Diario de Castilla y León

CONTROL POR SATÉLITE

Bienvenidos al ‘Gran Hermano’ del campo

El sistema de control por satélite de los cultivos se generaliza este año y marca un antes y un después: nadie se escapa del ‘gran ojo’ de la PAC

Cosecha de Patatas en Palencia El agricultor Luis Ángel Varón en su finca de patatas cercana a Ventosa de Pisuerga (Palencia)

Recogida de patatas en una explotación de la localidad palentina de Ventosa de Pisuerga. / ICAL

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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El sistema de control vía satélite de los cultivos se generaliza este año, aunque por ahora no alcanzará la totalidad de las explotaciones. Si en el pasado ejercicio comenzó en Castilla y León de forma experimental, con la monitorización de unas 5.000 solicitudes de al PAC, este año se multiplicará por cinco hasta alcanzar las 25.000, si bien aún no llegará a la mitad de las 65.000 solicitudes únicas que tiene previsto recibir la Administración autonómica hasta el próximo 30 de abril, cuando finaliza el plazo de presentación. El control se irá ampliando hasta alcanzar el 100% de las explotaciones en 2023.

Se trata de la nueva información multi-satélite del programa Copérnico de la UE, el programa de observación de la Tierra más ambicioso de la historia desarrollado por la Agencia Espacial Europea (Esa) con el soporte de los 14 satélites Sentinel que pondrá en el cielo Arianespace

Por ahora ya ha lanzado seis, y ‘subirá’ otros seis el año que viene. Los dos últimos no tienen fecha concreta. Serán como 14 grandes ojos, vigilantes las 24 horas del día, que recogerán una ingente información cartográfica con especial atención, en este caso, al espectro de colores. Un espectro que, debidamente tratado por distintos programas específicos, desvelará qué tipo de cultivo crece en cada suelo, hará una estimación de la producción alcanzada, e incluso será capaz de controlar cuántas hectáreas está regando el agricultor con uno u otro pozo, en su caso.

La nueva tecnología es, en general, bien recibida por los profesionales del sector, porque permitirá asignar con la máxima fiabilidad posible las ayudas de la PAC a los agricultores que realmente se ciñan a la normativa y lleven a término los cultivos especificados en sus solicitudes.

Eso sí, las alarmas se encenderán, y mucho, para los que quieran permanecer buceando en la picaresca, esos avispados que en la Agricultura y la Ganadería tienen su hueco, como en casi todos los sectores. Aquellos que pretendan cobrar su ayuda por un ‘cultivo fantasma’ tienen los días contados.

Será una herramienta de incalculable valor para la Administración que, por una parte, podrá ajustar sus ayudas al campo y tener un mayor control de la legalidad de las explotaciones. Por otra parte, los Poderes Públicos no podrán eludir las coberturas que le correspondan cuando se den casos de sequía, plagas o cualquier otro siniestro.

El Consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero , mostró hace pocos días la apuesta de la Junta de Castilla y León por estas tecnologías y anunció que en 2020, después de «la experiencia y los resultados positivos obtenidos» en el año anterior, se ampliarán los controles mediante monitorización satélite prácticamente a toda la zona central de la Comunidad Autónoma. Eso comprenderá un conjunto de aproximadamente 25.000 expedientes, lo que multiplica por cinco la cifra de 2019. Con ello se busca «reducir la carga administrativa, en particular las visitas sobre el terreno».

Desafíos

Toda la información obtenida de las imágenes vía satélite, explicó la Consejería, es utilizada con el uso de modelos matemáticos Big Data permitiendo, por un lado, agilizar los controles de la PAC y, por otro, obtener información de cultivos, humedades de suelos y las áreas foliares.

Todo ello «con el objetivo de transferir al sector más conocimiento y más innovación, herramientas claves para el desarrollo de una agricultura más sostenible».

El pasado 30 de enero el Tribunal de Cuentas Europeo emitió un informe en el que Castilla y León reflejaba en varias ocasiones «la importancia de que solamente así se avanza hacia una agricultura inteligente y se responden a los nuevos desafíos como el cambio climático y a la volatilidad de los mercados», aseguró la misma fuente.

Según explica la Agenda para la Digitalización del Sector Agroalimentario y Forestal y del Medio Rural elaborada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, «el desarrollo de la familia de satélites Sentinel iniciado en 2014, dentro del marco del programa Copérnico liderado por la Comisión Europea, ha permitido poner a disposición de las administraciones públicas y del sector, de forma accesible y confiable, nuevas tecnologías como pueden ser las imágenes satélite y los sensores remotos avanzados.

Además se ha avanzado en la adaptación y el uso, a unos costes asumibles por parte del sector, de tecnologías como la navegación global, los drones, los sensores y los robots, entre otras». Todo ello «facilitado y acelerado por la creciente conectividad digital, que permite conectar todo con todo, y por las oportunidades que se abren para la innovación».

Zona centro

En esta campaña y de acuerdo a las últimas recomendaciones incorporadas a la normativa comunitaria, «en la búsqueda de una reducción de la carga administrativa de los controles, en particular las visitas sobre el terreno y, a su vez, el impulso de las nuevas tecnologías», La Junta de Castilla y León amplía la monitorización en las Secciones Agrarias Comarcales (Sac) de Medina del Campo y de Valladolid efectuado el año pasado. Esa ampliación de controles se hará mediante la monitorización de gran parte de la zona centro de la Comunidad Autónoma. En primer lugar se amplía a la totalidad de las Sac de la provincia de Valladolid. 

