más beneficios precisamente porque se reducen los costes a la hora de envolver los cardos. «Al realizarse con máquina es mucho más rápido y no requieres tanta mano de obra como antes», asegura. Este agredeño produce unos 1.000 cardos, entre los de su finca y los que le cultivan en otras huertas a partir de sus propias semillas. La época de máximas ventas arranca después del puente de la Inmaculada y la Constitución hasta Navidades. «Sobre todo en Ágreda y cardo a cardo. Pero también por La Rioja, Zaragoza, Valladolid o Madrid». 

Empezó a cubrir algunos de sus cardos con tierra a finales del mes de septiembre, «aprovechando que la tierra está más caliente», de modo que se maduran en veinte días para vender ya en estas fechas, aunque ahora el mercado es con cuentagotas.

En la actualidad el cultivo del cardo rojo es más rentable que antaño, dado que la tarea de cubrir las plantas con tierra ahora se realiza con maquinaria en vez de a mano, pero lo cierto es que apenas suman una veintena de productores y poco más de diez hectáreas. Es casi la mitad de la superficie de unos años atrás, cuando el boom de su difusión a raíz del empeño del Ayuntamiento de Ágreda por conseguir la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para este producto exclusivo de esta zona moncaína, si bien con la crisis el proyecto se quedó parado en los cajones de las administraciones y ahora no hay visos de ser retomado porque la pandemia ha dejado relegadas todas las cuestiones no consideradas prioritarias. Transformar

El problema de este cultivo es que ha tocado techo en cuanto a producción. Lo cierto es que se venden todos los que se cultivan, y la demanda es creciente de unos años a esta parte, pero por el momento no hay más mercado. Y es que tiene el inconveniente de su transformación, porque debe consumirse en fresco, directamente de la mata, por su oxidación. El alcalde agredeño, Jesús Manuel Alonso, constata que se han realizado varios intentos, con empresas de La Rioja, Navarra e incluso se han hecho pruebas en Añavieja, pero todos han fracasado porque el cardo rojo se oxida muy fácil. Pero los clientes demandan en el lineal productos de cuarta o quinta gama, es decir, ya elaborados y mientras no lo consigamos no podremos dar el salto en la producción para poder ofrecer el cardo en conserva o ultracongelado porque el propio mercado es el que te excluye», reconoce.

No obstante, Alonso cree que hay otro hándicap, que es «generar cultura para que se incremente el consumo». A este respecto, pone como ejemplo la Comunidad vecina, Navarra, y la zona de Tudela, sobre todo. Hay una gran tradición de verdura en general y en particular del cardo. De hecho, asegura que el cardo rojo de Ágreda está muy bien considerado en Tudela, donde hay generado un gran hábito de consumo.

De este modo, y pese a las bondades del cardo rojo en lo que a propiedades organolépticas se refiere, apenas se cultivan diez hectáreas entre las localidades de Ágreda y Dévanos. Y los productores, minoritarios, no suman una veintena, que venden los cardos en mata directamente, para cocinarlos o para ensaladas y consumirlos en crudo.

El edil agredeño es más optimista en cuanto a las ventas navideñas, porque cree que aunque no se pueda organizar reuniones multitudinarias la gente seguirá celebrando la Navidad y seguirá consumiendo los productos típicos de estas fechas, entre ellos el cardo. A su juicio, las ventas estarán más diversificadas pero en conjunto será igual. «Si otros años una persona se encargaba de comprar cardo para todos y compraba tres, ahora serán tres ventas de un cardo cada una. Pero el que tiene tradición de comer cardo en Navidades seguirá haciéndolo este año».

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