La nueva cara de Pago de Valdoneje

En esta época en la que cada año, con mayor o menor fortuna, surgen nuevos proyectos vitivinícolas en las zonas amparadas con denominación de origen, sigue siendo un lujo el que se mantengan activas algunas bodegas y etiquetas que forman parte del paisaje cultural con un claro ADN en la viticultura de su pueblo y la garantía de responder en sus vinos a la expresión de un terruño que cada vez supone, en las pequeñas partidas, el mejor ejemplo de una viticultura moderna y sostenible al mismo tiempo. 

Pisamos de nuevo tierra berciana en Valtuille de Abajo para entrar en el interior de una bodega de claro corte familiar y recorrer un pequeño mosaico de majuelos repartidos en el entorno. Marcos y Elena García son los miembros de la familia que, de los cuatro hermanos, han decidido seguir apostando por la vitivinicultura. Dimas e Isabel les dan así el testigo en uno de los mejores momentos de la historia del vino en su pueblo. Fue casual la razón social de la bodega, que lleva el nombre de Vinos de Valtuille. 

El proyecto se inicia hace 25 años con una idea clara de elaborar vinos de calidad con sus viñas propias y dentro del amparo de la Denominación de Origen Bierzo, resorte incuestionable en el momento que se fraguaba el futuro del vino berciano. Marcos y Elena cerraron filas en torno a una marca que les identifica en los mercados: Pago de Valdoneje. A partir de ahí se incorporan el vino de villa y los tres vinos de paraje: Vitoriana, Rapolao y Cabanelas. Estos tres, responden a pequeñas parcelas y a cortas producciones y han entrado ya en el fenómeno que ha caracterizado a Valtuille de Abajo con una magnífica respuesta de bodegueros y viticultores al Vino de Paraje, considerado como la máxima expresión del terruño. 

La bodega, además, elabora otros vinos como el Finca El Valao y el godello, también dentro de la marca Pago de Valdoneje, igual que el tinto de mencía de diversas parcelas y La Tellería, procedentes de una ladera cercana a Valtuille de Abajo, en pleno Camino de Santiago. Otro apunte que identifica a esta población con el fenómeno jacobeo. Elena explica que la producción de vinos amparados bajo la DO no sobrepasa las 125.000 botellas al año. La materia prima procede de las 17 hectáreas de la familia que se reparten en todo el entorno de Valtuille de Abajo, rozando con Cacabelos, Toral de los Vados y Villafranca del Bierzo, ayuntamiento este último al que pertenece la bodega.

Los hijos de Dimas han ido despacio y están a punto de finalizar todos los pasos que estaban previstos. El lagar, la nave de crianza, exportación, comercialización y consolidación de la marca y, por último, las instalaciones. La nueva imagen de la bodega, en un edificio situado en la zona denominada La Estacada, sobre una suave ladera. A partir de ahora se habilitará la sala de visitas, una asignatura cada vez más demandada ante la afluencia de numerosos enoturistas que se acercan a esta localidad berciana donde, hasta el momento, se mantiene ese espíritu identitario y de magnífica sintonía entre todas las bodegas con un denominador común al que todos aplauden, que es el célebre enólogo local Raúl Pérez.

El compromiso con el enoturismo ya está obteniendo resultados, pues, como destaca la propia bodega en su oferta, Elena y Marcos se implican en las visitas. Los turistas conocen los parajes de viñedo de Vinos Valtuille de la mano de Elena y allí prueban uno de los godellos que elaboran en esta bodega. Después, es Marcos quien les enseña las instalaciones y, tras explicar los procesos de elaboración, da a probar los vinos de la barrica. Algo que, sin duda, llama la atención de aquellos que se acercan a conocer Valtuille.

Los precios de sus vinos oscilan entre los 10-12 euros en la línea más joven y los 30 euros para los más selectivos de Paraje y Villa.