A ellas se añadirán las de Arévalo, Aranda de Duero, Lerma, Valencia de Don Juan, Palencia, Baltanás, Peñaranda de Bracamonte, Santa María la Real de Nieva, Cuéllar y Toro, que comprenderá un conjunto alrededor de 25.000 expedientes. El objetivo es llegar a sustituir en el futuro 2023 , todos los controles sobre el terreno por controles de monitorización.

Estas nuevas técnicas basadas en el uso de imágenes de los satélites Sentinel de Copérnicus, permitirá un seguimiento y observación continua de las explotaciones agrarias con una naturaleza preventiva , «de forma que exista una interrelación y un sistema de mensajes o avisos a los agricultores que les permita corregir en su caso situaciones anómalas, también se ha posibilitado que los agricultores proporcionen fotografías geo etiquetadas que permitan justificar la realización de las prácticas agrarias adecuadas», explica la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.

Comunidad pionera

A partir de 2017, con el lanzamiento de SEN4CAP ‘satélites para la PAC’, la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León fue elegida como representante de España para la realización de pruebas en el marco de dicho proyecto.

Ello se debió a que el Instituto Tecnológico Agrario ( ITACyL ) es «el organismo que más ha trabajado en tecnologías relacionadas con el tratamiento de imágenes de satélite, a su vez Castilla y León es la comunidad más grande en extensión de España e, incluso, en términos de superficie agraria útil de Europa, lo que significa ser un buen modelo para el desarrollo de este proyecto de monitorización a gran escala», añade la misma fuente.

Todo ello unido al uso de modelos matemáticos Big Data permite obtener información por imágenes permanentemente actualizadas. Se consigue, de esta manera, «avanzar en una agricultura de precisión, planificar las cosechas, optimizar el uso del agua y de fitosanitarios y, por tanto, mejorar la productividad y ahorrar costes para ser más competitivos».

Castilla y León se posiciona «a la vanguardia de la modernización y optimización de recursos, asimismo se prepara para afrontar los retos de la nueva PAC», asegura la Consejería. «Como el propio comisario europeo Phil Hogan ha manifestado en reiteradas ocasiones, el uso de las nuevas tecnologías no sólo deben servir para mejorar el sistema de control y permitir una gestión de los fondos de la PAC, sino que deben ser útiles también para avanzar hacia una agricultura inteligente y responder a los nuevos desafíos como el cambio climático y a la volatilidad de los mercados».

En la convocatoria 2020 está previsto recibir en torno a 65.000 solicitudes únicas. Castilla y León continuará percibiendo cerca de mil millones de euros entre las ayudas directas de la PAC, que suponen unos 920 millones, y las ayudas con financiación Feader que superarán, en principio, los 54 millones.

Mil millones

En lo que se refiere a los pagos directos de la solicitud de 2019, Castilla y León, con más de 825 millones de euros ejecutados a 31 de diciembre, sigue siendo líder en España en abonar las cuantías a los profesionales del sector con un porcentaje de ejecución del 87% en referencia al ejercicio anterior. Eso significa más de 10 puntos porcentuales que la media nacional, informa el área que dirige Jesús Julio Carnero.

El consejero indicó hace pocos días, durante una jornada informativa sobre la PAC, que en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE se ha debatido el reglamento de transición entre periodos de programación. Así, señaló que en principio, «la Comisión propone que el año 2021 sea de transición, en el que seguirán aplicándose las normas actuales, todo ello motivado por el retraso en la aprobación del nuevo marco financiero plurianual 2021-2027 y las propuestas que regularán la futura PAC».  

En cuanto a la nueva PAC, señaló que la Consejería viene trabajando y participando de forma activa en los diferentes grupos de trabajo y en el seno del Consejo Consultivo. Sobre esto, explicó que la propuesta sobre la reforma de la Política Agrícola Común «introduce un cambio profundo en la forma en que se diseñarán sus instrumentos.  La PAC cambiará el enfoque del cumplimiento hacia la consecución de objetivos y resultados con indicadores de sostenibilidad económica, social y ambiental. Y ahí es donde debemos dirigir las miradas».

Para Castilla y León hay varias cuestiones fundamentales que deberán reflejarse en el Plan Estratégico Nacional de la nueva PAC para el período 2021-2027, según explicó Carnero. En primer lugar, lo más importante es «mantener la financiación actual para alcanzar el objetivo de la rentabilidad y facilitar la incorporación de jóvenes y mujeres al campo». El objetivo siguiente es «contar con un pago básico principal regionalizado en el que se alcance como mínimo el 80% del importe total de los pagos directos».

Por otro lado, es deseable lograr una mejor orientación de las ayudas, «encaminada al agricultor genuino, al que realice una labor agraria real, donde las ayudas PAC sean un complemento a los ingresos de su actividad agraria real», así como dar un claro apoyo a las ayudas asociadas «para evitar la desaparición del tejido productivo de las zonas rurales». Por último, otro de los objetivos expuestos por Carnero es permitir más financiación del plan Feader de fondos europeos para las regiones con problemas de despoblamiento.

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