ZAMORA - COME FRUTOS DEL BOSQUE
Natural como Sanabria
María y Gonzalo apostaron en 2012 por el cultivo ecológico de frutos del bosque que venden en fresco y en tarros de mermelada
Una beca de biología para estudiar el comportamiento del mejillón náyade en peligro de extinción en este entorno de la comarca de Sanabria (Zamora) cambió el curso de las vidas de María y Gonzalo. Corría el año 2008 cuando esta pareja, ella procedente de Salamanca y él de Mucientes (Valladolid), se enamoraron de la riqueza rural del entorno. Y lo que en un principio parecía una etapa más con un tiempo determinado se convirtió en un proyecto de vida que vio la luz con la creación de la empresa ‘Come Frutos del Bosque’, en el año 2012. Empezaron con una plantación de arándanos a las que más tarde se fueron sumando grosellas, moras y frambuesas. «La climatología de la zona es muy favorable para los frutos rojos. Al principio comenzamos solo a vender en fresco a supermercados, casas rurales y restaurantes. Como había mucho excedente decidimos hacer un obrador para cerrar el círculo y elaborar desde 2019 también mermeladas», subraya María Almaraz García.
Todos los cultivos se llevan a cabo en ecológico, libres de pesticidas y herbicidas que puedan dañar al medio ambiente como así certifica desde 2016 el sello de agricultura ecológica supervisado por el Caecyl.
Gonzalo es la columna vertebral del proyecto y ella su apoyo. En la actualidad compatibilizan el trabajo en el obrador con otro empleo a tiempo parcial. Pero su norte está en este paraíso natural. «Nuestra filosofía era mantenernos en el mundo rural», afirman.
Naturaleza en tarro
Embotan al año en torno a 7.000 tarros de mermeladas hechas con el mismo mimo y cariño que si lo hiciéramos en casa. Elaboran para otras marcas. «Nuestras mermeladas están hechas forma tradicional y casera a partir de la recogida manual y selectiva en planta de los frutos en su punto óptimo de maduración, proporcionándoles una dulzura y aroma extraordinario y conservando su sabor original y propio de la fruta cosechada», explica.
Los frutos del bosque fueron dando paso a otros productos del entorno como las castañas, las manzanas, calabazas, tomate y pimiento. «Intentamos dar valor añadido a productos de la zona, apoyar a pequeños agricultores con sus excedentes. Elaboramos zumos y mermeladas 100% naturales, únicamente con fruta y la mínima cantidad de azúcar, sin usar aditivos ni conservantes adicionales. Siguiendo nuestra propia receta casera».
Con el tiempo han ido ampliando la curiosidad, con nuevos proyectos de investigación de la mano de Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y también han llegado a realizar un vinagre en colaboración con la empresa vallisoletana de kombucha Kampanera.
Las náyades o el mejillón de río tuvieron mucha culpa de este proyecto que ha sabido apostar por el territorio y darle una vuelta a la industria con un producto de ciclo cerrado que se nutre de la naturaleza. La filosofía de su empresa se percibe en todo momento como algo más que un negocio, una empresa de cercanía, que conoce el nombre y apellidos de cada cliente, que te trata de tú. Durante la campaña de producción en los meses de verano, invitan a los compradores a que pasen directamente por su finca a conocerla y escoger ellos mismos en persona sus propios frutos. Pagas por lo que recoges. Así de sencillo. La única advertencia es que llames antes de ir. «Hay que pedir cita ya que puede que ya haya gente o que la fruta que quieras recoger no esté madura o haya poca», apostillan.