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NORMATIVA

El nuevo etiquetado de la miel no convence a los productores

El Gobierno aprueba una norma que obliga a identificar los países de origen, pero no el porcentaje de cada uno en el total / «No han atendido las reivindicaciones del sector», aseguran las Opas

Un apicultor manipula un panal de miel ecológica de Urzapa, que cuenta con colmenas en León y Burgos. / EL MUNDO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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El Consejo de Ministros ha dado luz verde a una modificación de la norma de calidad de la miel con un etiquetado más detallado y obligatorio , en el que debe figurar el listado de todos los países de origen de la miel elaborada a partir de mieles de distinta procedencia. Una norma que, según el Gobierno, sale «en beneficio de consumidores y apicultores» , pero que se queda «muy lejos de defender el producto español» según las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas), ya que no obliga a establecer los porcentajes de los diferentes orígenes.

Se trata de un Real Decreto aprobado el pasado martes, que modifica la normativa vigente sobre calidad de la miel en lo relativo a su etiquetado «para garantizar una información más detallada sobre el origen del producto », informó el Ejecutivo central. «Para ello se establece que cuando una miel se haya elaborado a partir de mieles de distinta procedencia, se deberán indicar en el etiquetado el listado de los países de origen donde se haya recolectado».

La normativa es de especial importancia en Castilla y León, pues es la Comunidad con mayor número de explotaciones apícolas, con 5.145, el 15,7% del total naciona l. El sector genera más de 40 millones de euros cada año en la Comunidad, y da trabajo a unas 5.000 personas.

La norma sí es efectiva para los casos en que la miel proceda de un único país, pues también será obligatorio indicarlo en la etiqueta. En este caso, la miel 100% española se podrá identificar claramente en cada envase.

Para garantizar el cumplimiento de esta nueva exigencia y su comprobación por las autoridades competentes, se exige también a los operadores que recojan, dentro de su sistema de autocontrol, las evidencias necesarias para demostrar los orígenes de las mieles empleadas en las mezclas. De esta forma se podrá alcanzar una trazabilidad en caso de inspección.

«Con este Real Decreto, que favorece la transparencia en la información, el consumidor tendrá un conocimiento más completo sobre el origen de la miel, lo que le permitirá ejercer una opción de compra con más fundamento», añadió la misma fuente. «Además los apicultores españoles, que producen una miel de excelente calidad, podrán competir en el mercado con la miel que proviene del exterior, en mejores condiciones».

Con las modificaciones aprobadas «se da también respuesta a las peticiones recibidas desde muchos ámbitos, para establecer mayores exigencias en la indicación del origen de la miel», concluyó el Gobierno de España a través de un comunicado.

Una versión muy diferente tienen los productores del sector. «Si se trata de defender al productor español, espíritu de la norma, el Real Decreto aprobado se queda lejos», aseguró en respuesta a esta medida política la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) Castilla y León. «Agricultura aprueba la norma de calidad de la miel sin atender las reivindicaciones del sector» , añadió.

Información veraz

La Opa señaló lo que entiende como «falta de peso político en Europa del Gobierno español, al no lograr acuerdos para que se detallen los porcentajes de mezcla». Una miel etiquetada como procedente de España y China puede ser un 99% china y un 1% española. Por tanto, « el consumidor no está recibiendo información veraz ».

Tampoco contempla el etiquetado si la miel ha sido sometida a un proceso de pasteurización para que aparezca líquida en el lineal, hecho «que resta calidad a la miel y también propicia la mezcla, y por ende, el fraude », señala la Opa.

El decreto no contempla que se informe sobre posibles procesos de pasteurización

El Gobierno en su Real Decreto «omite lo más importante: los porcentajes», lamenta Coag. Además, «si se hace una norma de calidad para beneficiar al productor español, que ese sería el espíritu del Real Decreto, de esta manera no lo beneficia en absoluto. El Ministerio sabrá y deberá explicar el porqué». Por ello, la organización considera que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación « no ha sido valiente » al «no aprovechar la oportunidad para zanjar de una vez por todas las potenciales intenciones de cometer trampas en el etiquetado exigiendo una información mucho más detallada al incluir los porcentajes de mezcla».

No obstante, la nueva norma de calidad sí determina que el orden de aparición de los países debe ser el mismo de la aportación porcentual a la producción, esto es, aparecen más arriba los que más porcentaje de producción aportan. Y también desaparece la denominación «mezcla de mieles UE o no UE», que metía en el mismo saco a mieles chinas o sudamericanas, sin especificar su procedencia real.

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Por otra parte, el etiquetado no contempla la obligatoriedad de especificar si el producto ha sido sometido a procesos de calor para evitar su cristalización. Algunas empresas, sobre todo las que distribuyen a grandes superficies de alimentación, someten la miel a un proceso de pasteurización para que siempre esté líquida, hecho que merma la calidad de la miel. «Primero, porque ya sería una miel procesada y segundo porque al ser más líquida favorece la mezcla y por ende, de nuevo el fraude». Las diferentes mieles se unifican mejor si están líquidas.