La pandemia acelera el avance de la digitalización en el campo

La pandemia no ha dejado  en el campo los efectos devastadores de otros sectores productivos por su carácter de actividad esencial y por las características de una actividad en la que es muy complicado que haya contagios. Este periodo de excepcionalidad ha hecho también que el proceso de digitalización que ya se está instalando en la producción agraria y ganadera se esté acelerando. 

Ya son cerca de un 15% de productores agrícolas que tienen como una de sus herramientas habituales las aplicaciones para móviles, aunque es «una realidad», aún no está implantada de «manera general», según explica Carlos Llanos, responsable del Área de Agricultura de Cajaviva Caja Rural. 

El cambio generacional que ya se está implantando en el campo hará que  sea un fenómeno creciente. Y lo es porque « cada vez hay más empresas que viven de esto y cada vez hay más usuarios que pagan por tener esa información sobre sus explotaciones», ya que esta información tiene un beneficio directo sobre el rendimiento de esa explotación. 

Las aplicaciones del móvil, de uso cada vez más creciente entre los agricultores dan «una información muy relevante de la explotación», con un simple vistazo, como el «vigor genológico de las plantas, el estrés hídrico, plagas». Información que se obtiene a través de un satélite y que mezclado con otros datos y «un coste muy reducido» da al agricultor toda la información. La digitalización «ha venido para quedarse». 

También es más frecuente el interés entre los profesionales del campo por el uso de estos datos ofrece las nuevas tecnologías para vigilar la trazabilidad de la producción agrícola. «Hay un interés reciente por saber de dónde vienen los productos, que consumimos». Este control de la trazabilidad «puede dar al agricultor, a la cooperativa la capacidad para diferenciarse de otro». Con digitalización se puede hacer una «trazabilidad del cultivo desde el primer momento y hacer un seguimiento, cosa que antes no se podía hacer». 

Aunque se trata de una tecnología más «económica y más cotidiana» que se usa habitualmente, no solo por la Covid, sino que en el campo se trabaja «de manera más aislada» e individualizada. 

Es el caso también de la navegación por satélite, que el agricultor joven cada vez demanda más, tecnología que, por otra parte, incorporaran el 90% de los tractores nuevos. 

En un ámbito más complejo, la tecnología también está abriendo nuevos espacios en el uso de los drones, aunque en este sentido, es todavía un uso más residual y esporádico, ya que su utilización, aunque está al alcance de la práctica mayoría de los agricultores, pero «no se llega a rentabilizar». En cambio sí que es una tecnología que tiene un uso creciente en sectores como el vitícola. «El uso que se le da es en sectores con más rentabilidad, como el vitícola, porque es un servicio que ofrece todas las bondades de la digitalización, ya que es capaz de detectar en unos niveles muy altos de capacidad cualquier estado de la vegetación, pero es caro de momento», apunta Llanos. 

En el caso de los agricultores, el uso de los drones se circunscribe a la contratación puntual de una empresa especializada de servicios con expertos que se encargan de facilitar la información obtenida al agricultor. Lo que está claro es que «la digitalización que triunfa es la queda un beneficio y una eficiencia al agricultor». En este ámbito, desde Cajaviva se han llevado a cabo, como el pasado año, demostraciones del uso de los drones en la agricultura de precisión, a través de unas jornadas teórico-prácticas. 

Otro ámbito en el que se ha abierto una abanico de posibilidades gracias al uso de las nuevas tecnologías es el de los seguros agrarios. A través de Agroseguro, el proceso de digitalización de las fincas permite el análisis de los siniestros. Esta tecnificación«permite el análisis de los partes de los clientes». Aunque es un procedimiento que está en fase de pruebas, ya se está aplicando en varios territorios de España.«Con una fotografía si una explotación ha tenido un siniestro, o está produciendo menos de lo que deberías por las condiciones meteorológicas adversas», explica Llanos. 

La Junta de Castilla y León también está utilizando las nuevas tecnologías para los controles de las declaraciones de la PAC. Antes se hacía exclusivamente con las visitas de los inspectores a los campos de cultivo.Y aunque ahora se sigue haciendo, el pasado año ya se empezó en zonas de Valladolid la monitorización de las fincas a través del satélite. El proyecto se sigue extendiendo y este año ya se ha hecho en fincas de Aranda y de la comarca de la Ribera. Se trata de un sistema muy fiable que permite comprobar que lo declarado se corresponde con lo cultivado y habilita para que el Gobierno pueda imponer sanciones.