El Ayuntamiento de León y el Cabildo de San Isidoro vuelven a quedar en tablas
El síndico municipal obsequia al canónigo con una bufanda de la Cultural y le pide que rece por el ascenso, pero éste asegura que “si rezamos, también lo harán los otros y es un lío”
El atrio de la Real Colegiata de San Isidoro acogió este domingo la ceremonia de ‘Las Cabezadas’, protagonizadas por el debate dialéctico que tradicionalmente enfrenta a los representantes municipales con el Cabildo Isidoriano y que finalizó de nuevo en tablas, al no haber llegado a un acuerdo sobre la voluntariedad o no con la que el pueblo homenajea cada año a San Isidoro con la entrega de un cirio de una arroba bien cumplida y dos hachones de cera.
Concretamente, 862 años después del hecho que dio origen a este singular enfrentamiento, la corporación del Ayuntamiento de León y Cabildo de San Isidoro, representados por el concejal de Régimen Interior, Movilidad y Deportes, Vicente Canuria, y el representante del Cabildo, Ovidio Álvarez Suárez, respectivamente, celebraron este primer domingo de mayo la tradición de ‘Las Cabezadas’, ya que a pesar de que la tradición manda que sea el último de abril, fue trasladado de fecha debido a la pandemia del COVID-19
La corporación desfiló en procesión desde el Ayuntamiento de San Marcelo y hasta la Real Colegiata de San Isidoro, donde esperaban los miembros del Cabildo, que recibieron a los representantes municipales en una jornada de altas temperaturas y cielos despejados, mientras que 130 sillas abarrotaron en la plaza de San Isidoro para que el público asistente pudiera ver la ceremonia del foro en una zona acordonada.
El enfrentamiento dialéctico tuvo lugar este año entre concejal concejal de Régimen Interior, Movilidad y Deportes, Vicente Canuria, como síndico municipal y el representante del Cabildo de la Real Colegiata de San Isidoro, Ovidio Álvarez Suárez, que protagonizaron en el atrio del templo un dinámico debate argumental en el que en una primera intervención, Canuria recordó que los hechos conmemorados cada año con la celebración de ‘Las Cabezadas’ se remontan al año 1158, cuando los leoneses decidieron sacar en procesión los restos de San Isidoro como rogativa de lluvias, pero en Trobajo del Camino comenzó a llover de tal forma que quienes portaban al Santo no pudieron con él y tuvieron que dejarlo en el suelo. Entonces, la reina Doña Sancha permaneció tres días y tres noches orando y en ayuno, algo que tal y como reconoció “buena falta me hace”, hasta que aparecieron cuatro niños que consiguieron portar de nuevo al Santo y devolverle a su templo leonés, por lo que se ofrecieron un cirio y dos hachas de vela.
Vicente Canuria puntualizó que “el pueblo de León no está obligado” a cumplir con el foro, sino que lo hace “por lo emotivo”, aunque “no cambia la cerrazón del cabildo, que exige un pago que no le corresponde y que se hace libre y voluntariamente”, por lo que instó a la concejala de Fiestas, Susana Travesí, a sumar al desfile de Gigantes y Cabezudos el de “Cabezones en honor al Cabildo”.
El síndico municipal consideró que el canónico “está cogiendo el rábano por las hojas” al insistir en que el foro “es algo que el Ayuntamiento realiza de forma gozosa”, al tiempo que aceptó el empate en el debate dialéctico. “No vamos a dejar de señalar como ofrenda lo que hoy reclama como foro, así como la identidad leonesa de pasado y futuro donde corresponda”, puntualizó.
De igual manera, el concejal de Deporte aprovechó la ocasión para obsequiar al representante del Cabildo con una bufanda de la Cultural y Deportiva Leonesa y pedirle que rezase por “el ascenso a segunda división”, mientra se mostró dispuesto “a pedir a la Cultural, si fuera preciso, que lleve a San Isidoro en la alineación durante las tres finales que va a hacer en tierras malagueñas”.
Por su parte, Ovidio Álvarez se negó a acepar que el pueblo entregue el cirio de manera voluntaria, ya que “aunque vengan con gozo y alegría, es un doro y como tal lo reciben”, al tiempo que se ofreció a presentar una oración a San Isidoro “para que ablande el corazón” del síndico municipal y así éste “reconozca el compromiso y el foro”.
“No intentéis echar agua al vino de la cuba, porque no estamos acostumbrados a alterar algo tan milagroso como el vino”, expuso el canónigo, quien recordó que la entrega del cirio se trata de una obligación, ya que “durante la república, cuando el alcalde no se atrevió a hacer la fiesta de Las Cabezadas, sí que envió el cirio”.
Así, como es costumbre, y ante numeroso público y una nutrida representación institucional y militar, entre los que se encontraron los consejeros de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y de Empleo e Industria, Carlota Amigo, la batalla acabó en un empate, aplaudido por los presentes, que se adivina eterno.