MERCADO DEL CEREAL
La subida de precios da un respiro al cereal
El trigo sube en EEUU 2,57 dólares hasta los 195 por tonelada (173 euros) y el mercado de futuros de París apunta a que podrían alcanzarse los 190 euros en septiembre / Las Opas recomiendan estudiar bien el momento y las condiciones idóneas para vender
La cosecha de cereal puede ser histórica, y además contar con el impulso ideal para el agricultor: un buen precio . El comportamiento del marco internacional marca una tendencia alcista del mercado de futuros del trigo, y por eso las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) recomiendan no precipitarse a la hora de vender, y estudiar muy bien cuál es el momento y las condiciones idóneas.
El precio del trigo es una variable que se decide a miles de kilómetros. El agricultor no tiene posibilidad de influir en él, sólo puede adaptarse a las circunstancias y salir lo mejor parado posible. Es la bolsa de Chicago la que tiene la última palabra sobre a qué precio se venderá en el mercado internacional el trigo cultivado en cualquiera de las nueve provincias de Castilla y León, tanto como el que se cultiva en cualquier parte del mundo.
Asaja: «El año es muy largo, la ganadería consume mucho y los precios han de repuntar»
En este contexto, el último informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) presentó el pasado viernes el informe de Oferta y Demanda Global de julio. Los datos fueron acordes con lo esperado por las Opas de Castilla y León, que habían advertido unos días antes de esa tendencia.
El USDA confirmó un importante recorte en la cosecha de trigo a nivel mundial, que cifró en más de 4 millones de toneladas. Por eso, entre otras variables, incrementó la cotización del trigo, que sube en 2,57 dólares americanos, alcanzando los 195 dólares la tonelada. La cifra, al cambio, supone alrededor de 173 euros.
Asaja fue la primera en alertar la pasada semana de que se podía repetir lo ocurrido en 2018: «Los precios de saldo que algunos ofrecieron a comienzo de la cosecha no se corresponden con la demanda real del cereal», advirtió la organización, que señaló la tendencia alcista de los mercados de futuros. Y es que «a medida que se constata la disminución de la producción total de trigo en la Unión Europea, se apuntalan subidas en las cotizaciones del cereal» . Asaja advirtió que durante varias jornadas consecutivas en el mercado de futuros del trigo de París, con cotizaciones al alza en el trigo, apuntaron el jueves a 187,50 euros para las ventas de septiembre, «tendencia que se acentuaría acercándose a los 190 euros en meses posteriores, y permaneciendo estables en ese punto».
Corrección
La Opa calificó de «decisivo» para comprender la evolución de los precios de los cereales, ese informe del USDA: «Todo apunta a que introducirá correcciones a la baja en las producciones de trigo esperadas tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo», avanzó la organización. En efecto, corrigió el viernes a la baja esas cuatro millones de toneladas.
Pese al espejismo de la mejor producción española tras un año pésimo como fue 2019, ya en primavera Copa-Cogeca (el Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas-Comité General de la Cooperación Agrícola de la Unión Europea / Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas-Confederación General de Cooperativas Agrícolas, la unión de las dos grandes organizaciones paraguas agrícolas y grupo de interés más fuerte para los agricultores europeos, con sede en Bruselas), apuntaba que esta campaña se esperaba en Europa «una disminución clara del 11,5% en la producción total de trigo, como consecuencia, a la vez, de la reducción de la superficie cultivada (-3,5%) y de unos niveles de rendimiento modestos», explicó Asaja.
Upa: «No hay que vender a cualquier precio y mejor a través de cooperativas»
Para la organización, la campaña 2020 está evolucionando de una forma «simétrica a la de 2018» . Como se venía de cosechas muy pobres (2017 y 2019), «algunos quisieron aprovechar las dificultades económicas de los agricultores para cerrar ventas rápidas a precios de saldo» . Aunque los compradores españoles se resistían, «al final se impuso el sentido común y tuvieron que subir los precios, en sintonía con los mercados internacionales y con lo que ya se apunta en un país vecino y de referencia como es Francia».
