Temor en Ávila y Salamanca a una nueva plaga de topillos
UPA y Asaja dan la voz de alarma tras la aparición de focos en ambas provincias / Los daños aún no son cuantiosos, pero se corre el riesgo de que los roedores lleguen pronto «a zonas de Valladolid»
Cada vez que se registra un nuevo repunte de topillos en Castilla y León , los agricultores de las zonas afectadas no pueden evitar acordarse de la plaga de 2007 que tantos estragos causó en el campo. Por eso, ante el mínimo atisbo de expansión, el sector agrícola prefiere no bajar la guardia y siempre demanda actuaciones contundentes para evitar que los focos proliferen. Y eso es lo que precisamente ocurre en estos momentos en las provincias de Ávila y Salamanca, donde ya se ha detectado la presencia de estos roedores en varias comarcas que temen una merma considerable durante la actual campaña si no se toman medidas a tiempo. Por ahora, los daños no son cuantiosos. Sin embargo, la preocupación ya ha empezado a cundir por motivos evidentes.
El «incremento exponencial» de las poblaciones de topillos «va más allá del tema agrícola» , advierte Pedro Martín, vicesecretario general de UPA en Ávila. Razón no le falta, ya que una expansión incontrolada podría desembocar en un problema de salud pública. No hay que olvidar que estos animales transmiten enfermedades como la tularemia, por lo que una plaga «no solo causaría perjuicio a los agricultores», subraya el presidente de Asaja Salamanca, Juan Luis Delgado, igualmente inquieto por las consecuencias sanitarias independientemente de las pérdidas económicas que tanto teme el sector dada la situación actual.
En el caso de Ávila , los topillos campesinos ya han colonizado «prácticamente todos los municipios» de la comarca de La Moraña. «Como sigamos así, en dos meses vamos a tener el mismo problema que hace 13 años», sostiene el vicesecretario provincial de UPA a sabiendas de que los topillos han llegado incluso a entrar en «poblaciones». En cuanto al campo, la cosecha está «finiquitada al 90%». No en vano, se empiezan a apreciar daños en cultivos industriales como la remolacha, la patata o el girasol.
La presencia de topillos en tierras salmantinas comenzó a apreciarse durante «la primera semana de cosecha». El principal foco se ubica, tal y como señala el presidente provincial de Asaja, en «zonas limítrofes con Ávila» como Peñaranda de Bracamonte o La Armuña. También se localizaron pequeños focos en Ledesma y Campo Charro, aunque afortunadamente no parece que «vaya a más». El motivo reside, básicamente, en que la mayoría de cultivos son de secano. Por lo tanto, «no hay mucho cultivo de alfalfas, que llevan menos laboreo y facilitan la propagación». En cualquier caso, el sindicato hace un llamamiento a los agricultores para que muevan tierra y empaquen «lo antes posible».
Aunque por ahora los daños no sean cuantiosos, tanto UPA como Asaja no han dudado en reclamar medidas de choque a las administraciones competentes. Ante la imposibilidad de realizar quemas o emplear rodenticidas, Martín cree que la medida más efectiva para reducir la población de topillos y frenar la más que previsible plaga es «empezar a hacer actuaciones en la cubierta vegetal». Dicho cometido recaería sobre la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), si bien lo ideal sería ponerse «de acuerdo» con ayuntamientos, diputaciones y los servicios territoriales de la Junta de Castilla y León de cada provincia para establecer un plan conjunto para impedir su expansión por toda la Comunidad.
En la misma línea, Delgado considera fundamental la limpieza de cunetas, cauces de ríos y arroyos y, cómo no, la autorización de quemas controladas «cuando se pueda». Sea como fuere, no deja de insistir en las clásicas recomendaciones del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) para frenar el avance de los roedores. En Salamanca, dentro de lo que cabe, el riesgo es menor porque abundan las tierras de «mucho laboreo», que permiten «eliminar huras y reservorios». No en vano, el repunte de topillos no solo afectaría a la provincia de Ávila, pues también «se podría trasladar a zonas de Valladolid donde hay más siembra directa».
A raíz del comunicado emitido por UPA a principios de la semana pasada, ya «se están tomando medidas». En concreto, los ayuntamientos de las zonas afectadas han sacado las máquinas niveladoras para despejar cunetas y otras superficies en las que los topillos suelen asentarse. En paralelo, también se está procediendo a la revisión y limpieza de desagües. Aún con todo, el sindicato espera que la Diputación también ponga sus recursos a disposición de los municipios que tratan de evitar la plaga. Después, tocará dar respuesta a la siguiente pregunta: «¿Quién se hace cargo del gasto?