Agravios sin salir de Ponferrada: 300 pacientes por sanitario más en Cuatrovientos que en San Antonio
Las tarjetas asignadas a Enfermería en el centro de salud Ponferrada IV, uno de los que soporta más presión asistencial de Castilla y León, son 326 más que las del I, mientras que entre médicos de Familia de la ciudad la diferencia está en 234 por profesional
El Bierzo no es terreno cómodo para trabajar en Sanidad. Sus condiciones laborales son sustancialmente peores a las de otras áreas de salud de Castilla y León por el mayor volumen de pacientes que debe atender cada profesional. Igual que no lo es para ponerse enfermo debido a las interminables listas de espera y al déficit de personal sanitario que repercute en todo el sistema.
El agravio entre profesionales con el mismo rango y puesto de trabajo se da, además, sin ni siquiera salir de la propia Ponferrada, ya que el grado de presión asistencial también varía significativamente según en qué lugar se ubique cada centro.
A las plazas de difícil cobertura que arrastra esta zona en el medio rural, se suman los desequilibrios que registra en sus cuatro centros de salud urbanos convirtiendo una misma jornada en una rutina completamente distinta en función de dónde estén instalados los centros sanitarios.
En la capital berciana se encuentra uno de los centros de salud más saturados y que soporta una presión asistencial mayor de toda la Comunidad . En el de Cuatrovientos (Ponferrada IV) a los médicos y enfermeros se les acumulan las consultas.
Las tarjetas asignadas a los profesionales de Cuatrovientos son muy superiores en número a las de los otros tres centros de salud, también urbanos, a los que acuden los vecinos de la capital berciana.
En Enfermería es donde mayor agravio se produce con hasta 326 tarjetas más asignadas a cada profesional que en San Antonio (Ponferrada I). También los médicos de Familia protagonizan similar disparidad de cifras ya que los de Cuatrovientos atienden cada uno a 234 usuarios más que sus colegas de otros destinos .
Esto sucede pese a que en términos globales el de Cuatrovientos es el que menos número de pacientes tiene, lo que pone de manifiesto que la distribución de la población a la que se da cobertura no es equitativa y la plantilla es proporcionalmente inferior a lo que debería para igualarse con otros centros.
En concreto, en Cuatrovientos asumen 12.559 tarjetas sanitarias, aunque 1.511 de ellas son pediátricas . En cambio, en San Antonio, donde el peso asistencial está más repartido y es menor, ocurre que las tarjetas sanitarias suponen casi el doble: 21.397, pero se subsana porque el número de médicos también es muy superior: 17, y el de enfermeros alcanza la veintena por los nueve trabajadores de Enfermería con los que cuenta el de Cuatrovientos.
El de Ramón González (Ponferrada III) es al que más usuarios están adscritos, pero la proporción por profesional resulta más ajustada porque su plantilla, de nuevo, es mayor. Dispone de 15 médicos de Familia, 19 enfermeros y tres pediatras.
El centro de Pico Tuerto (Ponferrada II) da cobertura a menos habitantes, a 16.305, y en su plantilla hay doce médicos, trece profesionales de Enfermería y dos pediatras.
Precisamente los desequilibrios en Pediatría se inclinan en una dirección diferente a la de los profesionales de Familia. Mientras los tres especialistas de San Antonio vuelven a tener menos carga, con 653 menores cada uno, los dos del centro Pico Tuerto (Ponferrada II) ven a 849 por pediatra.
Además de este indicador sobre la desigual distribución de los pacientes en relación con el personal dedicado a atenderlos, existe otro que da una imagen de cómo se desarrolla el día a día: el de las consultas por médico o enfermero por jornada.
De nuevo, la estadística revela que la Consejería mantiene en peor situación al centro de Cuatrovientos frente al resto de la misma ciudad. Una posición de desventaja que arrastra a lo largo de los años sin que desde Sanidad se haya abordado el problema con ninguna solución efectiva . Ya consistiera esta en reordenar a los pacientes o en contratar a más facultativos para repartir la carga asistencial.
El de Ponferrada IV (el de Cuatrovientos) es también el centro más castigado por la cantidad de consultas diarias realizadas, y no solo dentro de la ciudad. Destaca negativamente en comparación con el resto de la provincia y de toda Castilla y León.
Solo superados por el de Aranda Sur, en Burgos, y el de la Palomera, en León capital, los médicos de Atención Primaria de Cuatrovientos vieron cada día de octubre, de media, 48,2 pacientes diarios. Desbordando con creces la media autonómica y provincial, en referencia tanto a los centros rurales como a los urbanos.
Sin embargo, estos datos, aunque malos, no son los peores que ha registrado este centro. De enero a septiembre la carga soportada fue aún mayor. Llegó a colocarse como el segundo más saturado de Castilla y León, solo por detrás del de Aranda.
En esos primeros nueve meses del año, los sanitarios de este centro atendieron a más de 51 pacientes cada día con el agotamiento, presión y perjuicio que eso supone para la atención al propio paciente.
No es una situación sobrevenida ni nueva para quienes trabajan allí. Desde los últimos años, la realidad de los profesionales de Cuatrovientos se encuentra entre las peores, en 2019 fue incluso el que más presión sufrió de toda la Comunidad sin que hayan llegado medidas, refuerzos o incentivos que alivien esta carga.
Atendiendo a este mismo criterio, ningún otro centro berciano se coló entre los que citaron más de 40 consultas diarias por profesional en octubre.
Sin embargo, en los tres primeros trimestres de este año –marcado por la recuperación de la actividad asistencial que estuvo pausada en los peores momentos de la pandemia– fueron aún más duros para los sanitarios de estos puntos. También en ese periodo los profesionales del centro de salud Ramón González (Ponferrada III) incrementaron su carga ya que de enero a septiembre se encontraban en el grupo de los que superaban los altos niveles de atención diaria por sanitario.
La Junta explica que este incremento se debió a que durante varios meses asumieron las tarjetas de usuarios desplazados desde otras comunidades autónomas que una vez finalizado el verano decidieron regresar a su lugar de residencia habitual. Pero con la vuelta a esa normalidad en cuanto a la cobertura de tarjetas sanitarias la presión asistencial sigue por las nubes en tierras bercianas y no parece que esté prevista una solución a corto plazo.
Castilla y León
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