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AYUDAS A LA VITICULTURA

Rácana respuesta a la vitivinicultura

El Gobierno ofrece ayudas insuficientes para paliar la crisis del cierre del canal Horeca y abre un plazo de solicitudes de poco más de una semana / Las bodegas reducen sus ventas a la mitad mientras las Opas piden que se proteja al eslabón más débil: el viticultor

Un viticultor vendimia a máquina durante la noche en uno de los viñedos acogidos a la Denominación de Origen Rueda, en la localidad vallisoletana de Matapozuelos. / MIGUEL ÁNGEL SANTOS

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Rácana respuesta del Gobierno al sector de la vitivinicultura, que había pedido ayuda para paliar la crisis provocada por el cierre del canal de hoteles, restaurantes y cafeterías (Horeca). Ningún agente del sector está satisfecho con el Real Decreto 557/2020, de 9 de junio, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), que regula una serie de medidas extraordinarias para mitigar esa crisis, provocada por el confinamiento del Covid-19. Pese a que el montante total parece grande, al alcanzar los 90,5 millones de euros , a la hora de la verdad el reparto toca a unas pocas migajas cuando se distribuye por todo el territorio nacional.

Tanto la Administración autonómica como las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas), las cooperativas y los consejos reguladores de las Denominaciones de Origen se han manifestado estos últimos días para decir que el texto es muy insuficiente, y no da a los vinos de calidad de Castilla y León la importancia que merecen. Eso sí, quien quiera optar a las ayudas tendrá que apresurarse: el plazo de solicitud finaliza en una semana, el próximo 23 de junio .

Asaja pide que para cumplir la superficie se cuente la parcela agrícola «y no la catastral»

El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, lamentó la escasez de miras del Real Decreto: «Era el momento de apostar por los vinos de calidad en España, y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no lo ha considerado así», afirmó tras celebrar diversas reuniones con los representantes de las Opas, las DO y las cooperativas vitivinícolas de la Comunidad, a través de Urcacyl. «Es insuficiente y no equilibra las distintas zonas de España desde el lado de la oferta», añadió. La Consejería lamentó que el Gobierno no haya pedido a Europa más fondos adicionales para el sector vitivinícola, como sí ha hecho Francia para el aceite de oliva.

Aún así, Carnero indicó que aunque « el paquete de medidas extraordinarias no responde a nuestras pretensiones », constituye «una oportunidad que tenemos que aprovechar puesto que con toda seguridad habrá bodegueros y viticultores interesados en acogerse a ellas», y alertó de la brevedad de los plazos para presentar las solicitudes.

UCCL demanda «celeridad» en la tramitación y resolución de los tres tipos de expedientes

Por su parte, Asaja criticó las ayudas al sector del vino por « insuficientes ». La Opa considera que el viticultor es «el primer eslabón y el más débil del sector del vino» y lamentó que sólo pueda acceder a una pequeña parte del paquete de ayudas aprobado por el Ministerio, en concreto a la línea de apoyo a la vendimia en verde. Este hecho, sumado a que en general las ayudas nacionales sean más beneficiosas para los vinos de mesa que para los de calidad, como son los de Castilla y León, « limita los apoyos que puede recibir el sector vitivinícola regional en este momento crítico », lamentó la organización. 

«De las medidas dirigidas al sector del vino para paliar el freno de la demanda ocasionado por la pandemia, la única que está al alcance de los viticultores no elaboradores es la vendimia en verde, que permite retirar uva para que determinadas parcelas no sean vendimiadas, para no provocar la saturación en un momento de difícil comercialización por el bloqueo del canal Horeca», explicó. 

Breve plazo

Y es que, según zonas y casuísticas, «hay viticultores a los que le puede interesar acogerse a la vendimia en verde, principalmente aquellos que no tienen garantizada la compra de toda o parte de la cosecha a precios mínimamente razonables», añadió, a la vez que se sumó a subrayar la brevedad del plazo disponible para las solicitudes, sólo hasta el 23 de junio.

El montante dirigido a esta línea es de 10 millones de euros para toda España, por lo que Asaja considera fundamental que las compensaciones que se marquen para cada zona « reflejen de verdad la calidad y rendimientos que se están obteniendo, que son fruto del trabajo y profesionalidad de nuestros viticultores ». Además, en caso de que haya alguna limitación en el reparto, defiende que se priorice a las explotaciones profesionales que vivan de la agricultura, y en segundo lugar a quienes tengan la mayoría de sus ingresos procedentes del sector vitícola.

