SUBVENCIONES
Las ayudas a la vendimia en verde pasan sin pena ni gloria por las DO regionales
ESCASO INTERÉS Publicadas a inicios de junio y con apenas 5 días para tramitarse, la Junta recibió 341 peticiones / Solo hubo 71 solicitudes para 276 hectáreas en Burgos, cuando entre Arlanza y Ribera superan conjuntamente los 30.000 productores
Las ayudas para llevar a cabo la vendimia en verde han resultado no ser la salida a una situación de acumulación de producto y escasa venta, en un mercado totalmente paralizado durante los meses de estado de alerta al que ha obligado la irrupción del coronavirus en todo el mundo. Todo ello a tenor de la realidad que muestran las escuetas cifras de ayudas solicitadas por los viticultores de las diferentes Denominaciones de Origen (DO) de Castilla y León, y por extensión de las burgalesas Vinos de Arlanza y Ribera del Duero .
Ayuda enmarcada en el paquete de medidas extraordinarias que se han incorporado al Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (Pasve) 2019-2023, por las circunstancias excepcionales derivadas por la pandemia del Covid-19, que han provocado el cierre del canal de comercialización de la hostelería, restauración y catering (canal HORECA).
De hecho, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural detalla que se han recibido 341 solicitudes de ayuda para la cosecha en verde para la vendimia de 2020, tras el cierre la pasada semana del plazo de solicitud, entre las cuales Valladolid aparece como la provincia con más peticiones (con 196), seguida de Burgos con 71 y León con 29 solicitudes.
Mientras que los datos por hectáreas, de las 2.630 para las que se han pedido las ayudas 1.935 hectáreas son de la provincia de Valladolid, seguida de nuevo por las 276 de la provincia burgalesa, destacando entre las denominaciones de origen (DO), las hectáreas pertenecientes a la DOP Rueda que con 1.953 representan el 74 % del total solicitado.
Asimismo, en cuanto a las ayudas al almacenamiento de vino a granel para DO e Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) -otra de las tres medidas extraordinarias previstas para el sector como consecuencia de la crisis provocada por el COVID-19-, en Castilla y León se han presentado un total de 90 solicitudes para un volumen de 359.686 hectólitros destacando las 36 presentadas en la provincia vallisoletana, las 29 solicitudes de Burgos y las 12 ayudas pedidas desde Zamora.
Por figuras de calidad, encabeza el volumen de almacenamiento solicitado la DOP Ribera del Duero, con 219.021 hectólitros, seguida de la DOP Rueda con 51.148, la DOP León con 33.770 hectolitros y también los 25.115 correpondientes a vinos de la IGP de vinos de Castilla y León.
Unas ayudas que a pesar de traer consigo en el caso de la Ribera del Duero , una de las compensaciones por pérdidas mas elevadas entre las DO regionales -unos 4.700 euros por hectárea-, han sido apenas 71 las solicitadas para poco más de 270 hectáreas desde dos denominaciones que cuentan en su conjunto con más de 22.000 hectáreas de terreno -en torno a 300 de las cuales corresponden a Vinos de Arlanza-, con las que trabajan 8.000 viticultores de Burgos y Valladolid, 26 de ellos de Arlanza.
Y es que como comentaba el presidente del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, Enrique Pascual, «algo que no convencía del todo a los productores era el montante destinado por el Gobierno a las ayudas por esta poda en verde, de apenas 10 millones de euros para todas las DO del país», concreta. Una cifra en su opinion demasiado baja, «que hizo dudar a algunos que pudieran atenderse todas las peticiones que pudiesen llegar, a pesar de lo que se pagaba no era una mala cifra» , comentaba.
Escaso montante al que suma Pascual también la premura en la tramitación de las mismas, ya que apenas había 5 dias para llevar a cabo el papeleo, ante lo cual agradece la ayuda de la Junta, «con la que mantuvimos varias reuniones para poder conocer dicho proceso elaborado por el Ministerio de Agricultura y poder trasladarlo a los asociados que nos preguntaban al respecto», agradece.
«Por todo ello, la gente se lo ha pensado un poco puesto que fue todo muy rápido, sin que pudieran pararse tranquilamente a valorar los pros y contras, y muchos han preferido no pedirla y restar incertidumbre a una situación ya bastante en el aire debido al freno sufrido con el Covid-19».
Inesperada irrupción de la pandemia que como confiesa, «nos ha hecho replantearnos todo, ya que si bien antes del estado de alerta y el resto de pasos dados ya con la pandemia, hoy no nos atrevemos a hacer una predicción de cosecha, ni de resultados ni de nada».
De igual opinión se muestran desde Asaja Burgos, donde su gerente Rafael Díaz , reitera esa premura en las tramitaciones, «lo que generaba muchas dudas, que hicieron que gran numero de productores no se plantearan llevar a cabo trabajos apenas unas semanas después -ya que el plazo de las solicitudes acababa a finales de junio para una vendimia en verde a realizar entre julio y agosto-, para la que se necesitaban vendimiadores, transporte de ese materia retirado que se va a tirar a la basura...», detalla. «Costes a los que sumar los evidentes de la uva que retiras ahora y que no convertirás en vino tras la habitual vendimia de septiembre y octubre», argumentaba.
Poco interés que en el caso de la DO Vinos de Arlanza, se convirtió en algo casi anecdótico, «ya que fueron muy pocos los asociados que vinieron a preguntarnos al respecto, y de hecho ninguno aseguraba que fuera a optar a ellas», reconocía días atrás su gerente Elisa Fernández.
Circunstancias de las bodegas de Arlanza a las que se suma contar con espacio para recoger el vino de la nueva vendimia - y no ser por ello acuciante la retirada del existente en los almacenes fcomo suede en otras DO-, «ya que hemos contado estos años con cosechas cortas que han permitido ir vaciando las bodegas, con lo que muchos recogerán su uva en la vendimia habitual de octubre».