Diario de Castilla y León

Apicultura

Cierre de una campaña «normal» de miel y con presencia de varroa

Una de cal... Cifran entre 8 y 15 kilos los recogidos por colmena, que les permitirán surtir a los clientes entre los que ven un creciente interés por el propóleo / «Al menos, parece que no hay tanta velutina»

Los apicultores esperaban una recogida mayor «pero al menos nos va a permitir surtir a nuestros clientes».  ECB

Los apicultores esperaban una recogida mayor «pero al menos nos va a permitir surtir a nuestros clientes». ECB

Publicado por
M.M.
Valladolid

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No sabíamos muy bien qué  iba a pasar tras el verano, ya que este año ha sido muy atípico para todo con la irrupción en todo el mundo del Covid-19 (coronavirus)». Pandemia que obligó a un confinamiento de meses a tenor del estado de alerta que decretaba el 13 de marzo el Gobierno Central, y que trastocó el habitual calendario de cuidados previos de las colmenas que deben realizarse con la primavera. «Los cuales apenas pudimos llevar a cabo, mientras que con o sin coronavirus el ciclo natural continuaba su curso», confiesa la vicepresidenta de la Asociación de Apicultores de Burgos (Asapibur) Yolanda Martínez.

De ahí que ahora, una vez pasado el verano y recogida ya la miel de sus colmenas, los apicultores burgaleses se encuentren ‘con ‘una de cal y otra de arena’’. Por un lado una recogida que la productora de Espinosa de los Monteros cataloga de «normal, pero que al menos nos va a permitir surtir a nuestros clientes habituales», gran parte de ellos en la propia provincia y otras  incluso de regiones cercanas.

Explica que la cantidad recogida por los productores burgaleses  -la gran mayoría de la comarca norteña de Merindades-, oscila entre los 8 y 15 kilos logrados por colmena, cuando lo habitual son esos 15», cifra la productora.

Miel que como es habitual, se convierte en un delicioso muestrario de la enorme riqueza en variedades vegetales existentes en los parajes de esta comarca, que hacen que la producción haya contado con mieles de tomillo, «mucha miel de girasol y sobre todo de brezo aunque de éste último en esta ocasión las variedades han sido menos siendo la que más se ha recogido la cirenea», detalla.

Riqueza floral que sin embargo han echado un poco de menos entre las arbóreas, «ya que los productores que trabajan con la miel de roble apenas la han tenido esta vez por un agosto muy caluroso que ha hecho que de forma generalizada el roble no haya melado apenas», explica. Como consecuencia, apenas ha generado los mielatos base de las melazas, componente que eligen también algunos productores»

Recogida «normalita» ante la cual se encuentran sin embargo, con un cierto aumento de las ventas de miel, «ya que mucha gente ha querido contar con ella ante los problemas sobre todo respiratorios que el coronavirus generaba a los enfermos, e intentando hacer extensivos los beneficios de la miel ya conocidos de forma habitual para aliviar catarros y congestiones», comenta.

Mayor interés que asimismo se ha hecho extensivo al propóleo,  producto natural elaborado por las abejas y muy eficaz como desinfectante de heridas, entre una multitud de usos. «Ventas que en mi caso concreto se han doblado», comenta, recordando que solamente lo trabaja en 60 de sus más de 700 colmenas y desde hace apenas dos años, «para lo que se colocan unas mallas donde las abejas dejan este producto que recogen de la resina de los árboles», explica la apicultora burgalesa.

Asimismo, si bien las cantidades finales de miel recogida han quedado algo cortas -a pesar de que se preveía una mejor campaña a tenor de las buenas temperaturas de la primavera-, se muestran al menos contentos de ver que la avispa velutina no se ha convertido en la gran pesadilla de otoños anteriores.

«En verdad su presencia está siendo menor de lo que nos temíamos, tras haber tenido una primavera excelente en calor, agua y floración y no haber podido colocar las trampas para atrapar a sus reinas y evitar que estas llegaran a explorar y asentarse en la zona», recuerda. De hecho, «dicha colocación del hasta ahora único sistema con el que se ha logrado frenar un poco a este terrible depredador capaz de acabar con colmenas enteras, fue una de las labores que no pudimos llevar a cabo por lo que nos lo temiamos mucho peor», confiesa.

Preocupaciones que desgraciadamente sí les han llegado nuevamente con la varroa, el peligroso ácaro «que lleva años atacando a las abejas de toda Europa, sin que las administraciones de los paises se hayan puesto seriamente con ello». Reproches que les lanzan no sólo los apicultores sino muchos agricultores «ya que todos sabemos, y las administraciones también porque se lo han dicho expertos e investigadores de todo el mundo, que sin ellas desaparecerán muchos de esos productos que han surtido los mercados de todo el mundo estos meses de confinamiento», advierte.

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