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Emprendimiento

Golosinas de 'astronauta' que despegan desde León

Samuel Toro y Miguel Díaz, dos jóvenes universitarios de León, crean la marca ‘Frezzyks’, la primera tienda en España de golosinas liofilizadas

Samuel Toro y Miguel Díaz en uno de sus videos publicados en redes socialesE.M.

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Valladolid

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Como cualquier niño durante su infancia, acudir al kiosco del barrio el viaje a un mundo gobernado por golosinas. Partir un chicle de sandía a la mitad para descubrir sus polvos de azúcar, probar las temidas guindillas que te dejaban ‘coloretes’ temporales, dejarse las uñas para comprobar si la fortuna estaba de nuestro lado para conseguir una cantimplora gratis... Sabores y sensaciones que se iban perdiendo con el paso del tiempo, menos para Samuel Toro y Miguel Díaz, dos jóvenes de tan sólo 21 años nacidos en León que han creado la marca 'Frezzyks', la primera tienda en España de golosinas liofilizadas.

El tono de sus voces no concuerda con sus edades, y es que Samuel como recién graduado en Marketing e Investigación de Mercados y Miguel en Economía, ya hablan, actúan y dirigen como emprendedores de renombre. Es la demostración de que los años son solo un número, que las nuevas generaciones cada vez más están preparadas y que las redes sociales, por más resignación que acaparen, suponen una herramienta esencial para quienes saben hacer uso de ellas.

En plena vorágine de TikTok, aquella aplicación que parecía estar creada solo para hacer videos musicales, Samuel y Miguel liberaron todas sus dosis de dopamina cuando se encontraron con un video de Estados Unidos en el que aparecían golosinas liofilizadas que les despertaron la curiosidad por probarlas. Y lo que era una tendencia en el país norteamericano la trajeron con una versión española. «Tenían buena pinta y al ver que no había nada cerca de España para que las enviasen aquí pensamos en hacerlas nosotros porque nos gustaba mucho la idea», explica Samuel.

Sin conocimientos sobre la composición del producto, sin la maquinaria necesaria y sin un lugar donde empezar a fabricar las golosinas, se lanzaron a la piscina, como dice Samuel. «No las pudimos llegar a probar antes de empezar a hacerlas nosotros, pero por lo que se veía en los videos multiplicaban su tamaño, con una textura mucho más crujiente y muchísimo más sabor», recuerda. Prácticamente ‘a ciegas’, con información encontrada en internet y facilitada por algún «contacto» en Estados Unidos, y a base de prueba y error, el 1 de octubre de 2023 se convirtieron en los pioneros en ofrecer chuches liofilizadas en España bajo el nombre de 'Frezzyks'.

De una inversión inicial inferior a 20.000 euros, un local «con lo justo y nada» que tuvieron que restaura y una máquina «pequeñita», la apuesta salió ganadora. Ahora Samuel y Miguel no son los únicos socios de su empresa, sino que han aumentado su plantilla con dos nuevos integrantes, también «amigos», y tienen totalmente recuperados sus primeros gastos. Es lo que tiene haber conseguido hasta 14 referencias de golosinas liofilizadas con opciones de packs personalizados y que, además, van renovando para que «la gente pueda pedir todo el rato cosas nuevas». Pero si en la variedad está el éxito de 'Frezzyks', también la clave se encuentra en los videos que publican en TikTok.

Contenido orgánico

Hacer scroll por la red social de la empresa te lleva varios segundos, mientras en las miniaturas de cada uno de los videos publicados aparecen los rostros de Samuel y Miguel, que tratan de descubrir a sus seguidores el proceso de liofilización de cualquier golosina. Y los números, con más de 370.000 followers y 6,8 millones de ‘likes’, reflejan que estos dos jóvenes consolidan la fórmula de éxito de 'Frezzyks' en TikTok.

«Nosotros nos basamos mucho en contenido orgánico. Al fin y al cabo, aparte de una empresa que vende chuches somos, dentro de lo que cabe, creadores de contenido y hay gente que nos ve como tal, pero si haces contenido atractivo puedes llegar a muchísima gente y encima esa gente puede conocer tu producto, descubrirte, puede incluso incentivar a apoyar nuestro proyecto y hacer su propio pedido», explican. Pero si reconocen que donde más destacan es en TikTok, también se encargan de crear contenido en Instagram en forma de reels, en YouTube a través de shorts y hasta en FaceBook. «Es una forma de llegar a muchísimo público con poco dinero», apuntan, detallando a su vez que su mayor público, si bien afirman que está «repartido», predomina por ser femenino con un 65%. Por edad, su perfil de seguidor se sitúa en torno a los 25 años, aunque también el contenido de 'Frezzyks' es consumido desde adolescentes hasta personas con más de 45 años.

La ‘magia’ de estas redes sociales es que en menos de un minuto convierten lo complejo en sencillo, y la liofilización, por más que cueste pronunciarlo, no se excluye de esta paradoja. «Nosotros cogemos las chuches originales de las marcas tradicionales, normalmente las mejores marcas, y las preparamos en unas bandejas de acero que se meten a una máquina que, en cuestión de minutos, se pone a unos 40 o 50 grados bajo cero», desarrolla Miguel.

Muestra de golosinas tras el proceso de liofilizaciónE.M.

Tras este primer paso, y lograr que las golosinas se congelen rápidamente, la máquina crea un vacío dentro de la cámara y empieza a funcionar como un horno, de forma que eliminan el agua. «Las chucherías empiezan a expandirse, porque al calentarse no deja de ser azúcar y se hacen como maleables, entonces al estar el vacío se expanden y se van secando durante ocho, diez o doce horas», continúa en su explicación. El resultado deja un producto de mayor tamaño con una textura más crujiente y ligera que, además, conserva tanto los sabores como los nutrientes de las chuches tradicionales.