También ha pedido la Opa que para cumplir el requisito de superficie mínima marcada por el RD del ministerio (0,3 hectáreas) se haga corresponder con la parcela agrícola y no la catastral, para no perjudicar a numerosos viñedos de Castilla y León, «precisamente los de más raigambre, conformados por parcelas muy pequeñas».Finalmente, la organización agraria compartió la posición común expresada por el sector, de que el Ministerio «debería pelear para conseguir más fondos adicionales y un mejor reparto para el sector vitivinícola de calidad, porque es fundamental que, en este momento de crisis, nuestras denominaciones de origen no pierdan posiciones en los mercados y en especial en la exportación, en un contexto internacional muy competitivo».

El reparto de las ayudas toca a poco, pero la Unión de Pequeños Agricultores (Upa) recomienda a los viticultores de Castilla y León que negocien con las bodegas para que conozcan de primera mano si estas les garantizan un precio rentable, porque si no es así los productores tienen la opción de acogerse a la ayuda de la vendimia en verde.

Desde Upa valoraron positivamente el Real Decreto pero lo consideraron «insuficiente dado el peso relevante que tiene la producción de vino en una comunidad autónoma como la de Castilla y León». Por este motivo, reclamaron al Gobierno regional «que complemente las ayudas recogidas por el Gobierno central». 

«La organización lleva reclamando desde hace semanas a las administraciones medidas públicas de apoyo que vayan dirigidas a retirar producción del mercado en una campaña que se presenta abundante en producción», explicó, «y en un contexto en el que  algunas bodegas ya han manifestado que no podrán sacar las existencias de la cosecha anterior debido a la caída del consumo en restaurantes, hoteles y cafeterías, apuntando a una caída de precios en los contratos y dificultades para dar salida a la producción de la presente campaña».

La medida de la vendimia en verde, «eliminando racimos cuando todavía  están inmaduros, y percibir a cambio una ayuda compensatoria del 60% por pérdida de renta en función de la media del precio de la uva de las tres últimas campañas» fue bien valorado por Upa. 

Ante la «insuficiente» dotación del paquete de ayudas, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) pidió a las administraciones al menos «celeridad en la tramitación y la resolución, tanto para la vendimia en verde como para la destilación y para el almacenamiento», a la vez que criticó la escasa cuantía señalando que Francia «ha puesto sobre la mesa un presupuesto de casi el doble». Por otra parte, a juicio de la Opa, «la limitación de rendimientos penaliza a los viticultores más productivos, sin haber analizado las consecuencias, ni los efectos de la medida».

Poca dotación

UCCL valoró que el Ministerio haya recogido alguna de sus propuestas en el Real Decreto, pero estimó que la dotación de 90 millones de euros «se va a quedar corta para atender todas las necesidades». Y es que Francia, por ejemplo, «ha apostado casi el doble, poniendo sobre la mesa un total de 170 millones de euros». Considera la Opa que el margen «debería haber sido mayor para ampliar la superficie acogible a vendimia en verde y el volumen de destilación».

Por otra parte, la organización valora que el vino que se destile o almacene cumpla las mismas condiciones que si fuera a ser comercializado. «No sería razonable beneficiar con ayudas a productos que no merecen ni el nombre de vino y que ni siquiera deben entrar en el mercado», comentan desde UCCL.

En cuanto a la norma de que el destilador sólo puede quedarse con la parte de la ayuda correspondiente a los costes de la operación, señalaron que su propuesta era «que la ayuda fuera directamente al productor de vino que lo suministra». Además, la posibilidad de que se puedan almacenar ciertos tipos de vino embotellados y el aumento de las compensaciones por vendimia en verde al 60% de la pérdida de ingresos y costes de eliminación de la uva «son, igualmente, propuestas de UCCL que han sido incorporadas».

UCCL lamentó que se haya «aprovechado» el Real Decreto «para poner en marcha la limitación de rendimientos que prohíbe la vinificación de uvas procedentes de parcelas con rendimientos por encima 18.000 kilos por hectárea para uva tinta y 20.000 para uva blanca». Para la organización, esta medida «se debía haber medido más: comprobar a cuántos viticultores afecta, cuál es el impacto sobre el volumen global de producción y si va a tener un efecto real en mejorar los mercados». 

«Se ha impuesto la medida sin sopesar si el perjuicio que se va a ocasionar a viticultores va a servir para algo o no», opinan desde la organización, que solicita también que haya controles para que los especuladores no se aprovechen de esta situación.

Entretanto, las bodegas ven cómo el vino se queda almacenado en sus bodegas, sin posibilidad de dar salida a la mitad de la producción por el cierre del canal Horeca. Rueda y Ribera redujeron a la mitad la comercialización de vino en abril (el 55 y el 47,9% respectivamente) y casi el 40% en mayo (36,35 y 38,09%). En el acumulado del año, de enero a mayo, la primera de ellas bajó un 15,22% el número de contraetiquetas vendidas, y la segunda un 23,07%.

