El boxeador leonés tras defender a puñetazos a una mujer en un cine: "A un maltratador hay que ponerle freno, sí o sí"
Antonio Barrul asegura no sentirse orgulloso pero deja claro que volvería a hacerlo: "En mi casa me enseñaron que la mujer nunca se toca. Sí lo volvería a hacer"
Su nombre recorre las redes sociales y noticias de todo el país, mientras su móvil no deja de sonar para conocer el trasfondo de la serie de puñetazos y rodillazos con las que derribó a un hombre en un cine de León. Una historia que el propio Antonio Barrul, boxeador profesional y protagonista de los hechos, cuenta a este periódico con una mezcla de diferentes sentimientos: el del remordimiento, por la agresividad con la que actuó, y el del orgullo, por haber conseguido evitar un caso de violencia de género.
"No he estado bien, pero a un maltratador hay que ponerle freno, sí o sí", tiene claro Barrul, un boxeador de 25 años de edad y nacido en León, que el pasado miércoles iba acompañado de su mujer y sus dos hijos para ver la nueva película de 'Garfield'. Sin embargo, todo cambio cuando se percató de la actitud de un hombre delante de su hijo. "Estaba violento. Se levantó del asiento, se sentó y se volvió a levantar amenazando a su mujer", asegura a este periódico el deportista que, además, cuenta que este varón dijo a su pareja que "le daba 5 minutos para sentarse" para, posteriormente, ver cómo la pegaba.
Una vez comenzó la proyección, Barrul siguió pendiente de cómo estaba actuando el varón sobre su mujer hasta que vio que a los 30 minutos la enganchó del cuello y zarandeó. "En el forcejeo, le echó la mano en el cuello", afirma sobre el agresor, quien llegó a golpear a una niña que estaba próxima a su asiento. Fue en ese momento cuando Barrul, encendido por la situación, decidió acercarse hacia la pareja para que el hombre abandonase la sala. "¿Qué estás haciendo? Márchate de aquí", le dijo, a lo que fue respondido con insultos delante de los niños.
Sin presencia de seguridad en el cine como había solicitado Barrul, éste se controló para volver a su asiento con ayuda de se mujer mientras diversos asistentes también le pedían que se calmase, a lo que respondió el boxeador a continuación: "¿Cómo me voy a tranquilizar, si acaba de agredir a una mujer y a una niña?". Ya a cierta distancia, el hombre bajó hasta la pantalla y continuó con amenazas hacia Barrul, desencadenándose así la pelea.
"Me levanté con la intención de que se fuese, pero llegué al límite y exploté", relata el boxeador leonés a este periódico, que argumenta que su reacción se desató por las agresiones sufridas por una mujer y una niña, así como por las provocaciones que él mismo recibió. El resto de la historia es la que ha circulado por redes sociales, con un video en el que se aprecia cómo Barrul derriba al hombre tras una serie de puñetazos y rodillazos, no sin antes advertirle que le podía causar daños mayores por su experiencia como púgil.
Después de lo ocurrido, Barrul pidió disculpas a los asistentes por su reacción ante decenas de niños y explicó el episodio de forma tranquila a la policía que se acercó hasta el lugar. Un arrepentimiento que mantiene días después, aunque asevera que volvería a actuar de la misma forma. "No me siento orgulloso", expresa el deportista, que transmite a su vez que "la violencia no se justifica nunca", menos si está desencadenada por un caso de violencia de género: "Un error ante un maltratador está justificado".
Ofrecida su versión de los hechos, el mundo del boxeo apoya a Barrul. "La Federación de Castilla y León está conmigo. ¿Cómo no lo van a estar cuando he repelido el ataque de un maltratador?, afirma el leonés, por lo que no será sancionado por la federación regional ni por el órgano español.
En cualquier caso, Barrul deja claro que volvería actuar del mismo modo si se presenta una situación similar, aunque reclama una mejor actuación de los cuerpos de seguridad para evitar ese tipo de reacción. A pesar del incidente, no se ha presentado ninguna denuncia hasta el momento de las dos partes, mientras Barrul confía en que el agresor disponga de alguna ayuda "porque mentalmente no está bien".
El hombre agredido fue detenido por un presunto delito de violencia de género, tras ser denunciado por su pareja, y después de ser trasladado a un centro sanitario fue llevado a dependencias de la Policía Nacional, que instruyó las diligencias correspondientes antes de ponerlo a disposición judicial.