El proceso de liofilización, de hecho, permite ser aplicado a cualquier tipo de alimento, por lo que es utilizado por la NASA para ayudar a los astronautas a comer desde frutas, verduras, carne y hasta productos lácteos, como bien han podido comprobar Samuel y Miguel en uno de sus múltiples experimentos en TikTok al liofilizar diferentes tipos de helados.

Si uno de las principales preocupaciones que debían resolver en la NASA era cómo ofrecer una correcta alimentación a sus astronautas, en 'Frezzyks' el verdadero reto era enfrentarse frente a lo desconocido. «Al principio teníamos miedo porque el problema es que cuando empiezas algo así tan nuevo, nunca sabes cómo va a reaccionar la gente, igual le gusta o igual no. Es algo primero que tienes que dar a conocer porque es imposible vender algo que la gente no conoce. Y aunque siempre hay un riesgo, nosotros teníamos muchísima ilusión y la gente cercana nos apoyaba mucho», asegura Miguel. Así, él y su socio han conseguido evolucionar de hacer «muy pocos envíos» a abarcar toda España, excepto Ceuta, Melilla e Islas Canarias as «por temas de impuestos y porque todavía no tenemos esa logística».

El proceso para realizar un pedido es sencillo: primero, se deberá acceder a la página web de 'Freezyks' y acceder a su tienda donde se podrá elegir hasta 14 variedades de chuches liofilizadas cuyo precio varía entre los 3.95 del tamaño normal y 5.75 euros correspondiente al tamaño extra, y una vez elegidas golosinas se añadirán al carrito y se completarán los datos para recibirlas a través de una empresa de transporte en León. « Nos recogen los pedidos y como ya son bastantes al mes y a la semana, pueden salir directamente y hacen que el proceso sea mucho más rápido para llegar a cualquier sitio de España en cuestión de horas o días», aseveran. Además, durante el trayecto no se pierde ninguna propiedad del producto: «La liofilización es un proceso que, al conservar los alimentos, quita la posibilidad de que haya bacterias y que el producto caduque. Además, con nuestras bolsas y packaging se protege perfectamente el producto».

Elegir puede ser difícil, pero Samuel tiene claras cuáles son las preferencias de sus clientes. «La reina de nuestras chuches es el pulpo, sin ningún tipo de duda. Por tamaño es casi como una mano se podría decir y el sabor es súper potente, muerdes las patas y se te llena la boca de sabor, igual que ocurre cuando muerdes la cabeza», comenta, sin desmerecer tampoco a las sandías y las llaves ácidas, aunque su preferidas son los skittles. «Me encanta el sabor que tienen, vienen muchísimos y tienen muchos sabores, entonces es como tener muchas golosinas dentro de una», afirma, mientras que Miguel se queda con los mini gusanos tanto por sabor como por cantidad: «Si en la bolsa te vienen igual 15 o 20, al final te lo disfrutas bastante más. Y para compartir, que es lo que más mola de esta experiencia y la hace más única».

Cartel de ‘agotado’

Si el éxito se mide en números, los dos principales socios de 'Frezzyks' prefieren reservarse los datos de facturación, pero tener su stock completamente agotado es síntoma de que su proyecto funciona. Lo que sí pueden desvelar es que han vendido más de 10.000 bolsas y alrededor de 30.000 personas pueden haber llegado a probarlas. De hecho, las golosinas de 'Frezzyks' ya han ocupado los mismos stands que marcas de renombre como M&M’s, concretamente en hasta 50 puntos de venta de Belros en España. «Ver nuestras bolsas al lado de estas marcas nos parece un hito importante en cuestión de seis meses», consideran al respecto.

En perspectiva, Samuel y Miguel desmienten el mito de que no es compatible ser amigos y compañeros profesionales. «Somos mejores amigos desde la infancia y a nosotros siempre nos ha molado hacer cosas juntos y pequeños negocios. Esto lo vimos como una oportunidad de que si podría ser algo más grande tendría sus cosas buenas y, de momento, se está cumpliendo», explica Samuel, que destaca de su socio que «sabe ser constante, sabe implicarse y sobre todo que me puedo fiar de él». 

Por su parte, Miguel llama la atención de su compañero que «es muy autodidacta y muy válido para cualquier cosa que él se proponga que la demás gente. Por regla general, no debería de saber a nada y en cinco minutos cacharrea en casa y te saca prácticamente cualquier cosa». Pero también hay aspectos negativos, como comparten que es «el exceso de confianza».

Lo que es seguro es que es 'Frezzyks' ya se ha convertido en un nombre repetido entre su circulo más próximo. «Tu grupo cercano y tus amigos al final ven contigo la evolución desde el día uno, pero tampoco nos consideramos famosos porque lo vemos como un proyecto de marca más que como de imagen propia», apunta Samuel, que por otro lado expresa no tener «miedo» a la competencia al ser un mercado «siempre abierto», asegurando que otras empresas han intentado sacar productos parecidos, «aunque por números por lo menos no parece que lo hayan conseguido». Así, considera que la gente ya asocia las golosinas liofilizadas la nombre de 'Frezzyks'.

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Por ello, buscan rehuir del término «temporal» para conseguir que 'Frezzyks' pueda ser algo más que una marca de golosinas, pudiendo desarrollar «otros proyectos en paralelo», mientras que llegar a hacer publicidad en televisión «sería un hito y significaría que es una marca de verdad».