Por estas razones, de nuevo la organización profesional recuerda a los profesionales «la importancia de estudiar bien cuál es el momento y las condiciones idóneas para vender su producción. Es una decisión muy importante, que determina la rentabilidad de todo un año de trabajo, y hay que tomarla con precaución, siempre hay tiempo para vender», indicó el presidente de Asaja, Donaciano Dujo.
A mediados de semana, Asaja apuntó « indicios suficientes » para pensar que en Castilla y León «se están pagando precios por el cereal artificialmente bajos, y que los mercados obligarán a un reajuste al alza acorde con las cotizaciones europeas e internacionales del mercado de granos». Sin embargo, si los precios «siguen hundidos debido a los acuerdos entre intermediarios» para influir en los mercados, «cuando repunten, una gran parte del cereal de Castilla y León no va a estar ya en manos de los productores».
Si bien en Castilla y León hay un cierto optimismo en la cosecha, quizás porque viene precedida de otra muy mala, «en grandes zonas productoras de Europa, como es Francia, se están haciendo correcciones a la baja» . Por otra parte, «el año es muy largo, y la ganadería española consume ingentes cantidades de cereal muy por encima de nuestra producción, por lo que hay que pensar que no van a sobrar cereales y que los precios necesariamente han de repuntar».
Por eso los productores deben «planificar correctamente sus ventas, sin provocar un aluvión de ofertas en momentos que aprovechan los intermediarios para hacer acopio de grano barato y aumentar sus márgenes comerciales».
Asaja Castilla y León ha criticado que el escaso papel del productor en la cadena de formación de precios esté haciendo que un año como el presente gran parte de los beneficios que deberían de llegar por la vía de la mayor producción, se pierdan a consecuencia de unas cotizaciones «artificialmente bajas». y es que desde que se iniciaron las tareas de recolección, «hay presión de intermediarios muy interesados en inflar las previsiones y asustar a los agricultores que andan más necesitados de liquidez, lo que ha provocado cotizaciones vergonzosas, un 20% inferiores a lo habitual».
Vender a los precios que se están ofreciendo hoy o a los que en realidad apuntan los mercados internacionales, supondría una diferencia de unos 15.000 euros para una explotación cerealista media, de unas 200 hectáreas; es decir, «supone lograr un margen de beneficio o sólo cubrir los costes de producción, cuando no vender directamente a pérdidas». Según las valoraciones de Asaja, con las cotizaciones «ruinosas» de la pasada semana, los agricultores de Castilla y León dejarían de ingresar 200 millones de euros.
Cooperativas
Esa visión del mercado del cereal la comparte la Unión de Pequeños Agricultores (Upa). La Opa califica la cosecha de cereal como «excepcional» y pide a los agricultores «que no vendan a cualquier precio, como quieren los especuladores, y lo hagan a través de las cooperativas». Upa apuntó:
«Tenemos unos rendimientos que son de los mejores en los últimos años, y la ganadería dispone de buenos pastos gracias a una primavera lluviosa».
La cosecha de cereal en los secanos de la región es «de las mejores en los últimos años» , según Upa, «lo que se suma a la situación de buenos pastos que tiene la ganadería extensiva por las precipitaciones primaverales».
Estas buenas noticias para el sector agrario «no pueden ni deben verse empañadas por los precios», señaló el secretario general de Upa en Castilla y León, Aurelio González. «En ese sentido, recomendamos a los agricultores de la región que no se precipiten a la hora de vender, puesto que los especuladores están al acecho, ejerciendo presión sobre los agricultores para manejar a su antojo los volúmenes de producción con el objetivo de hundir los precios de los mercados y comprar barato a los productores».
Upa considera que en estos momentos «lo más recomendable parece no vender y mantener almacenado el grano ante los datos oficiales de déficit mundial que hay de cebada, y ante el déficit histórico que tenemos de trigo en España y que nos obliga a importar cinco millones de toneladas todos los años».
