MEMORIA HISTÓRICA
Buscan los restos de Celestino, el panadero republicano de un pueblo de León
La ARMH quiere recuperar el cuerpo del represaliado, asesinado en La Pola de Gordón después de ser "obligado a cavar su propia fosa"
El panadero Celestino con su hija Joséfa descargando trigo para la panadería
Celestino González estaba con su hija de 22 años cuando fue detenido, al poco tiempo este panadero de 67 años era asesinado por tener "simpatía de izquierdas". Estos hechos ocurrieron en octubre de 1937, en plena Guerra Civil. Ahora 87 años después, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) se embarca en la búsqueda de los restos de este panadero republicano asesinado en el municipio leonés de Pola de Gordón. Celestino González Bayón fue "ejecutado extrajudicialemnte el 7 de octubre de 1937", según indica la propia asociación que busca sus restos en la provincia de León.
La última vez que fue visto con vida fue en la estación de tren de Matallana de Torío tras ser detenido junto a una de sus seis hijas por agentes de la Guardia Civil. Ella fue conducida a León y el asesinado extrajudicialmente fue visto por última vez en la Estación de tren de Matallana de Torío: "Según los testimonios recogidos, fue obligado a cavar su propia fosa y expoliado de sus bienes personales". Ahora, 87 años después de su asesinato, la ARMH comienza un proyecto para encontrar sus restos.
Los descendientes de Celestino González indican que fue llevado a un lugar cercano donde se produjo su detención, entre Garrafe de Torío y el cruce de la carretera que lleva a Matallana de Torío, al principio de la recta junto a un camino y un arroyo. Desde la Asociación, apuntan que años después de su trágico asesinato, se realizaron obras en el antiguo camino, debido al trazado de la carretera: "Parece ser que en esa ubicación aparecieron restos humanos", apuntan desde la ARMH, un punto geográfico en el que indagarán para encontrar los restos de Celestino González Bayón.
Este panadero, natural del municipio leonés de Rioforco de Torío estaba casado y tenía seis hijos. Sus asesinos le acusaron de "simpatías de izquierdas" y acabaron con su vida el 7 de octubre de 1937, aunque su certificado de defunción, registrado cuatro años más tarde (el 24 de junio de 1941), no figura la cusa de su muerte.