Diario de Castilla y León

Caderechas comienza la recogida de su manzana con buenas previsiones

SEPTIEMBRE  Los productores han iniciado la tarea en algunas parcelas ya que el calor de estas semanas ayuda al fruto a hacerse antes  /  Se alargará hasta principios de octubre,  con la previsión de lograr unos 200.000 kilos 

La recogida se inició hace unas semanas siendo sus principales variedades la reineta gris y la reineta blanca. / ECB

La recogida se inició hace unas semanas siendo sus principales variedades la reineta gris y la reineta blanca. / ECB

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M. M.
Valladolid

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Los productores del valle burebano de Caderechas se encuentran de nuevo ‘metidos en salsas’ en su campos aunque ahora con la manzana, tras concluir la campaña de la cereza a mediados de verano, de la que aún ultiman las valoraciones antes de cerrar cifras en cuanto a la recogida final. «La verdad es que ha sido inferior a la previsión que teníamos, pues no ha llegado finalmente a los 200.000 kilos previstos, pero aún así hemos tenido producto para llevar al mercado sin problema», explica el presidente de la Asociación de Productores de la Marca de Garantía Cereza y Manzana Valle de Caderechas, Juan José Gandía.

El productor confirma que acaban de empezar la campaña de manzana pero solo en algunos puntos -«al ser en torno al 20 de septiembre cuando comienza la recogida más generalizada»-. Sobre todo aprovechando estos días de calor que ayuda a que el fruto se vaya haciendo antes». 

Explica que si el tiempo estuviera algo lluvioso «aún se puede dejar algo más para dar oportunidad a que engorde, pero ya con estos calores la manzana no engorda y es el árbol el que sufre, a la par que se evitan los conocidos y peligrosos vaivenes del clima burgalés.

Y es que al contrario que su compañera de valle la cereza, la manzana  de Caderechas se puede vender al recogerla pero también almacenar durante meses, «lo que permite que se vaya vendiendo prácticamente durante todo el año, desde octubre que es la cosecha habitual hasta bien entrado mayo». «Al contrario que la cereza, la cual debe consumirse en cuanto se recoge porque en poco tiempo se echa a perder», advierte.

Proceso de madurado en el que como remarca, se mantiene  la tradición de la zona ya que cómo en décadas atrás, «esta manzana no se guarda en cámaras sino que se deja en almacenes y las bodegas de las propias casas». Allí va adquiriendo un color amarillento y arrugándose un poco al perder algo de agua tras cogerla verde, «y va transformando sus azúcares perdiendo acidez y ganando con ello dulzor como parte de dicha esa maduración natural en las casas», explica el experto.

Maduración tradicional

De ahí que en la marca se distingan dos categorías, como son la ‘de temporada’ y la ‘de bodega’ «atendiendo al momento en el que se vende y se consume pues el de recogida es el mismo», remarca el agricultor, siendo ésta última la que se vende ya entrado octubre.

En cuanto a las distintas variedades con las que trabaja la marca explica que son la reineta blanca y la reineta gris, así como la que denominan reineta Diputación. Nombre debido a que fue la institución provincial la que décadas atrás plantó una variedad de ‘reina de reinetas’’ traída de Francia en diferentes puntos de la provincia.  «Sin embargo está desapareciendo porque tiene un consumo muy limitado -ahora en septiembre- ya que después pierde sus características al volverse algo arenosa», afirma. «Además de ser también especial en su cultivo pues si produce un año al siguiente no sale, a lo que se suma el hecho de que finalmente este tipo de variedades que se traen comienzan a hibridar con otras dando lugar a que pierdan sus propias facultades».

Pero a pesar de su presencia prácticamente testimonial -siendo un mínimo porcentaje el que le dedica la marca rondando apenas los 10.000 kilos-, y de tener salida solamente en nuestra provincia, el productor remarca su importancia. «Ya que es una de las variedades antiguas que queremos conservar, como parte del proyecto de recuperación que llevamos a cabo en el valle desde hace años».

Gandía recuerda que una campaña normal entre los 15 productores de manzana asociados a la marca, que cultivan bajo la misma unas 50 hectáreas en el valle-, ronda anualmente entre 200.000 y 250.000 kilos de manzanas. Cifra a la que esperan acercarse e incluso superar este año después de los malos resultados de las cuatro temporadas anteriores», afirma.

Y es que como explica, ayudó que las heladas que vinieron este año fueran de aire polar, las cuales dañaron sobre todo a la cereza que estaba más avanzada. «Como también pasó en la floración encontrándose la de la cereza con las lluvias de primavera, y eso que a una y otra las separan apenas 20 días», logrando que la calidad de la manzana que viene también sea muy buena de tamaño ya que la primavera lluviosa no le afectó a la flor».

Más cereza que manzana 

Similitudes en la producción de ambos frutos que hace que gran parte de los productores compartan ambos, «ya que de hecho es similar el terreno dedicado también a la cereza -en torno a 50 hectáreas también-, aunque en los últimos años está aumentando algo más en la cereza mientras que el cultivo de la manzana se ha estancado un poco, siendo los 25 asociados los que tenemos cereza pero solo unos 15 los que tienen además manzana».

«Porque económicamente es más rentable la cereza ya que es un fruto más exclusivo que hace que en el momento en que sale y se recoge deba consumirse, sin embargo la manzana al poder consumirse desde octubre hasta bien entrado mayo -y no solo la de Caderechas sino de otros puntos- hay mucha competencia en el mercado no permitiendo tampoco tener margen con los precios.

De hecho, comenta que la cereza «es un producto por el que, tal y como han mostrado algunas encuestas realizadas entre los consumidores, piensan que si pagarían precios elevados por un kilo de cerezas que no pagarían por uno de manzanas. 

Sin embargo, el presidente de la entidad de productores burebanos defiende sin dudarlo la gran calidad y resistencia de la manzana del Valle de Caderechas, la cual hace que pueda contarse con ella  prácticamente todo el año, siendo apta tanto para el consumo habitual de cada día, como para todo tipo de composiciones culinarias, quedando el 70 80% de lo que se recoge en la zona norte, con País Vasco Cantabria y la propia provincia como consumidores habituales.

«Bondades que nos gusta contar a la gente, así como su producción manual donde no usamos pesticidas, las malas hierbas se quitan con podadoras y si no con las azadas como nuestros padres y abuelos». Remarca por ello, que uno de los momentos favoritos de la marca es la feria que anualmente se celebra en Cantabrana, «y que este octubre seguramente no celebremos de forma presencial por el coronavirus, pero estamos buscando alguna otra forma de no faltar a la cita».

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