La organización agraria recordó hace pocos días que las mejores operaciones « no suelen hacerse a principio de campaña ». Por otra parte, «conviene reseñar que España es uno de los principales países consumidores de cereal en el mundo, con 36 millones de toneladas en la pasada campaña, lo que nos hace depender de los mercados internacionales». Una necesidad de cereal que choca con los bajos precios que se ofrecen actualmente, por lo que «parece que estamos ante una estrategia interesada como es hundir los precios artificialmente por quienes quieren enriquecerse a costa de los productores», añadió.
Según los datos del Copa-Cogeca que sacó a la palestra la Opa, en la Unión Europea la producción del trigo blando «puede descender esta campaña hasta un 11,8%, mientras que la cebada perdería en torno al 2,5 respecto al año pasado».
Así pues, Upa reclama a los productores que mantengan «la cabeza fría y no pierdan rentabilidad por su cereal precipitándose a la hora de vender». Por eso piden a los agricultores de Castilla y León «que no malvendan lo que tanto esfuerzo les ha costado producir».
Penalizaciones
Por su parte, Coag Castilla y León advirtió a los agricultores que hayan sembrado cereal sobre las normas a tener en cuenta tras la recolección para no sufrir una penalización por condicionalidad en las ayudas europeas de la PAC.
La Dirección General de Política Agraria Comunitaria emite cada año una Resolución con los requisitos y obligaciones que se deben cumplir tras la recolección de los cultivos «para no verse sancionados ni penalizados económicamente por incumplimiento de la condicionalidad que establece la PAC », explicó Goag.
La Opa recordó, entre las más destacadas, que en las márgenes de los ríos, lagos y lagunas, consideradas a partir de la ribera, no se apliquen fertilizantes en una franja de dos metros de anchura, según el Código de Buenas Prácticas Agrarias , y que en dichas franjas no haya producción agrícola. Además, en dichas franjas hay que respetar cinco metros como mínimo sin aplicar fitosanitarios.
Además, en superficies de regadío o que se riegan, el agricultor debe poder acreditar su derecho de uso de agua de riego, y no debe verter de forma directa o indirecta las sustancias de la lista I de la Directiva 80/68/CEE, tales como refrigerantes, disolventes, plaguicidas, fitosanitarios, baterías, hidrocarburos o aceites de motor, ni en las instalaciones ni en las parcelas.
Otros de los requisitos que puso de manifiesto Coag Castilla y León es que los agricultores no deben verter, a no ser que se obtengan autorización, de forma directa o indirecta las sustancias de la lista II de la Directiva 80/68/CEE, tales como abonos o estiércoles, ni en las instalaciones ni en las parcelas (por ejemplo, que no haya fugas).
Además, en las parcelas agrícolas de secano que se siembren con cultivos herbáceos de invierno para grano, no se podrá labrar con volteo del suelo entre la fecha de recolección y el 1 de septiembre. En tierras de barbecho se realizarán prácticas tradicionales de cultivo, prácticas de mínimo laboreo o se mantendrá una cubierta vegetal adecuada, bien sea espontánea, bien mediante la siembra de especies mejorantes.
También se evitarán penalizaciones en la PAC observando otras medidas como que las parcelas en las que no se realice actividad agraria se mantengan de acuerdo con las normas locales reguladoras de dicha situación. Tampoco deberán quemarse rastrojos salvo que, por razones fitosanitarias, la quema esté autorizada por la autoridad competente (y en ese caso, cumpliendo todas las normas establecidas para ello).
Coag Castilla y León completó la lista de requisitos recordando medidas sobre la aplicación de purín en las superficies agrícolas, pues no podrá realizarse mediante cañones. La aplicación mediante otros sistemas de distribución no localizada (platos o abanicos) podrá realizarse cuando la temperatura máxima en el día de aplicación no supere 30ºC, y se enterrarán en el plazo más breve, máximo cinco días.