El 65% del mercado

El director general del Consejo Regulador de la DO Rueda, Santiago Mora, explicó, en respuesta a este periódico, que en Rueda «de cada cien botellas se venden 65 en el canal Horeca», así que «desde el 14 de marzo pierde el 65% del mercado español, y cuando un mercado está cerrado, no hay nada que hacer», lamentó. «A partir de ahí, la parte de exportación en torno al 15% hay mercados que tienen más o menos comercialización en un sector o en otro, pero en mayor o menor medida ese mercado se ve afectado».

El responsable de la DO apuntó que la marca se ha comportado «muy bien» en las ventas en supermercados e hipermercados, donde el crecimiento «ha sido muy importante», igual que en el canal online: «El canal online era el 1% y ahora el 2 ó el 3%», destacó. «Un aumento muy importante, pero lo claro es que no acaba de compensar la caída».

«Hemos visto cómo en abril cayó y en mayo empezó a recuperarse, pero aún así se vendió un 35% menos que el mismo mes del año anterior. Ahora continúa la recuperación, pero lo que tenemos que tener claro es que el 65% de las ventas se ha perdido», lamentó Mora. «El mercado natural de Rueda es el de vino blanco joven, que se tiene que amortizar en un año, y que una vez no comercializado se complica. Tiene una salida muy difícil a la vista de la situación».

Mora se mostró expectante por el alcance de las medidas del Ministerio. «La destilación de crisis y la vendimia en verde son medidas que están contempladas en la normativa europea y que se están discutiendo, pero van a ser efectivas o no en función de los recursos que tengan. El proyecto de Real Decreto contemplaba una cantidad insignificante y mal repartida. No tiene mucho sentido que los vinos sin DO salgan con un precio referencia de 0,30 euros litro y los que tienen DO a 0,40. En los vinos con denominación eso no cubre los costes ni de la uva siquiera», explicó.

Ahora se abre de nuevo el canal Horeca, «pero los dos o tres meses anteriores están perdidos», advirtió. «No vamos a vender lo que no se ha vendido en abril o mayo. Se está notando que salen más contraetiquetas y es de esperar que este proceso sea más intenso en las próximas semanas y meses, pero lo que no se ha vendido no se venderá. Por eso hay que buscar otra solución».

La cantidad solicitada por los viticultores para la vendimia en verde rondaba los 3.000 euros por hectárea, una cantidad que no se va a obtener cuando «es incluso más costosa porque ahora hay el doble de racimos por hectárea. No es igual destruir cosecha en una zona o en otra, dependiendo del coste de referencia de la uva», apuntó. «Lo que pedimos es que estas medidas cuenten con mucho más apoyo».

El exceso de vino en las elaboradoras se une a la cercana vendimia, que está «a la vuelta de la esquina» con una previsión de cosecha muy buena. «Las condiciones climáticas han sido muy buenas, se ha podido tratar muy bien el exceso de agua». Por eso las perspectivas son buenas, pero quiso ser prudente: «Estamos a mediados de junio y pueden pasar muchas cosas». Consideró problable, no obstante, que se rebasen las 115.000 toneladas cosechadas el pasado año.

«Para salir de la situación confiamos en dos cosas», dijo: «Primero, en la calidad de los vinos de Rueda y, segundo, en la capacidad de las bodegas para reinventarse y adaptarse a las circunstancias, que ha sido la clave del éxito de la DO».

Incertidumbre

Por su parte el presidente de la DO Ribera del Duero, Enrique Pascual, apuntó que de momento «está todo bastante paralizado», una tendencia que «llevamos viendo desde marzo». A su juicio, «es muy prematuro todavía hablar de la campaña que viene, aparentemente buena, y no sabemos qué pueden hacer las bodegas, con la incertidumbre que hay, lo que pueden comprar o no».

En cuanto al almacenamiento, «ahora mismo tenemos capacidad en las bodegas, otra cosa es la incertidumbre que existe para poderlo sacar al mercado». Una tendencia que «está por ver. Son cosas que escapan a nuestras manos», lamentó. Eso sí, en cuanto a la poda en verde y la destilación, lo consideró positivo, pero aconsejó tener «un poquito de paciencia, a ver cómo evolucionan las cosas», porque «más adelante tendremos más datos para poder tomar decisiones y llegar a un criterio y poder juzgar».

Por otra parte, destacó que la especificidad de Ribera del Duero –al ser una DO de vinos tintos, con elaboraciones de crianza y reserva–, puede jugar a favor de este tiempo de ‘paréntesis’ en el mercado. «El tinto tiene una capacidad de resistencia que no tienen otros vinos y eso es una realidad. A partir de ahí, como estamos todavía medio encerrados y la incertidumbre es tan grande, no se pueden aventurar cosas a priori».

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En cuanto a la previsión de cosecha, su opinión es que la viña «parece que viene bien», pero no quiso aventurarse a avanzar números concretos porque «previsiones nunca hacemos desde el Consejo», concluyó.