Diario de Castilla y León

LEÓN

La empresa de León que factura 16 millones vendiendo pinceles y pinturas en internet

‘Mi tienda de arte’ pasó de ser solo un comercio junto a la catedral a liderar en Europa la venta on line de material de manualidades / Con 90 personas en plantilla vende cada día 7.000 productos, más del 70% fuera de España, y dispone de 70.000 referencias

Víctor Juárez y su  madre Asunción Pizarro, en la sede de la compañía leonesa en Santa Olaja de la Ribera . E. M.

Víctor Juárez y su madre Asunción Pizarro, en la sede de la compañía leonesa en Santa Olaja de la Ribera . E. M.

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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El negocio de Asunción y su marido Manuel languidecía a los pies de la catedral de León. «En plena crisis de 2011 las cosas no iban tan bien» como antaño para aquella tienda de barrio que vendía infinidad de materiales para manualidades desde que abrió en 1983. 

Con el apoyo de sus hijos Víctor y Alba , los cuatro decidieron tratar de completar el negocio ‘Mi tienda de arte’ con las ventas por internet. La parte digital la gestionaban desde el garaje de la casa familiar en la localidad leonesa de Santa Olaja de la Ribera. Lo primero que tuvo salida fueron productos perdidos en el fondo del comercio, «desde libros con el precio en pesetas hasta tubos de óleo de marcas descatalogadas». 

Ahí empezó una vertiginosa aventura empresarial que continúa teniendo su epicentro en tierras leonesas. Bajo el nombre Mitiendadearte.com hoy es la empresa «líder de Europa en materiales para ocio creativo en internet». Espera cerrar el presente año con una facturación de 16 millones de euros gracias a vender cada día alrededor de 7.000 productos a cualquier punto de España, pero sobre todo a una treintena de países que van desde Francia, Alemania, Italia, Portugal a Reino Unido o Suiza .

Ningún miembro de la familia pensó en la masiva respuesta del público y menos en que se produjera tan rápido. De hecho, el nacimiento de la vertiente digital se preveía modesto. «Trabajábamos en el garaje de casa de mis padres. Tres años después ya éramos ocho personas entre el garaje y la cocina», comenta sobre los prometedores inicios Víctor Juárez, que ejerce como gerente y CEO de la compañía.  «El segundo mes ya facturamos más on line que en la tienda física y nunca hemos dejado de crecer», añade constatando unas cifras de facturación estratosféricas que con la pandemia experimentaron otro impulso aún mayor.

En su portal web disponen de casi cualquier artículo para manualidades. Pinturas, papeles decorativos, pegamentos, cuadernos, marcos, adornos para álbumes, abalorios, tarjetas, marcos, lienzos, pastas moldeables y un extenso etcétera. Más de 70.000 referencias distintas que han convertido a este negocio leonés en un referente en el sector.

Una vez digitalizaron todo el fondo de la tienda, fueron abriéndose camino en función de lo que el mercado demandaba. «El boom de las fofuchas nos permitió explotar. Supimos encontrar qué demanda la gente», explica este leonés de 33 años nacido en  la pequeña Santa Olaja, de alrededor de dos centenares de habitantes, donde la compañía tiene su sede: un almacén robotizado de 2.400 metros cuadrados y unas oficinas que sustituyeron a aquel garaje en la misma localidad. Y prevé ampliar con otro almacén en un terreno de 8.000 metros cuadrados. «El comercio por internet tiene mala fama, pero al final estamos creando empleo en León», defiende el gerente de ‘mitiendadearte.com' que emplea a alrededor de 90 personas. 

Pero «el golpe sobre la mesa» lo dieron hace cinco años cuando se percataron de que «era necesario salir fuera de España». Incorporaron a personal de trece distintas nacionalidades y ahora disponen de  «un equipo nativo multi-idioma». «Disponemos de nueve webs en cada uno de los principales idiomas y en ellas teléfonos de esos países. Al cliente le descuelga alguien de su país desde León». 

El Brexit también lo han afrontado como oportunidad. «Hemos creado una filial en Reino Unido. Una empresa propia. El cliente compra a esa empresa británica y le mandamos un camión con la mercancía», explica  Víctor. 

Con la irrupción de la pandemia le sucedió como a otros sectores enfocados a cubrir necesidades de quienes permanecían en casa. Su actividad fue en aumento. «Todo lo relacionado con las manualidades de los niños se pedía muchísimo. La pintura blanca se agotó. La gente estaba en casa y necesitaba hacer cosas». 

Tanto que en uno de los días del confinamiento, a mediados de mayo, la empresa realizó catorce contrataciones. «Era una locura. Salían furgonetas y furgonetas. Mayo de 2020 fue muy loco. Logramos un récord de ventas que tardaremos en superar. Estuvimos mucho tiempo en casa y nosotros vendemos ocio para estar en casa. El primer año de pandemia crecimos un 60%», expone el empresario leonés.

Comerciar en otros países propició estos resultados en plena crisis sanitaria, aunque la demanda se volvió imprevisible. «Como la pandemia y las restricciones se comportaron de manera diferente en cada país, nuestras ventas, también. Si Alemania decía ‘confinamiento’, las ventas se multiplicaban por tres. Francia decía ‘desconfinamiento’ y bajaban», recuerda Víctor. 

Sobre la clave de su expansión y de su implantación tan positiva en el mercado, encuentra varios factores: «Somos una empresas buscavidas y bastante ‘Juan Palomo’. Cuando estás en ciudades pequeñas como León o en sitios como Santa Olaja que pasan desapercibidos tienes que hacerlo todo tú», comenta Víctor al otro lado del teléfono desde Barcelona, donde él y su madre acudieron para reunirse con proveedores. «Nos dimos cuenta que había que invertir mucho en robotización y tecnología porque este negocio tiene un problema, movemos muchas referencias de valor muy bajo y si no el coste de preparación de un pedido no se cubre».

Otro de sus secretos es disponer de un amplísimo catálogo: «Al final la idea es que si tú quieres un pegamento, te doy ocho marcas pero tú eliges el que quieres». 

En  términos económicos el crecimiento ha sido constante. En 2012, el primer año completo de su actividad digital, registraron medio millón de euros. «No nos lo esperábamos. Mis padres no pensaban que iba a funcionar así. Al final, una tienda de barrio en la que trabajaban mis padres y una empleada se ha transformado en un monstruo grande». 

Miran al futuro con nuevos proyectos, con la intención de abrirse camino en Latinoamérica y de continuar con el impulso a su marca propia. «El 20% de la facturación es ya de nuestra marca. Somos muy inquietos», indica. 

El negocio físico continúa para mantener también el pulso de la calle y el contacto con los leoneses.  La suya es una realidad de contrastes: «En la tienda hay una caja registradora Casio sin ordenador. En el negocio on line estamos súper informatizados y en la física utilizan calculadora y tickets». Y cuando Víctor le pregunta a su madre por si siguen manteniéndolo abierto, el amor por la tienda que levantaron hace casi 40 años  resurge y la convicción de ella es clara: «La tienda estaba antes que tú», le espeta Asunción Pizarro a su hijo.

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